Office Game (Mike Zacharius)

XII

- ¿Saldrán hoy? –Hanji se sentó en mi escritorio con una sonrisita traviesa, suspiré una vez más ahora fijando mi vista en la castaña. – Ay, no me veas tan feo, cariño. –hizo morritos bajándose del escritorio para luego recargar sus brazos de este. – ¡Pero dime de una vez!

- Sí, saldremos... -esta acercó más su rostro al mío.

- ¿Y qué harán? –fruncí el ceño.

- L-Lo que se hace en una cita... -alargó su sonrisa.

- Follar. –miré el cielo sintiendo mis mejillas arder.

- Y conversar, comer algo, caminar, ver una peli... -detuve mi lista ante su ceja enarcada.

- Claro, lo de comer te lo creo. –mordió su labio. – Comer mientras foll...

- ¡Hanji! –chillé golpeando mi escritorio.

- ¡Oh venga! ¡Imagínalo! Crema batida en su pecho... Un par de marshmellows en su abdomen... Sirope de chocolate en su pe..

- ¡Coño ya! –inflé mis mejillas atiborrada, me encantó esa escena. – C-Cálmate mujer... -suspiré levantándome y arreglándome mi suéter.

- ¡Se lo diré para que se embarren todo de comida en la cama! –exclamó antes de salir corriendo de mi oficina.

- ¡Mira maldita cuatro ojos! –asomé por mi puerta y Hanji estaba parada frente a Mike con una sonrisa de oreja a oreja que daba miedo mientras este la miraba con una ceja enarcada.

- ¡Tienes que cojerte a _tn con comi-

- ¡Cállate mierda! –cubrí su boca con mi mano y la rodeé desde la espalda arrastrándola a mi oficina.

- ¡MHGHGMGMHJJS! – Mike seguía con su ceja alzada, documentos en una mano y un latte en la otra. Cuando cerré la puerta no pude evitar reír atontada.

- Ay, que lindo... -Hanji no podía dejar de mirarme burlona.

- Pero miiira que tonta está la chamaca. –revolvió mi cabello suelto y yo solo intenté quitarme la sonrisita de mi ardiente cara.

El día pasó sereno, mordí mi labio mirando la hora en mi teléfono, son las seis.

Toc toc toc

Suspiré antes de permitir el paso. Mike entró con un osito de peluche medianamente grande de color marfil el cual tenía un sobre blanco ligeramente abultado entre sus patitas. Enarqué una ceja notando que ya tenía una sonrisa tonta en mi rostro.

- ¿Y eso? –este lo dejó frente a mi.

- Para ti de un admirador secreto...

- ¿Admirador? –sonrió levemente antes de cruzarse de brazos.

- Ábrelo. –ligeramente atontada por la situación, le quité el sobre y lo acaricié con mis dedos intentando adivinar que había dentro.

- Umh...- curiosa, retiré el pliegue y miré dentro con ansias.

Abrí mis ojos de par en par sintiendo mis mejillas arder demasiado, cerré nuevamente el sobre y lo puse sobre la mesa sin poder mirar al hombre frente a mi por la vergüenza.

- ¿C-Condones? –este soltó un bufido burlón antes de agarrar el sobre y depositar el contenido en el escritorio.

- Elige el que más te guste. –lo miré unos segundos con incredulidad, luego bajé la mirada a los paquetitos de colores de diferentes sabores.