El traje me queda ajustado, más ceñido en la zona de las axilas... Pero me acostumbraré. Me siento como un agente secreto, como un súper soldado. Me siento parte de algo sin pertenecer a ese algo, suena extraño... Pero es una mezcla agradable. Salgo del compartimento y, siguiendo la instrucción de Lhym, me dirijo al fondo del lugar. Me espera una plataforma cromada, llena de luces. Me acerco para indagar de cerca la supuesta sorpresa... Y no puedo describir la primera impresión ante lo que veo.
- Esta es la sorpresa – Me dice señalando una especie de... ¿Skate espacial?
- ¿Es lo que creo que es? – Pregunto subiéndome a la plataforma.
- Sé que tienes una afición por el deporte de la patineta. En sí nunca te he visto hacerlo, pero seguro que debes tener varios trucos bajo la manga
- ¿Bromeas Lhym? Desde siempre me ha gustado el skate, pero...
- ¿Qué sucede James?
- ¿Que qué sucede? Esto no tiene ruedas – Reclamo - ¿Seguro sabes qué es una patineta, verdad?
- Esa es la otra sorpresa – Menciona Lhym frotando sus manos – Adelante, súbete.
No sé qué pretende conseguir con esto, pero le hago caso. Me subo a la tabla de acero... Siento como el magnetismo en la suela del zapato hace efecto, ¡Se adhiere fuertemente a la tabla! Lhym espera que reaccione con sorpresa, ¡Pero ni siquiera sé que rayos hacer! Por un segundo pienso de que se trata de una broma pesada, un intento absurdo de relajarme antes de enfrentar el verdadero problema: Orión.
- Quiero que antes de maldecir, tomes aire, y actives tu poder.
- ¿Quieres que hagas qué? – Me muestro ya enfadado de todo este montaje.
- Solo hazlo James.
Rasco mi sien en señal de pérdida de tiempo. Concentrándome, activo mi poder y... ¡WOW, La tabla se enciende y comienza a suspenderse en el aire! Ladeo los brazos e intento mantener el equilibrio, procurando no caer.
- ¿Y qué te parece ahora? El prototipo se activa solo con la energía de tu poder.
- ¡Esto es...! ¡Siento que caeré! – Exclamo, siendo que solo estoy a centímetros del suelo.
- Descuida, los bototos de tu traje mantienen magnetismo perpetuo. Puedes hacer varias maniobras sin el temor de des adherirte de la tabla.
- ¿Cómo rayos me muevo? – Pregunto viendo que floto, pero me mantengo estático.
- El reloj que te pusiste sirve para poner en marcha la tabla. Tiene Cinco velocidades, la primera a velocidad promedio, y aumentando en potencia en la medida que avanzas las opciones. El botón rojo al costado de tu reloj permite que frenes. Y bueno, eres patinador. Para desplazarte y cambiar de dirección dependerá de...
- Lo sé, de balancear y usar mi peso. Practico el Skateboard como aficionado, tampoco soy Tony Hawk – Murmuro.
- Tú eres el genio ahora, pruébalo – Me incita Lhym.
Tengo una rara sensación de nerviosismo circundando mis entrañas. Estoy como aquel que está en su primera prueba para obtener su licencia de conducir. Quiero decir, el skate siempre ha sido mi fiel acompañante a lo largo de mi vida, pero esto es sumamente diferente. Estoy en una jodida tabla voladora... ¡Santo cielo, ni siquiera sé cómo puedo estar explicando esto! Lo mejor es ver cómo me desenvuelvo en esta cosa.
El reloj en mi muñeca es un dispositivo no tan complicado de entender. De hecho, puedo apreciar que, tal como Lhym dijo, se perciben las Cinco velocidades que perfectamente puedo manipular de forma táctil. Decido iniciar la primera marcha. ¡En seguida la tabla comienza a sacudirse y avanzar en línea recta a velocidad normal! "Okey, okey" me digo, "Es como patinar en el parque, solo que sin gravedad"... ¿En serio dije eso? Balanceando mi peso, puedo guiar la tabla a la dirección que me plazca. ¡Bien, hasta el momento todo bien! La adhesión magnética a la tabla me llena de más confianza, ya que no debo preocuparme de caer. Lhym por otro lado, se sienta a ser un simple espectador de mi supuesto progreso.
