"Epílogo" 3ra parte.

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André los recibió con gusto, su hija y sobrina estaban radiantes, André dejo la bebida por completo y restauró el orden en su negocio.
Subió ligeramente de peso y tenía buen semblante.

Leónidas batallo un poco en acostumbrarse a las comodidades, pero no lograron quitarle la costumbre de andar descalzo.

No se quedaron mucho tiempo en la ciudad, partieron en dirección a la campiña, al hogar donde ella nació y creció.

Su primera parada, fue en la tumba familiar, la cual se encontraba a unos minutos de su hogar, marinette tenía bien presente sus visitas a la tumba de su madre.

Lejos de ser triste, su padre siempre tenía una sonrisa, la tumba se erguía sobre una pequeña colina, el ángel que velaba la tumba de su madre tenía un una mirada dulce que tranquilizaba el corazón.

Lejos de ser triste, su padre siempre tenía una sonrisa, la tumba se erguía sobre una pequeña colina, el ángel que velaba la tumba de su madre tenía un una mirada dulce que tranquilizaba el corazón

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Diminutas peonías rosas y blancas crecían alrededor de la tumba y pequeñas mariposas blancas revoloteaban alrededor de ellas en un espectáculo maravilló.

Feng se maravillo al ver como la tumba estaba rodeada de vida, una mariposa se posó en el hombro de su nieta y sintió un nudo en la garganta al recordar que las mariposas blancas eran las favoritas de Sabine.

Marinette sintió ese mismo nudo en la garganta cuando vio que junto al nombre de su madre estaba el de su padre.

Nathaniel comento que los criados habían pagado por añadir el nombre de su patrón y él había pagado el resto.

Su familia había sido amada y apreciada de corazón. Feng depósito el ramo de rosas blancas y amarillas en la tumba y dijo una plegaria al cielo.

Su nieta le tomo de la mano y lágrimas silenciosas cayeron por las mejillas de el hombre mayor.

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Tal como Mario supuso, la mansión fue abandonada casi en su totalidad, muchos de los antiguos criados se fueron buscando otro trabajo.
El mayordomo y el ayudante de cámaras se quedaron como veladores de aquel edificio abandonado.
Pero ambos señores eran muy mayores y eventualmente fallecieron.

Un muchachito de alrededor de 12 años y una señora no muy mayor los recibieron.
Marinette la reconoció, era la hija más joven de la cocinera, ella vivía no muy lejos de ahí y solía darle vueltas a la mansión para correr a las alimañas.

-¡ Manon, es bueno verte!- le dijo gustosa -! Casi no te reconozco!-

-¡Mademoselle marinette!- dijo la morena abrazándola con gusto -¡ Me da tanto gusto volverla a ver!- la mujer lloro un rio, realmente pensó que no la volvería a ver.

La mujer le abrió las puertas de la entrada principal de par en par.
Adentro todo era penumbra, descorrió las polvosas cortinas de una en una y la luz iluminó la sala de la entrada principal.

¿Quien eres Mi Princesa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora