56. BUSCANDO ALTERNATIVAS

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—Hey, Hawkins, ¿A dónde vamos? Estoy casi segura que este no es el camino hacia el aeropuerto —Me quejé cruzando tanto mis piernas como mis brazos al observar desde la ventana de la limosina como nos adentrábamos nuevamente hacia el centro de la c...

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—Hey, Hawkins, ¿A dónde vamos? Estoy casi segura que este no es el camino hacia el aeropuerto —Me quejé cruzando tanto mis piernas como mis brazos al observar desde la ventana de la limosina como nos adentrábamos nuevamente hacia el centro de la ciudad. —No me digas que vamos a regresar al castillo.

— ¿Eh? ¿Acaso eres tonta? —Gruñó tocando su frente. —No pienses que tus intereses van a ser siempre mi prioridad. Tengo que ocuparme por mis propios asuntos.

El camino fue sumamente incómodo. Tanto Hawkins como Coleman, Chase y yo guardamos silencio durante todo el trayecto hasta que el ostentoso auto parqueó cerca de una tienda.

Después de que Coleman y Hawkins bajaran de la limosina, imité la acción, no obstante mis piernas flaquearon levemente ante el dolor que se había instaurado en mi entrepierna desde esa mañana. Chase rápidamente acudió a mi auxilio para evitar una caída mostrando una sonrisa divertida al comprender lo que sucedía.

Ante ello, opté por darle un leve codazo en su estómago antes de erguirme y actuar como si nada hubiese sucedido con el objetivo que Hawkins y Coleman no captaran la situación.

—El señor Chase está aquí —Chillaron los vendedores de la tienda en un unísono. Consistía de una pareja de ancianos, tres adultos, y una joven entrando a una etapa más madura.

—Me disculpo por nuestra falta de educación —Mencionó la anciana ante el leve tosido que expulsó Hawkins. —Están aquí por los nuevos artículos, ¿no es así señor Hawkins?

— ¿Una tienda? —Susurré observando la tienda de productos variados. Desde telas y aceites, hasta productos escolares y de aseo.

— ¿No lo sabes? —Intervino Coleman mientras los vendedores le enseñaban unos productos a Hawkins. —Esta es una de las tiendas que el señor Gerald dirige. El presidente Hawkins está representando a Manchester College para comprar algunas cosas para la escuela.

Asentí un poco confundida, y después de tocar mi cabello comprobé que la labor de los presidentes de ambas escuelas eran cosas completamente diferentes.

Por favor váyanse de aquí. ¡¿Cómo es posible que se aparezcan aquí tan tranquilamente?! —Gritó la menor de las vendedoras de una manera exaltada al señalar a Chase. — ¿Cómo pueden arruinar el trabajo del señor Gerald de esta forma?

¡Amy, tranquilízate! Estás trabajando —Reprendió el anciano.

— ¡¿Cómo pudo traicionar al señor Gerald de esa manera?! —Continuó la mujer llena de cólera acusando a Chase.

— ¿Traición? —Intervine con severa voz. —En primer lugar fue él quien obligó a Chase a-

—Es suficiente, Caroline —Musitó Chase al tocar mi muñeca. —He visto suficiente cosas desde mi habitación del castillo. Aunque solo fueron unos cuantos días, comprendí una cosa —Prosiguió con tono bajo para que fuera audible solo para mí. —Es simple, mi hermano es más popular y querido de lo que yo había creído. Y como esperaba, también ignoro algunas cosas.

GUARDA MI SECRETO, POR FAVOR *completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora