III

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- ¿¡Qué te qué!? –asentí mirando a otro lado ante la perpleja mirada de Hanji. – Pero por jebus, osea, quiero decir, me cago en... -sonreí ante su expresión.

- Ya, me quedé una hora pensando en eso. –cerré mis ojos. – M-Mejor olvidémoslo ¿Sí? –esta frunció el ceño.

- Estás loca si crees que voy a olvidar algo tan hard como eso. ¡Por favor _tn, fue un completo imbécil y te gustó cochinota! –miré la copa de champagne entre mis manos.

- Bueno, Hanji, Escuché que hacías diseños para la nueva temporada de invierno. –cambié el tema exitosamente, era algo que amaba de Hanji, podía hablar con ella hasta que se nos cayese la lengua pero siempre sería una charla amena.

- Oh sí, me enfoqué en la frialdad de este tiempo, sin embargo, quise inclinarme a algo más sensual...-sonreí mirando como hablaba maravillas de los detalles de las confecciones, siendo este desde un simple bordado a un pliegue que destaque ella lo amaba. – Por lo tanto, debería dejarte encerrada con el nuevo a ver que logro oír. –abrí mis ojos.

- ¡Hanji! –esta ladeó su rostro con una sonrisa traviesa.

- A mí no me engañas, pensabas en el gigantón. –bufé.

- Pensaba en ti, tonta. –la cara de la castaña se volvió un poema.

- ¿En mí? –parpadeó, rodeé los ojos.

- En como hace solamente 5 segundos me gustaba hablar contigo. –me levanté de la mesa. – Con permiso. –esta abrió sus labios.

- ¡_tn! ¡Era broma!

Me acompañó a mi casa para luego despedirnos.

Me levanté a la mañana siguiente, me vestí como suelo hacerlo normalmente, algo ajustado y de colores oscuros, me sentía tan bien, y aprovechando el frío me coloqué una bufanda hecha por Hanji, de color carmesí a juego con un labial del mismo color. Llegué a mi oficina atrayendo miradas, especialmente la de mi amiga que salía de la oficina de Alma antes de mirarme con el ceño fruncido.

- ¿Tu eres _tn? ¿Mi _tn? –enarqué una ceja.

- Sí buscas un hotel, Trivago es tu mejor opción. –esta soltó una ruidosa carcajada.

- Joder _tn, estás muy sexy. –miré a otro lado. - ¿Eso es por el gigantón estoy tan segura como que me llamo Hanji Zoe. –suspiré pesadamente.

- Ya no existirá ninguna Hanji Zoe sí sigues con eso. –le sonreí de la mejor manera que sé hacerlo, hipócritamente.

- Ya pues perdón, pero yo no quiero oír un ''Me violó'' a la salida ¿Eh? –me sonrojé levemente ignorándola y entrando a mi oficina. Me dediqué rápidamente al papeleo que no hice ayer.

- Jajaja... -unas pequeñas risas tontas predominaron el ''silencio'' que había. – Oh, Mike. –oí y rodé los ojos antes de seguir mirando la hoja en la que escribía.

- Reportes de... Ummhhg.... –fruncí mis labios.

- Muy amables señoritas, pero tengo que trabajar. –ellas respondieron con más risitas y despedidas provocativas. Me levanté y abrí la puerta encontrándome con él y dos chicas más.

- Cariños míos ¿Podrían callarse? Muchas gracias, Atentamente la gerencia. –cerré la puerta devuelta para volver a mi escritorio, pero al cabo de unos pocos segundos la puerta se abrió. Miré indignada al rubio que asomaba burlón.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now