VI

427 39 3
                                    


Me levanté de apenas dormir unas dos horas, di vueltas en la cama como tonta, aparte que me comí una tarrina de helado de chocolate con maní mientras veía una película. Casi cerré el ojo para luego saltar por el despertador a las seis.

Hanji había quedado en ir a primera hora a mi casa antes de ir a trabajar, le llamé cuando llegué anoche y le dije que le diría todo lo que pasó al día siguiente, por que sí no estaría toda la noche hablando con esta chica.

Me detuve frente a mi espejo cuerpo completo y me observé detenidamente ¿De verdad parezco una zorra? Es decir... Bajé un poco la falda corta que veo que me llega por encima de los muslos. Suspiré mirando mi armario antes de pararme frente a el y abrirlo, saqué unos vaqueros y unos leggins, en resúmen, saqué mi colección de pantalones que dieron total de unos cinco. No tengo pantalones... Puse mis labios en línea recta mirando detenidamente cada uno, Soy una zorra y no lo sabía, tengo una cantidad exorbitante de vestidos y faldas cortas, ni hablar de las blusas de escote...

Respiré hondo tomando unos jeans blancos.

Bueno, hoy es viernes, no debería preocuparme por lucir muy casual, es decir, la mayoría luce casual todos los días. Recogí mi cabello en una coleta y apenas me maquillé.

Ding Dong.

Abrí la puerta y me encontré con los ojos cafés de Hanji, estaban totalmente abiertos mostrando sorpresa.

- ¿_tn? -asentí dudosa, debo lucir mal ¿Tal vez me veo muy rara? Debería cambiarme... - ¡¡Te ves genial maldición!! -exclamó agarrando mis mejillas y alzando mi rostro para luego mirar mi cuerpo. - ¡Demonios mujer! -me sonrió de oreja a oreja y yo miré a otro lado. - ¡El gigantón te hizo bien! Venga, dime todo lo que sucedió anoche. -nos tiramos en el largo sofá rojo salmón contrastado con abedul negro en la base.

- Amhg... -jugué con mis manos. - No es... Lo que yo creía que era... -Hanji frunció el ceño.

- ¿La tiene pequeña? ¿No sabe hacerlo? ¿No llegaste?

- ¡No! ¡E-Eso no! -chillé nerviosa para luego sentir tanto calor en mis mejillas que resultaba molesto. - E-Es decir, no hicimos nada. -la castaña tenía una ceja enarcada.

- Nada. -negué. - Nada de nada... -volví a negar y esta suspiró suavemente. - Joder, y yo aposté mi vida para nada... -reí suavemente contagiándola.

- Bueno... Prácticamente, me dijo que él era un picaflor simplemente para ver cual chica es una puta y cual no. - Hanji hizo una mueca de extrañez. - Sí, lo sé, internamente hice esa cara. -suspiré mirando al frente. - Y.. Me invitó a salir. -miré la boca abierta de mi amiga.

- ¿Cuando?

- Hoy. -me agarró de las manos mientras me miraba a los ojos fijamente.

- _tn, tú por lo que más quieras en esta vida tienes que salir con Mike. -mis mejillas se tiñeron de rojo. - Por tu santa castidad, sal con él. -hizo una leve reverencia. - Tienes mi permiso. -ahogué una sonrisita.

- B-Bueno, lo intentaré. - esta sonrió de oreja a oreja.

- Venga, vamos a comer que Levi tiene esta mañana libre y me hace falta el enano. -sonreí emocionada.

- ¿Mañana libre? ¿Los planetas se alinearon? -esta rió suavemente.

Levi Ackerman, mi mejor amigo desde que tengo memoria, vivía por mi vecindario en ____ cuando tenía apenas siete años y nos conocimos en un pequeño accidente en el que su querida cacatúa shiro se coló a mi casa y él de inmediato tocó a mi puerta para buscarla, un niño azabache con cabello largo y una mirada muy fría era lo único que había visto, yo solía ser muy sociable con 0% de hipocresia por lo que, aunque era muy receloso con sus palabras y con salir de su casa, solo nos veíamos cuando Shiro se escapaba a mi casa, sola y únicamente por tener un gran arbol en mi jardín trasero, cosa que no tenía nadie más cercano. La nostalgia me invadió recordándome a mi primer gato, negro de patas blancas era una simple monada se llamaba Sr Bigotes.

