60. PRÓLOGO

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NARRADOR OMNISCIENTE
...
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7 AÑOS DESPUÉS

— ¿Ha llegado el equipaje que envié? —La demandante mujer de cabello castaño corría por los pasillos del aeropuerto dando un fuerte estruendo al chocar sus largos tacones contra el mármol del suelo. —Espera, tengo otra llamada —Cortó al percibir la vibración de su celular anunciando otra llamada. —Hola... ¿Ahora? Acabo de llegar a Heathrow, estaré allí en menos de 30 minutos —Respondió con seriedad antes de regresar a la primera llamada. —James, he dejado a alguien de confianza en el trabajo. Personalmente la he entrenado, así que podrá resolver tus dudas.

En el pasillo principal del aeropuerto Francés, Heathrow se podía percibir a una hermosa mujer de 25 años correr ágilmente en dirección de la salida. Portaba una envidiable cabellera castaña que alcanzaba la parte más baja de su espalda. Su pequeña cintura estaba decorada por una fina falda de corte tubo que hacía resaltar su figura. Además poseía una distinguida blusa blanca y un blazer oscuro.

—Demonios, voy a llegar tarde —Masculló internamente al salir del resguardo mientras la luz del sol envolvía sus vista.

Sin embargo, esto no evitó que por el rabillo de su ojo, notara que un globo escapara de las manos de un niño, de esta manera, la hábil mujer decidió ayudarlo como haría con cualquiera.

Fuera del aeropuerto habían parqueados una gran cantidad de taxis esperando la llegada de un cliente. La mujer de cuerpo envidiable eligió el vehículo más cercano para llevarla al castillo Françoise LeBlanc. Tras subir le dio una resumida instrucción al conductor; esa información fue suficiente para el hombre, debido a que todos los ciudadanos sabían sobre aquella renombrada familia.

Después de esperar unos pocos segundos, que para la mujer fueron eternos, el taxi se detuvo frente a las grandes puertas del castillo Françoise LeBlanc. La castaña pagó la tarifa y salió del auto para correr hacia la entrada principal de la edificación.

— ¡Caroline, ¿Dónde estabas?! —Chilló una mujer de cabello corto y rubio tras ver la llegada tardía de una de sus mejores amigas.

—Estás a tiempo para la ceremonia, y aún falta arreglarte —Continuó una mujer de cabello castaño que llegaba a la altura de sus hombros mientras ajustaba sus gafas; un mal hábito que había conservado desde la preparatoria.

—Lo siento, Lizz, Harper. Estaba encargándome de un asunto del trabajo —Explicó al retirar el blazer de su cuerpo mientras se dirigía a un cuarto del castillo. —Anoche hice arreglar mi cabello, y por la mañana me maquillaron. Solo falta el vestido y los accesorios —Argumentó exhibiendo las nuevas ondas de su larga cabellera, junto al suave maquillaje de tonalidades claras, pero que aun así jugaban a perfección con sus ojos avellana.

—Hermana, no hay tiempo. Mamá dejó el vestido en el probador —Intervino una chica de cabello castaño del mismo tono que la mencionada al señalar la puerta.

Caroline Stone hábilmente ingresó a la habitación dentro de la anterior, y con la ayuda de sus amigas pudo ingresar en el ostentoso traje; era un vestido blanco que abrazaba la parte superior de su cuerpo y flotaba libremente en la parte inferior.

—Solo falta retocar el maquillaje —Anunció Elizabeth Steel hacia una de las mujeres de la habitación, quien rápidamente se acercó a la castaña para hacer su magia. Aunque no debía hacer mucho.

—Hija, estás hermosa —Interrumpió Serena Stone al ingresar al cuarto y observar a su hija mayor portar un hermoso vestido blanco.

Hace ocho años Chase Marshall había regresado al castillo Françoise LeBlanc, en su llegada, la plebe tomó diferentes posturas; había gente que esperaba mucho de él, pero por otro lado existían personas que no lo aprobaban.

GUARDA MI SECRETO, POR FAVOR *completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora