XIII

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- ¡¡Amhg!! –mi mente estaba nublada. Nos detuvimos hace una hora para comer algo mientras intentamos ver TV en la sala, oh, joder, ¿Este mueble desde cuando es tan cómodo? - ¡Ah! ¡Mike! –me quitó con brusquedad su camisa.

- Umhg, nena... -mordisqueó la piel de mis costillas antes de hundirse de nuevo en mí. – Hagh, que delicia de postre... -me reí atontada tirando mi cabeza hacia atrás.

- ¡Oh, joder! –rasguñé el mueble mirándolo suplicante. – M-Mike d-dame más... –oí un par de jadeos de su parte antes de salir de mi y levantarme colocándome en cuatro, entró nuevamente golpeando mi interior con más vigor. - ¡¡Ah!! – me recargué de mis temblorosos brazos, observando vagamente los cuatro paquetes abiertos de preservativos regados en el suelo.

- ¿Así, muñeca? –gruñó apegándose a mi cuerpo.

- ¡Ay, no pares! –se aferró a mis caderas intensificando el choque de nuestras pieles. - ¡Ahg! –llegué al orgasmo y mi torso se reposó en el sofá detallando como Mike me penetraba con brío en el tortuoso ardor del placer.

*Murrhgs*

Mi gata blanca subió al sofá justo a nuestro lado, Mike detuvo sus caderas mirando con el ceño fruncido al animal.

- Fuera, coño –me reí suavemente, la gata miraba fijamente al rubio. – No me veas así, vete a joder a otro lado. –la empujé suavemente entre risitas.

- Ya mi niña, abajo. –esta obedeció y Mike salió de mi, girándome para meterse entre mis piernas y hundirse de nuevo.

- Que no venga a joder otra vez... -ahogué una risita entre sus labios, juntó nuestras frentes moviéndose paulatinamente, pero buscando meter todo dentro de mí. - ¿Te gusta así, nena? –preguntó al ver cómo me retorcía debajo de él.

- Ouuhg, sí... S-Se siente muy bien... -besó mi barbilla recargándose en sus codos mientras mantenía ese delicioso ritmo.

- Oh, joder, nena... -escondió su rostro en mi cuello mientras me aferraba a sus cabellos despeinados. - _tn... -gimió y solté una sonrisita tonta. – Me vengo, nena... -luego de un par de estocadas se quedó totalmente quieto reposando sobre mi pecho. – Ohh estoy exhausto... -tiré mi cabeza hacia atrás jadeante, todo mi cuerpo está tembloroso pero tengo una sonrisa estúpida en mis labios.

- Jo-der, apenas puedo respirar... -repliqué a duras penas haciendo que se recargue de sus fuertes brazos para mirarme juguetón.

- ¿Te gustó? – asentí atontada.

- Fue delicioso... -besó mis labios una vez más antes de volver a recargarse en mi pecho aspirando detenidamente.

- Me quedaría por horas entre tus tetas... -rodeé los ojos acariciando su espalda.

- Pesas mucho, Mike, vamos a la cama... -bufó levantándose para mirarme de nuevo.

- No lo digas así que ya no tengo condones... -hice una ligera mueca ahogando una risa ¿Es que no descansa? Parece conejo... No es que me moleste, claro...

- V-Vayamos a dormir, pervertido. –este besó suavemente mi frente antes de levantarse enfocándose en retirar el preservativo. Me coloqué su camisa a medio abotonar y rebusqué con la mirada mis bragas.

- ¿Buscas algo? –le miré un par de segundos, se colocó sus bóxers. Suspiré mirando mis piernas, la camisa me cubre hasta los muslos pero igual me siento desnuda.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now