" Di Notte Tutti I Gatti Sono Marroni" 2da parte.

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La muy zorra.. y sabía que estaba mal expresarse así de ella, pero es que no había otra manera de Referirse a ella.

Leí leí era una "devoradora" su tío estaba que no cabía de gusto cuando la pidieron en matrimonio, era un hombre un poco mayor pero leí leí era toda una interesada.

Se casaron, pero por causas de fuerza mayor que Mario desconocía el se marchó primero y ella le seguiría después.
Su tío no confiaba en nadie ni en ella, así que lo envío a el para llevarla a Sicilia de donde su esposo la esperaría para llevarla con el a Millán.

El viaje fue un infierno, leí leí no dejo las insinuaciones y trato de ...
Mario se estremeció al pensar que "otra" de sus "primas" se quizo meter a la cama y se pregunto la clase de educación que estas mujeres recibieron en casa.

La única que no estaba echada a perder era Xiang, la pequeña de 6 años, ojalá su madre le preste la suficiente atención para que no se le desvíe del camino.. pero era una adicta a el juego y sospechaba que degustaba demaciado del vino francés.

Mario realmente se odiaba a veces por pensar así de sus primas, no le gustaba que la gente hablara de manera tan soez , ni que denigrar a las mujeres.

En su casa y el trabajo se le educó para tratar igualitariamente a todos, pero fuera de casa el mundo era muy diferente.

Los británicos y los chinos tenían algo en común, las mujeres debían ser criadas para encargarse de la familia, debían ser sumisas y obedientes, cualquier don o habilidad aprendida era un extra que hacía más exótica a una mujer para el matrimonio.
Pero de alguna manera en china eso era más marcado, aún se estremecía cuando la madre de un compañero se cayó en la calle y le vio los pies.

Tuvo que quitarle el zapato para ver si se había roto el talón y descubrió lo que los chinos llamaban " los pies de muñeca", aquello era estúpido y desagradable.

Mario dejo salir un pesado suspiro, quería regresar a casa y por eso estaba estudiando como loco para presentar un examen especial.

Era un examen muy complejo y difícil que pocos podían presentar, si lo aprobaba podía saltarse 3 años de estudios y largarse de la casa de las locas.

Por un momento le cruzó por la cabeza el seguir recto y viajar hasta Inglaterra, tenía ganas de comer "chips & frays" o una rebanada de "butterscotch pay" de su madre... Y ver a Lila, le preocupaba que no le escribiera.

Hizo a un lado la loca idea, perdería semanas en volver, no podía perder el tiempo, su tío ni sabía que presentaría el exámen.
El trato era que trabajaría para el mientras estuviera estudiando, sería libre cuando terminara los estudios y el diploma firmado.

-¡ Vamos signorina, solo deme un beso y la dejaré ir!-

Mario abrió los ojos y dirigió su mirada en dirección a la tosca voz.

-¡ Vamos signorina, si nos das un beso y un abrazo te soltamos, quizá te guste!-

A unos metros de él había dos hombres en estado de hebriedad, molestaban a una joven que paseaba sola.

-¡ Por favor, sueltenme, no, no les entiendo!- decía la joven con evidente miedo y temblor en su voz .

"¿Británica?" Se pregunto Mario, la joven se resistía, no le gustó la apariencia de los hombres, parecían marineros, sus ropas estaban gastadas y manchadas de grasa.

La muchacha no sabía italiano o no quería hablarles para no lidiar con ellos, pero por el rostro asustado, ni creyó que mintiera.

-¡ Un beso solo uno ¡ - pidió el más gordo.

Mario no tolero más, se sentía molido pero podía más su honor que su cuerpo cansado.

Se Acercó sigilosamente y tocó a un tipo con el dedo en el hombro y este se volteó a verlo muy molesto.
Mario sintió el tufo de el alcohol barato y sintió que un par de neuronas se le morían.

la signorina ha detto no, per favore ritirati!- le pidió Mario amablemente a el borracho.

-¡ Io non la penso così, amico mio, dico di sì.!- el borracho le contesto torpemente y se volteó para darle un golpe.

Mario se hizo a un lado y el otro borracho le quizo poner un pie, Mario lo esquivó con la misma gracia y elegancia de un gato.
no era tan difícil, Estaban demaciado hebrios para que su cerebro y sus miembros le funcionarán correctamente.

Aquellas bestias se movían con dificultad y solo hacian el ridículo, la gente que hacía un momento ignoraba el llamado de auxilio de la joven, Comenso a ver el curioso espectáculo que los hebrios protagonisaban.

Se escuchó un silbato y Mario derribo a los hebrios dándoles un fuerte puntapié en el talón.

Estos calleron al suelo como Goliat con David, si los policías lo atrapaban.. dudaba mucho que lo tratarán bien, solo verían a un chino que probablemente se robó un buen traje y busco pleito con los buenos parroquianos locales.
En londres lo dejarían pasar, lo conocían bien, pero aquí no tenia a nadie que lo sacará de la cárcel y no debía perder el tiempo, su barco partiría en 3 días y tenía asuntos que arreglar.

Sintió que lo jalaban ligeramente de la manga de la camisa y se volteó a para ver a un par de ojos asustados y conocidos.

🐎🐎🐎

-¿...así que.. crían caballos?- pregunto adrianne tratando de encontrar un punto de conversación.

Nathalie era una mujer bastante alta y de porte serio, era elegante como se esperaba de toda dama de sociedad francesa.
Su tez era muy clara, más clara que adrianne, y su cabello era negro recogido en un moño suelto pero elegante.

Se vestía a la moda y era muy correcta al hablar, "muy diferente a mi madre " pensó adrianne, llevaban tratando de entablar conversación hacía como 1 hora, pero lo más común, era tocar temas de moda y chismes de los cuales Adrianne no sabía nada.

Criada en un "convento" el internado era ajeno a todo eso, y a diferencia de todas las jovencitas.. a la rubia noble llamaba nada de eso, le gustaba la moda y usar vestidos, pero no sé desvivía por eso.
Muy al contrario, le gustaba leer y gracias a Félix tenía una pequeño colección de libros de todo tema, desde folklore que era su favorito, hasta medicina que era la rama a la cual aspiraba su hermano.

Esto último si que sorprendió a Nathalie, la cual pensó y tenía en mente que al fantarle disciplina del padre quizá se había educado como una muchacha caprichosa.

Sin embargo era obvio que estaba muy nerviosa, por lo contado por su marido, tenía 6 años sin ver a sus hijos.
Algo que ella pensaba era una cobardia, y se encargó de hacerselo saber.

Amaba a Gabriel, pero tenía que admitir que había y era un padre negligente.

Entendía lo que había pasado, y sabía que se sentía culpable por la muerte de su esposa pero..

¿Quien eres Mi Princesa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora