Office Game (Mike Zacharius)

VII

Respiré hondo ante la mirada fija de Hanji, me miré en el espejo del ascensor mientras repasaba mis palabras en mi mente.

'' Sí ''

¿Realmente quiero decir sí? Es decir...

- Ya estás dudando. -suspiró la castaña a mi lado como leyendo mi mente.

- ¿Desde cuándo puedes leer los pensamientos? -esta rodó los ojos.

- Se te ve el miedo en la cara. -nos quedamos calladas cuando las puertas del ascensor se abrieron. Salí y me despedí de Hanji caminando algo incómoda por las miradas ajenas.

- Se ve hermosa hoy, _tap. -saludó uno de los empleados a lo que le sonreí en respuesta.

- Muchas gracias. -giré al pasillo de las oficinas y al final de este detallé la agradable presencia de Erwin Smith charlando amenamente con Alma en la puerta de la oficina de esta.

- Esta temporada será fantástica, espero que te haya gustado la idea, Erwin. -este sonrió serenamente.

- Por supuesto, estoy de muy de acuerdo con la nueva adición a la empresa. -Alma sonrió traviesa.

-Solo pensé en ustedes. - se encogió de hombros. - Claro, que necesitaremos modelos. -le guiñó un ojo y este negó con la cabeza divertido. - Oh, vamos, serías perfecto. -Erwin suspiró suavemente.

- Bueno, lo pensaré. Nos vemos luego, Alma. -esta se despidió y el rubio se giró mirándome con ligera sorpresa.

Ohh, Smith, es un caballero, de esos hombres clásicos que busca algo serio con una chica, por su puesto a mi me llamó la atención en el momento que lo conocí e intenté tener algo con él, sin embargo este lo evadía. Y justo en este momento gracias a Mike sé el por qué. A mi mente vuelve los pensamientos de esta mañana. ''Era una zorra y no lo sabía'' Que ahora se remplazan por... ''Alejaba a los hombres que valían la pena por como lucía''

Este se acercó con sus sonrisas típicas.

- _tn, que placer verte de nuevo. -fugazmente me miró de arriba abajo.

- Lo mismo digo, Erwin. - miré detrás de él a Mike salir de su oficina. - Ha pasado mucho desde que nos vimos ¿Por qué no quedamos un día para desayunar? -este ladeó su rostro.

- Me parece muy buena idea. -sonrió mostrando su blanca dentadura que disfruté mirando detenidamente sus labios. - ¿Te parece mañana? -sonreí llenándome de emoción.

- Por supuesto.

- Bueno, me retiro que tengo el tiempo encima. Fue un placer verte de nuevo...-asentí dedicándole una dulce sonrisa. - Mis saludos a Hanji. -tomó mi mano sutilmente acercándola a sus labios y plantando un delicado beso. Mordí mi labio ligeramente con una sonrisita tonta ante su penetrante mirada azulada.

- Hasta mañana. -me giré siguiéndolo con la mirada, detallando su figura semi delgada, tenía su gabardina doblada en su brazo sacando a relucir una simple camisa blanca.

Me giré intentando ahogar la sonrisa burlona para toparme con esos ojos ámbares ahora crispantes, lo miré desafiante con una sonrisita traviesa.

- ¿Ya no saldrás conmigo? -se acercó peligrosamente a mi hasta ponerme contra la pared solo y únicamente con sus intensos ojos y dominante presencia. Jadeé comenzando a ponerme nerviosa.

- Y-Yo no dije que tendría una cita con él. -aclaré intentando parecer firme. - N-No tienes que reclamarme nada. -este sonrió levemente.

- No estoy reclamando nada. -ladeó su rostro acercándolo al mío hasta sentir su tibia respiración en mis labios. - Solo quiero saber si quieres salir conmigo o no... -mordí mi labio sintiendo mis piernas flaquear ante una punzada placentera en mi vientre. ¿Cómo me puedo excitar sí ni siquiera me está tocando?

- S-Sí quiero... -mascullé débilmente mirando a otro lado.

- ¿Disculpa? No te oí... -sus labios rozaron suavemente mi mejilla a lo que mi cuerpo enteró se tensó dejando de respirar para centrar todos los sentidos en ese suave roce acompañado de su barba.

- ¡Sí! -exclamé algo alto separándome para luego jugar con mi coleta mirando mis pies. - Está bien. -lo miré a duras penas, este sonreía travieso.

- Esta noche, después del trabajo. -decretó tajante antes de marcharse por mi lado, respiré hondo maldiciéndolo internamente. Entré a mi oficina para despejarme e intentar hacer mi trabajo.

Al terminar suspiré pesadamente recargándome de mi silla. La puerta de mi oficina se abrió de repente, pegué un suave salto anhelando ver esos ojos ámbares.

- Ah, eres tú. -terminé de ordenar mis papeles perdiendo el interés, Hanji hizo morritos cerrando la puerta y tirándose en el sofá negro.

- Sí, me alegro de verte. -rodó los ojos. - Sé que quería ver al gigantón nena, pero ¿Qué se le hace? Ahora tienes algo mejor... -me lanzó un beso y yo no evité soltar una risita. - Hehe, ¿No has hablado aún con él? -la miré.

- Sí. -respondí sin dar más detalles.

- Me imagino que le dijiste que sí. -asentí. - Ajam... ¿Y? -exigió y yo suspiré suavemente.

- Bueno, saldremos esta noche. -abrí los ojos recordando el compromiso de mañana. - Por cierto, me encontré con Erwin hoy. -Hanji sonrió de oreja a oreja.

- ¿Enserio? Anda ya. -asentí.

- Quedé con él para desayunar mañana ¿Quieres ir? -supliqué no quedarme sola con él, me sentía como una tonta cuando se tocaban ciertos temas y me miraba fijamente con sus profundos ojos.

- Me encantaría, hace tiempo que no le veo... -me miró de reojo enarcando una ceja. - ¿Y por qué no te quedas sola con él? ¿Huh? -se levantó al igual que yo.

-P-Por qué, e-emhg, estoy pensando en ti, para que le veas también y me sales con esas –rodeé los ojos comenzando a caminar a paso rápido, sin tacones es más fácil.

- ¡Oye! –se posó a mi lado agarrando mi brazo para seguirme el paso. – Yaaa... Quieres que te ayude ¿Eh? –me codeó una costilla y mis mejillas ardieron.

- N-No lo necesito, gracias. –bufé pulsando el botón del ascensor.

- Claro, con mi ayuda podrías hacer un trío con Erwin y Mike, cariño. –casi me ahogo ante sus palabras.

- ¡H-Hanji! –jadeé mirando a otro lado, no es que no quiera pero... Negué con la cabeza antes de reñirle con la mirada.

- Solo digo... -alzó sus manos sin culpa.

- V-Vayamos a comer y ya.

mfn