XIX

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Me puse la camisa que Mike tenía puesta mientras que luego de insistirle mucho lo ayudé a cocinar algo para la cena.

- Oh sí nena... -me acorraló contra la encimera mientras yo cortaba un pimiento.

- ¡Mike deja, estoy cortando! ... -chillé entre risitas cuando comenzó a besar mi cuello desnudo.

- Pero estas sacudiendo tus caderas y me estas volviendo loco... -negué con la cabeza mientras reía.

- Aquí están tus pimientos. –me giré a mirarlo con una sonrisita, me besó suavemente antes de agarrar la tabla de cortar y acercarla a la sartén.

Lo abracé por la espalda aspirando hondo el aroma de las chuletas de cerdo y el embriagador perfume de Mike. No tenía camisa y aproveché para detallar a fondo el aroma de su piel, la tibia piel de su fornida espalda.

- Después no te quejes sí me pongo a olerte toda... -me reí suavemente soltándolo.

- Joder que frío... -me abracé a mi misma sintiendo un escalofrío recorrer mis piernas desnudas.

- Umhg... -Mike me abrazó por la espalda de nuevo. – Espera termino de cocinar y te doy calor. –sonreí boba reposando mi cabeza en su hombro.

- Está bien Sr, chef... -me giré para rodear su cuello con mis brazos mirando sus brillantes ojos ámbar.

Metió las chuletas en el horno y se quedó haciendo una ensalada por lo que aproveché para hacer algo de chocolate caliente.

- Umm.. –tomé una taza y soplé el vapor que esta desprendía dando paso a un dulzor aroma amargo.

- Oh, dame un poco, nena... -sonreí acercándole mi taza pero este negó y la acercó a mis labios, lo miré algo extrañada. –Toma... -obedecí y mantuve la bebida en mi boca. Mike apartó la taza y juntó nuestros labios introduciendo su lengua para arrebatarme el líquido tibio de la boca, se deslizó un poco por la comisura de mi boca y con mi mano libre me aferré a su fuerte brazos que me acorraló contra la encimera.

- Oh, nena... -relamió sus labios antes de limpiar con su lengua el camino de chocolate que caía por mi barbilla.

- M-Mike... -este sonrió mirándome a los ojos.

- Está delicioso... -negué con la cabeza dándome media vuelta para tomarme la bebida. – Tenemos un rato mientras se cocinan las chuletas. –me rodeó con sus brazos besando mi mejilla mientras yo hundía mi cara en la taza.

- ¿Mhg? –lo miré de reojo. - ¿Qué vas a hacerme pervertido? –este sonrió levemente antes de separarse para buscar una taza.

- Quiero hacerte muchas cosas, solo que no me alcanza el tiempo... -se sirvió chocolate y me rodeó la cadera indicándome que lo siga. – Me gustaría que vivieras conmigo... -negué con la cabeza con una sonrisa tonta.

- Es muy pronto... -este suspiró suavemente sentándose en el sofá y abriendo sus piernas invitándome. Me senté entre sus piernas recostando mi cuerpo de su torso, cerré mis ojos detallando con detención como latía su corazón, como respiraba serenamente y como exhalaba luego de tragar la bebida caliente.

- Lo sé. –besó mi cabeza. – Pero me gustaría, realmente te amo. –atiborrada intenté enfocarme en lo que pasaba en la tele.

- Yo también te amo, Mike... -ambos miramos la televisión en un cómodo silencio.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now