Caminaba tranquilamente por el campus a dirección del salón de clases, no obstante me inquietaba la razón por la cual las empanadas que yo había hecho habían desaparecido.
Esa situación se convertía en un misterio, debido a que esa tarde después de obligar a que los estúpidos de los chicos cumplieran con su tarea, observé que las empanadas que había hecho estaban en una bolsa sobre una bandeja.
Crucé mis brazos al pensar en el paradero de éstas, sin embargo de algo estaba segura. Nadie se las había comido.
¿Qué por qué lo podría afirmar?
Sabían terribles. Eso lo comprobé esa tarde al intentar comer una. De hecho podría asegurar que la sopa de pollo desecha sabía mucho mejor que esa esfera grasosa.
Con mi mente confusa llegué a mi salón y me senté en mi puesto mientras observaba mi cuaderno y al mismo tiempo soltaba un suspiro.
—Hola, buenos días —comentó el profesor titular al ingresar al salón, provocando que los demás estudiantes tomaran su puesto. —Antes de iniciar la clase, deseo presentarles a un estudiante transferido, Dan Fisher. —continuó al señalar a un chico que entraba por la puerta. Un chico de cabello castaño y ojos azules —Nació aquí, pero vivió en Widnes durante 10 años por asuntos personales.
Ignorando la narración del profesor, el chico transferido caminó hasta acercarse al pupitre de uno de los estudiantes que se encontraba en la primera fila.
— ¿Qué sucede? —espetó el estudiante sentado.
—Huele a miel y limón —comentó el chico nuevo.
—No me digas que es esto —susurró el otro estudiante con sorpresa al sacar un dulce de su bolsillo.
Efectivamente, de miel y limón.
Todos los presentes nos sorprendimos ante sus habilidades olfativas, sin embargo también nos asombramos al ver su rostro de regocijo al ver un sencillo caramelo.
—Si quieres te lo regalo —comentó el dueño del dulce incómodo por la alegría del castaño.
— ¿Eh? ¿De verdad? Eres muy bueno —chilló con emoción al quitar la envoltura.
—Oye, Fisher. No puedes comer durante clases —reprendió el maestro con total verdad según el manual de convivencia en el artículo 43.
—Luce muy triste —susurró Harper con sorpresa al ver el rostro afligido de Fisher al igual que sus ojos cristalinos como si fuera un pequeño cachorro.
— ¿No puedo? —susurró el chico reforzando su mohín de perrito abandonado.
—N-no... bueno este... creo que no puedes —murmuró el profesor en señal de confusión.
—Por supuesto que no puedes —intervine al levantarme de mi asiento—Profesor, no lo consientas desde ahora. Usted debe ser severo con esas cosas.
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GUARDA MI SECRETO, POR FAVOR *completa*
Fiksi RemajaCaroline Stone es la ruda presidenta del consejo estudiantil, lo que ha hecho que se gane entre los alumnos varones una mala fama por otorgar mayor preferencia hacia las mujeres de la escuela. Sin embargo, a pesar de su apariencia ruda, Caroline tra...