37. PELEAR POR TÍ Y NO CONTRA TÍ

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Al siguiente día, con paso decidido abrí impetuosamente la puerta del salón de 2-2 al escuchar el timbre que anuncia la hora del descanso.

—Marshall, vendrás conmigo a la hora del almuerzo —espeté con dureza desde el marco de la puerta.

— ¿Por qué la presidenta está aquí?

— ¿Y por qué se la pasa molestando a Chase? ¿Será que está agarrando a los problemáticos?

— ¿Chase es problemático? Yo creo que la presidenta solo está exagerando como siempre.

Fruncí mi ceño tras escuchar el murmullo de los estudiantes en espera de que Marshall me siguiera hasta el solitario salón del consejo estudiantil.

—Creo que me estoy cansando de que la gente se sienta mal por mí —comentó con naturalidad al sentarse sobre mi escritorio de madera.

— ¿Y eso?

—Para ellos, parece que la endemoniada presidenta me la tiene "montada" —comentó tras una sutil risa. —Pero por otro lado, me hace muy feliz que pienses en mí —susurró al tocar un mechón de mi cabello.

—Hmp —gruñí cruzando mis brazos y girando mi cabeza tras esbozar un mohín.

— ¿Por qué tan agresiva, presidenta? Pareces suegra de novela.

—Porque ese sujeto me dijo algo ayer —escupí con determinación. —"Si no quieres salir lastimada, no te sigas involucrando en esto" —repetí. —Por eso quiero involucrarme más contigo. Pienso que si me meto más, me dirá algo importante.

—No deberías tomar esa advertencia tan a la ligera. —gruñó al levantarse de mi escritorio. — ¿Qué harás si en verdad te lastima?

—Pues le parto la cara —respondí con determinación y obviedad.

— ¿Cómo no pensé en eso? —murmuró con sarcasmo en dirección hacia la salida.

—Oye. ¿A dónde vas?

—No podría soportar que salgas lastimada por mi culpa. Intentémonos separarnos por ahora. Trataré de mantener una distancia contigo.

— ¡No me jodas! —gruñí con furia con la intención de escupir toda mi cólera en una oración, no obstante al observar a Cedric desde el pasillo las palabras se estancaron en mi laringe.

—Caroline Stone no te sigas metiendo en situaciones que no te incumben —expresó con determinación.

— ¿Qué demonios es lo que quieres? —bramé al salir del salón para encarar al vigilante.

—Stone, basta —intervino Marshall

—No. ¿Qué demonios tienes que decir? Habla de una vez —continué con furia, no obstante el hombre osó por ignorarme y retirarse con agilidad

— ¡Carol! ¡¿Estás bien?! —mencionó Danny corriendo por el pasillo. —Ese sujeto que te molesta tiene que ver con Chase, ¿no es así? —murmuró al observarme y luego a Marshall. —Es fácil ver que Carol quiere protegerte —prosiguió al acercarse a Marshall, no obstante él giro su rostro con la intención de alejarse. — ¡Maldita sea, sé serio por una sola vez en tu vida! —gruñó Danny con furia ante de estampar con fuerzas sus puños contra el rostro de Marshall.

—Fisher, ahora no estoy de humor para jugar.

—Demonios, ¡No sigas huyendo, Chase! —prosiguió al darle otro golpe de gran magnitud que provocó que del labio de Marshall recorriera un leve hilo de sangre. — ¡No me importa que razón sea, pero no permitiré que nadie lastime a Carol!

GUARDA MI SECRETO, POR FAVOR *completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora