XXXV

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Levi P.O.V

- Tch... -miré mi móvil ya sin estribos, es la décima vez que llamo a esta niña en lo que va del día.

Y el sólo hecho de pensar que no sé nada de ella en una semana entera me está volviendo loco.

Voy a matar a ese maldito...

Aparte de que _tn se fue de su departamento, seguramente con ese, no creo que haya sido decisión firmemente de ella...

Gruñí frustrado pateando una camilla para no arrancarme el cabello. Sostuve entre mis manos mi móvil una vez más para escribir un mensaje lo más rápido que pude cuando se me encendió el foco.

** Cuatro ojos habla con tu noviecito y pídele la dirección del tipo ese**

En lo poco que logré conocer a Erwin, tengo en claro que es amigo de tal Mike, mínimo debe saber donde vive.

Mi teléfono vibró y abrí el mensaje de inmediato.

** Um, claro, le preguntaré pero está en un viaje de negocios y no sé sí responda.

De todos modos vuelve mañana porque su padre enfermó. A más tardar podría decírnoslo cuando llegue. **

Suspiré.

** Inténtalo... **

** Sabes que lo hago. **

** Sé cuanto la quieres ver, Levi, tienes que ser fuerte por ella **

** Lo intento... **

** Y lo haces bien, ella no merece a nadie más que a ti. **

Cerré mis ojos suspirando pesadamente por el rumbo de la conversación.

** Apenas me diga, te aviso. Descansa Levi. **

Fruncí mis labios, seguro lo dice por las ojeras que tengo. Restregué mi rostro detallando unos ya algo largos cañones de barba que están en toda mi mandíbula.

- ¿Doctor? –miré algo ido la puerta. – Tenemos una pequeña emergencia, un niño se rompió un brazo y pediatría está en cirugía... ¿Podría atenderlo? –suspiré con suavidad.

- Claro. –me encaminé hasta uno de los consultorio de pediatría. Aspirando el usual frío que recorre el hospital entero. Miro detenidamente al crío una vez entro en el cubículo, castaño moreno de ojos verdes que mordía su labio luchando por no llorar.

- Oh, doctor, mi hijo es un revoltoso inquieto. –miré a la mujer de cabellera marrón oscura y claros ojos grandes. – Estaba cansada de decirle que no se subiera al árbol pero él es un necio. –este bufó mirando a otro lado.

- ¡Ya te dije que quería bajar a un gatito! –lo miré de reojo.

- Pero ahora te rompiste un brazo. –me miró. - ¿No se te ocurrió llamar a los bomberos? Salvarías al gato y tendrías tu brazo sano... -alcé la radiografía observando la fractura, tiene suerte de ser algo mínimo, aunque de igual manera, debería estar sintiendo suficiente dolor para hacerlo llorar.

- Eso fue lo que yo te dije, Eren... -balbuceó otra cría, de cabellos negros y cortos con una gran bufanda roja alrededor de su cuello. No había notado su presencia hasta que habló, estaba oculta detrás de su madre.

- Pero nunca le haces caso a nadie, que bueno que estaba Mikasa para ayudarte por que sí no... –replicó la mujer suspirando y el crío miró a otro lado.

Office Game (Mike Zacharius)Where stories live. Discover now