XXV

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Me levantó de los muslos y me sentó en el escritorio para sonreírme levemente.

- Estás hermosa... -mi cara se tiñó de rojo ante su atenta mirada.

- M-Mike e-espera... -sus manos acariciaron mis caderas y se detuvieron en mi espalda acercándome a él para juntar más nuestros cuerpos.

- Quiero besarte... -me mordí el labio ladeando mi rostro ante su intento de besarme. - _tn... -acarició mi mejilla y yo me tensé.

- ¿P-Podemos... Hablar? –este frunció el ceño extrañado y se alejó lo suficiente para mirarme al rostro mientras mantenía el agarre en mis caderas.

- Claro, lo que tú quieras mi vida... -respiré hondo.

- Mike... Tus... Ataques de celos son... -enarcó una ceja.

- ¿Es eso? –suspiró suavemente. – Lo siento mi vida, de verdad. –besó mi frente. – Lo que menos quiero es hacerte daño, y sinceramente... Me pongo mal cuando te veo con otro... -me abrazó con algo de fuerza.- No quiero que lo tomes a mal pero... De verdad quiero que seas mía, y solo mía... -mi cuerpo empezó a temblar levemente. –Te amo mucho y no quiero perderte por una tontería como esa... -me agarró de las mejillas para mirarme a los ojos.

- N-No es una tontería... M-Me hiciste daño. –este se descompuso.

- Lo sé, y soy un maldito imbécil por eso... -juntó su frente con la mía. – No lo volveré a hacer, te lo prometo... -me relajé bastante ante sus palabras.

- Yo... Tampoco quiero perderte Mike... -se separó para mirarme. – Además, no sé cuantas veces tengo que decirte que soy tuya, no tienes que preocuparte de nada... -este suspiró besando detenidamente mi nariz.

- Me gusta oírlo... -reí suavemente. – Ah, que linda te vez cuando sonríes... -bajé mi rostro que ardía como el demonio.

- ¿Me regalaste unos chocolates? –alcé la caja y este me sonrió.

- Sí... ¿Te gustan? –lo jalé del cuello de su camisa para dejarle un suave beso en los labios.

- Bastante. –sonrió sobre mis labios antes de comenzar un pequeño beso juguetón.

- Bueno mi amor, tengo que trabajar. –besó mi mejilla detenidamente. – Pero... Salgamos a almorzar ¿Sí? –sonreí.

- Por supuesto. –acarició mi mejilla antes de soltarme y encaminarse a la puerta para salir de mi oficina. Solté un suspirito.

¿Por qué dicen que es malo? Por favor... Es un amor...

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A la hora del almuerzo terminé de ordenar unos papeles antes de irme con Mike.

La puerta se abrió y me giré con una sonrisita.

- Toda esta zona está algo vacía... -cerró la puerta y se acercó a mi juguetonamente, sonreí atontada rodeando su cuello con mis brazos cuando me acorraló contra los archivadores.

- ¿Ah sí? ¿Y qué piensas hacerme? –su nariz jugó con la mía mientras sus labios rozaban los míos.

- Cogerte bien duro es una buena idea... -reí atontada.

- Ohh, sí Mike... -atrapó mis labios en un ardiente beso. Nuestras manos comenzaron a jugar traviesas, tocando el cuerpo del otro desvergonzadamente.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now