- ¡Me siento como un idiota! – Golpeo con fuerza un contenedor.
- Ya cálmate James.
- ¿No lo entiendes Frank? No entiendo cómo me dejé perder así, ¡Cómo la dejé ir!
Frank llena el tanque de combustible, pero se toma el tiempo de acercarse a mí:
- Vamos viejo, no te castigues así, no es sano.
- Amigo, tu tanque de bencina ya se llenó – Le avisa uno de los trabajadores en la gasolinera.
- Cierto, espera James... ¡Ya voy!
Tengo cada humillante recuerdo raspando mi mente. Mi ojo está morado al igual que algunas zonas de mi torso... ¡Henry es un desgraciado! Intento respirar hondo para conservar la tranquilidad. Lentamente me acerco a Frank y apoyo mi espalda en la parte frontal del vehículo. A Frank no le importa, sabe que así lograré ordenar mejor las ideas.
- La verdad no lo entiendo amigo – Le confieso – ella ni se inmutó a que ese imbécil le dijera cosas, como si ella fuera de su propiedad.
- Vamos James, quizás exageras.
- ¿Exagerar? Tú la viste mejor que nadie. Conocemos a Ángela desde siempre, ambos sabemos que ella no es así.
- Bueno, en eso tienes razón. ¿Recuerdas a cuantos pateó porque se sobrepasaban con ella? – Frank me desvía el tema, y yo lo noto.
- ¿Qué pasa Frank? – Le pregunto – Te veo nervioso, ¿Hay algo que quieras decirme?
Frank se queda en silencio, rasca su calva como queriéndome evadir la pregunta. ¿Cómo no conocer a este bribón? Le vuelvo a formular la interrogante:
- Frank, ¿Tienes algo que decirme?
- Este... mira James, Ángela está...
¡BONK! Un fuerte ruido hace sacudir la ciudad, las personas en la calle empiezan a gritar despavoridas, algunos corren como si no supieran a dónde ir. De fondo escuchamos sirenas, choques de autos y conmociones. ¡No tenemos idea de qué sucedió!
- ¡Madre de Dios! ¡¿Qué fue eso James?! – Me pregunta Frank con miedo.
- ¡Qué sabré yo joder, no tengo idea! Sonó como una gran explosión.
La sacudida se sintió bastante cerca, tuvo que haber pasado en la siguiente calle. Al frente hay un enorme edificio que no nos deja ver nada. Miro hacia arriba y por detrás de la gran estructura va ascendiendo una enorme columna de humo. No me caben dudas... ¡La explosión fue al otro lado de dónde estamos Frank y yo!
- ¡Frank, mira! ¡El humo está a solo una cuadra de aquí! – Le aviso con gritos producto de las sirenas que no paran de sonar.
- ¡Y eso que importa, el tanque está lleno! ¡Vámonos de aquí!
No, no me puedo ir aún. ¿Y si hay gente herida de gravedad que necesite ayuda? Probablemente los bomberos o rescatistas tarden en llegar... Pero yo puedo hacer algo, aunque sea algo poco. Aún me siento adolorido por la pelea con Henry, pero tengo las fuerzas de ver si hay alguien que necesite auxilio. ¡Mejor no pensarlo más! Me largo a correr hacia el lugar de los hechos.
- ¡James! ¡Maldición a dónde rayos vas! – Me grita Frank desde la lejanía.
- ¡Descuida, solo iré a echar un vistazo! – Le respondo y sigo corriendo.
Me esfuerzo en correr lo más rápido que puedo, pero termino llegando a la calle del suceso. Lo que veo es solo miedo y destrucción. Al menos diviso a la policía haciendo perímetro alrededor del enorme incendio. ¡Es el banco central el que se quema! ¿Es un robo, un atentado, o simplemente se trata de un accidente? A mí alrededor observo a decenas de heridos, más otras decenas de personas en estado de shock. Escucho gritos desgarradores, llantos, voces pidiendo ayuda... ¡Es un caos total!
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ANDRÓMEDA
Science FictionJames es un joven con un difícil pasado, quien busca iniciar de nuevo. Pero todo parece indicar que sus oportunidades van en descenso. Sin embargo un acontecimiento increíble se convierte, accidentalmente, en la ocasión para demostrar su valor, sin...