XXIV

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__tn P.O.V

Desperté con los lindos rayos del sol, un mal sabor de boca y un increíble dolor de cabeza.

Me senté restregando mi rostro intentando ubicarme.

¿Ah? Es la casa de Levi...

Fruncí el ceño enderezándome ¿Qué coño hago en la casa de Levi?

Decidí levantarme, observé mi vestimenta y luego la cama desordenada.

Ummm... No quiero pensar mal, es Levi...

Decidí salir y lo encontré en la cocina, estaba tomando té mientras ojeaba rápidamente un periódico. Hice una mueca ante el dolor de cabeza y choqué con algo no sé con qué y casi me caigo.

- Ah, despertaste... -dejó el diario en la encimera junto a él antes de acercarse a mí con otra taza de té. – Te daré una aspirina, espera. –lo miré extrañada pero decidí sentarme ante el malestar que tengo. – Toma. –me la dejó en la mesa. Lo miré exigiendo respuestas. – El té está dulce, como te gusta. –acarició vagamente mi cabeza y yo me tomé la pastilla antes que cualquier cosa.

- Emm... -formulé bien mis palabras en mi desordenada cabeza. - ¿Qué... Qué pasó anoche? –este miró a otro lado murmurando algo que no logré escuchar, luego suspiró y me miró.

- Lo supuse... ¿No te acuerdas de nada? –fruncí el ceño tal vez malpensando un poco.

- Ammm, nada después de la cena... -este miró a otro lado hundiendo su rostro en su taza.

- Fuiste a buscarme al hospital, borracha. –abrí mis ojos horrorizada.

- ¿Qué yo qué?... –asintió.

- Entonces te traje aquí. –bajé mi rostro que comenzaba a arder.

- Ay dios que vergüenza... -me cubrí la cara con mis manos.

- Seh, Hanji debe de venir dentro de poco, le dije que te trajera ropa. –me mordí el labio.

- G-Gracias Levi... -este negó con la cabeza.

- Iré a comprar algo para comer, tengo hambre. –me levanté de mi asiento.

- D-Deja cocino yo. –este me miró un par de segundos para luego asentir. - ¿Qué quieres desayunar? –abrí la nevera e hice una mueca.

- No sé, no debo de tener un coño en la nevera... Sabes que como fuera. –cerré el refri y me giré a mirarlo.

- Sí, no tienes un coño. –este se metió unas llaves en el bolsillo de una cazadora.

- Deja compro algo y vuelvo. –miré a otro lado.

- Vale... -salió de la casa y yo me senté en el sofá y encendí el televisor algo nostálgica. Cambié canales al azar y me quedé viendo algo un muy buen rato, hasta que escucho lo que supongo es mi móvil. Miré la mesita y mi carterita de mano sobre esta.

Me estiro y lo agarro para rápidamente chequear quien llama.

** Mike**

Me mordí el labio dudando...

- ¿H-Hola? –mi voz apenas salió.

- Oh, mi amor, te llamé anoche pero no respondiste y me quedé muy preocupado... -jadeé ante su voz ronca...

- No... Yo... Disculpa, n-no me sentía tan bien... -recogí mis piernas escuchando sus suspiros con detenimiento.

- Ya veo, de verdad no me gustó dejarte sola ayer, perdóname. –negué con la cabeza.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now