- ¡Levi! -el ya hombre, médico cirujano, se encontraba sentado en una mesa apartada cerca de un rincón, seguramente la más limpia que encontró. Saludé con un beso en la mejilla al igual que Hanji.

- Mhg, no es que las vea tan seguido pero creo recordar que no te vestías así. -sonreí tímida mirando a otro lado.

- ¡Ah! Es que _tn-chan tiene una cita. -cruzó sus manos en la mesa, yo solo evitaba esa mirada grisácea. Pues, Levi es como un padre para mi.

- ¿Una.. Cita? -me miró inquisitivo con aire receloso.

- ¡Sí! Es con un nuevo en la empresa, se llama Mike y también es publicista.-el azabache bebió lentamente su usual té negro meintras cerraba sus ojos dándose a un calmo momento, lo miré comenzando a sentir nervios, aquí comienza el interrogatorio.

- ¿Edad? -miré a otro lado.

- Umhg... No sé ¿Tal vez un poco mayor por uno o dos años? -miré a Hanji suplicándole por ayuda pero esta se encogió de hombros.

- ¿Divorciado?

- Eeeeemhg... No lo sé... -me revolví en mi asiento mirando mis manos.

- ¿Fuma o bebe? -mis labios formaron una línea recta y respondí con silencio culpable provocando su mirada hostigante sobre mí - ¿Desde cuando lo conoces, mujer? -reclamó dejando la taza en la mesa a lo que miré a otro lado.

- Desde... hace... ¿Dos días? -lo miré con una pequeña sonrisita.

- Estás loca... -suspiró pesadamente. - ¿Y por qué se supone que quieres salir con él? -busqué lo más rápido que pude una respuesta pasable.

- Emhg... Es... Distinto a los demás. -Hanji tenía una mueca muy graciosa evitando reír por la expresión de Levi, simplemente perfecta.

- Claro. -miró a otro lado. - No daré ninguna opinión hasta yo verlo con mis propios ojos.

- Pues míralo. -fruncí el ceño ante las palabras de Hanji.

- ¿Qu... -miré sobre mis hombros observando como ese gigantón que perturbó mis sueños hasta el cansancio entraba por las puertas francesas medianamente agachado por su altura. De inmediato me acomodé en mi asiento mirando el frente intentando poner un semblante serio. Miré a Levi que tenía una expresión de ofendido.

- Debes estar jodiendo ¿Verdad? -ahogué una risita, es todo lo contrario a él. Lastima que Hanji aveces no sabe disimular nada y se carcajeó estrepitosamente llamando la atención de algunos alrededor y ¿Cómo no? La atención de Mike. Observo cautelosamente y me topo con su mirada coqueta, maldición, otra vez no, me senté bien en mi asiento con el rostro ardiendo y mirando mis manos. - Tch, ya te tiene idiota, mujer. -lo miré mal inflando levemente mis mejillas, pero me tensé completamente al sentir ese maravilloso perfume masculino a mi lado.

- Buenos días, chicas. -saludó cortés.

- ¡Hola Mike! -sonrió de oreja a oreja, entonces su mirada ámbar paró sobre mí, encontrándose con mis ojos.

- B-Buenos... Días.... -este me miró detenidamente con una sonrisa leve que fue creciendo cada vez más hasta ya no ser tan secreta.

*Ehjem*

Levi carraspeó su garganta llamando la atención del rubio, el cual le miró de inmediato.

- Mis disculpas. -tendió su mano. - Mike Zacharius . -se presentó, Levi miró su mano por unos segundos antes de tomarla.

- Levi Ackerman. -devolvió el gesto pero apenas soltó la mano del rubio sacó de su bolsillo un pequeño envase de antibacterial para aplicárselo detenidamente. Mike posó nuevamente su mirada en mí.

- Que casualidad encontrarte aquí. -evité sus ojos con recelo.

- Sí, que casualidad... -mordí mi labio levemente nerviosa.

- Veo que pensaste en lo que habíamos hablado. -fruncí el ceño suavemente.

- No adelantes conclusiones, Zacharius. -miré su típica sonrisita burlona, lo odio.

- Es divertido hacerlo. Sin embargo, intento adelantarme a las palabras que anhelo escuchar, __tap. -me dedicó una pequeña sonrisa antes de dar un paso atrás. - Bueno, me retiro. Un placer Ackerman. -miró a Levi de reojo el cual hizo un gesto con su cabeza. - Nos vemos en la oficina...-me lanzó una mirada cómplice y yo sólo jadeé temblorosa.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now