XXXIII

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_tn P.O.V

Me senté en mi escritorio soltando un suspiro antes de ponerme a hacer el poco papeleo que tenía, al cabo de una hora mi teléfono vibró en mi escritorio, lo miré de reojo, estaba concentrada.

Suspiré tomándolo y mirando el nombre de la veterinaria.

Atendí al cuarto tono.

- ¿Sí? ¿Hola?

- Emgh, señorita ¿_tap? –hice un sonido gutural afirmativo

- ¿Sí dígame?

- Um, tenemos un pequeño incidente, que, realmente le adelanto que no tengo ni la menor idea de cómo ocurrió, y... Realmente lo siento, me avergüenza como profesional este acontecimiento por ser... La primera vez que sucede en mi instalación...- fruncí el ceño confundida.

- ¿Q-Qué ocurrió? –con el corazón en la garganta oí lo que menos creí que iba a escuchar en mi vida.

- Su... Su gata estaba muerta cuando fuimos a buscarla para realizar la operación. –abrí mi boca incrédula.

- ¿Qué?... –salió de mí un pequeño hilo de voz.

- L-La revisé y tiene una fractura en su cuello por presión, r-realmente no sé como ocurrió, l-lo lamento tanto. –jadeé atónita.

- ¿C-Cómo que no sabe como ocurrió? –temblorosa intenté levantarme pero tenía todo atorado en mi garganta.

- Señorita, de verdad que me disculpo, no tengo ni idea de que pudo ocurrir, parece más cómo sí la asesinaron... -restregué mi entrecejo, estoy demasiado aturdida para pensar en algo claro.

- ¿D-De... De qué está hablando? –pregunté al borde de las lágrimas.

- Dudo que mi personal haya hecho algo así, ni siquiera por error. –sequé rápidamente la gota que se deslizaba por mi mejilla. – La única persona que la vio por última vez fue... su... acompañante. –fruncí el ceño indignada.

- ¿Qué está queriendo decir?

- Es simplemente una posibilidad, él se había quedado ahí solo. –con la boca abierta parpadeé un par de veces.

- No puedo creerlo... ¿Buscan un responsable de la negligencia médica de sus trabajadores? –esta iba a responder pero mi rabia fue mayor. -¿Qué hace uno con condolencias? ¿Huh? No puedo creer que sean tan inútiles e irresponsables. –colgué de mala gana y la puerta de mi oficina se abrió dejando ver a Mike que de inmediato frunció el ceño al verme.

- ¿Qué pasa cariño? –arribó a mi lado rodeándome en sus brazos mirándome con detención.

- E-Esos imbéciles de la veterinaria d-dejaron morir a mi Snowball. –abrió los ojos levemente sorprendido.

- ¿Qué? –mis lagrimas empezaron a salir y me escondí en su cuello mientras él me acariciaba la espalda. - ¿Cómo pasó? –negué con la cabeza controlando mis sollozos.

- N-No sé, n-no lo saben... -me ahorré la parte de la sospecha de hacia él, vaya estupidez.

- Son unos negligentes... -acarició mi cabello con dulzura. – Podemos denunciarlos sí quieres. –negué con la cabeza.

- N-No, no a ese extremo, n-no quiero saber nada de esa gente... -asintió besando mi frente.

- Entiendo mi amor.... –jadeé, es cierto que Mike pasó por la muerte de su perro, sin embargo, creo que es peor la manera en la que él la vivió. - ¿Te parece que vayamos luego a distraernos? A almorzar solamente. – acarició mis mejillas con dulzura, asentí calmando mis lagrimas, me sigue doliendo todo internamente.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now