Finalmente el día había llegado. Mi objetivo era que todas las personas cambiaran su perspectiva del instituto, y de esta forma más mujeres decidieran ingresar para el siguiente año.
Por el momento todo marchaba de la forma correcta. Las chicas al parecer se estaban divirtiendo, y eso me alegraba. Estaba en lo cierto al disciplinar a los chicos para que actuaran con mejores modales.
—Cory, vigila al salón 2-3. Yo iré al 2-2 —ordené rápidamente al ver que el campus tenía un ambiente agradable.
Mientras caminaba por el pasillo simplemente pensaba que todo el esfuerzo había valido la pena. Incluso los hombres del salón 2-2 no habían formado algún prototipo de problema.
O eso consideraba.
Hasta que llegué al aclamado salón 2-2.
— ¡¿Qué demonios están haciendo?! —bramé al ver el desastre que había en lo que suponía que era un maid caffé.
Idiotas.
Imbéciles.
Los estúpidos machos habían allanado el salón. Incluso se tomaron la molestia de redecorarlo con sangre y figuras de parte de cuerpos desmembrados. Además de eso estaban disfrazados de militares y asustaban a las chicas con las armas que portaban, que aunque eran falsas –eso supongo- seguían siendo muy llamativas.
Las chicas estaban totalmente horrorizadas.
—C-caroline. Los chicos llegaron y declararon la conquista del salón —murmuró una de las chicas de la clase 2-2 cohibida.
— ¿Qué demonios?
—Como ella dijo —fui interrumpida por el dueño de una cabellera rubia y ojos azules —Es como el café combate de los chicos o algo así. —explicó con una sonrisa socarrona mientras se quitaba el gorro militar del disfraz. —Parecía ser divertido, así que me uní —susurró inclinándose a la altura de mi oreja.
Sentí un hormigueo viajar por mi espalda al oler su fragancia y tenerlo tan cerca, así que opté por separarme de Marshall.
— ¿Qué haces idiota? ¡No te me acerques! —gruñí mientras lo empujaba.
—Presidenta cálmate.
— ¡Capturamos a las prisioneras! —gritó un chico que abrió la puerta y traía consigo dos chicas bastante asustadas.
—Todos ustedes. Afuera. Ahora —ordené en un gruñido haciendo que los chicos de la clase 2-2 no tuvieran otra opción que obedecer. — ¿Qué es lo que están haciendo? —exigí una respuesta después de salir del salón.
— ¿Cuál es el maldito problema? Organizaron un café, y nosotros le dimos otra temática más divertida —comentó Max encarándome.
— ¡Sí! Queríamos divertirnos.
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GUARDA MI SECRETO, POR FAVOR *completa*
Teen FictionCaroline Stone es la ruda presidenta del consejo estudiantil, lo que ha hecho que se gane entre los alumnos varones una mala fama por otorgar mayor preferencia hacia las mujeres de la escuela. Sin embargo, a pesar de su apariencia ruda, Caroline tra...