- Bien, incrementaré la potencia – Anuncio en voz alta.
Usando mi nuevo reloj, subo la opción de segunda velocidad. Tal como presumía, otra sacudida en la tabla para el impulso, y la velocidad aumenta en proporción mayor. Ladeo los brazos creyendo que caeré, pero olvido que estoy pegado a la tabla, técnicamente. Comienzo a maniobrar recorriendo el perímetro del sector. Debo admitir que en comparación con otras cosas en el Vigilans, esto se me hace muy cómodo.
- ¡Intenta elevarte más! – Me grita Lhym desde la lejanía.
¡Él tiene razón! Sigo manteniéndome a menos de un metro del suelo. Decido hacerle caso, poniendo mi peso en la zona trasera de la tabla, haciendo que esta ascienda. Debo admitirlo, ¡Esto se me está dando muy bien! Asciendo a más altura, procurando no chocar contra las naves y capsulas que cuelgan del techo. No puedo evitar soltar ciertas risas en la medida que subo en altura... Puedo ver todo el enrome hangar desde aquí. ¡Lhym parece un duende desde donde estoy!
Freno de golpe la tabla, sintiendo en ese pequeño instante que tengo el mundo a mis pies. Me quedo ido viendo el reloj de las velocidades. Al parecer Lhym nota mi errático comportamiento, preguntando desde abajo:
- ¿James, todo bien allá arriba?
"Sí, todo está bien", respondo en mi mente. Me quedo pensando en aquellas sensaciones que perdí en los callejones de Ciudad Capital. Esa sensación de tomar riesgos, de probar hasta llegar al límite. Quizás ahora no sea malo recobrar ese ímpetu de creer superar las escalas que nadie imagina. Al fin y al cabo, en estos momentos ya he superado todas las fronteras del hombre. ¡Bien, lo pensé y lo haré! Activo la quinta velocidad sin pensarlo Dos veces. Salgo impulsado a una velocidad que me quita el aliento...
- ¡James, detente! – Grita Lhym levantándose de golpe.
Saco la mascarilla que sirve de respirador, y me lo instalo rápidamente, mientras me desplazo en zigzag, para evitar impactar contra algún pilar o simulador en el sector. Para mi sorpresa, la mascarilla funciona de maravilla, evitando que me ahogue producto del viento en contra al ir a máxima velocidad... Así que puedo concentrarme en superar mi prueba. ¡Como una bala recorro la enorme bodega, zona por zona, paseando por todo el perímetro en el sector de simulaciones!
- ¡James, detente! – Exclama Lhym temeroso de que a esa velocidad termine chocando con algo.
Lo siento capitán, pero usted quería que probara esto, y eso es lo que haré. Asciendo y desciendo en picada, me muevo en zigzag, en espiral, desplazándome de un lugar a otro en línea recta, y entremetiéndome por accesos estrechos... ¡Me siento de maravilla! Quizás adaptarme a todas las cosas de aquí ha sido costoso, pero en cuanto a esto... Siento que nací para volar en este "Skate". De pronto, imagino este lugar como si fuese la plaza de la ciudad, recorriendo con mi vieja patineta cada calle de mi barrio. Ahora no me sentía a bordo del Vigilans, fue como volver a la Tierra, recordando aquellos lugares que en algún momento de mi vida llamé "hogar".
Aterrizo completamente satisfecho, disminuyo de a poco la velocidad y desciendo suevamente hasta posicionarme a ras de piso. Finalmente desactivo mi poder y la tabla se apaga instantáneamente. A su vez, los bototos apagan su campo magnético, soltándome del artefacto volador.
Lhym corre a una velocidad voraz hasta mi encuentro. Con un rostro que refleja miedo por el latente riesgo de que impactara violentamente contra algo, enfado por mi temeraria acción, y a su vez... Enorme sorpresa, por mi destreza desplegada a la primera.
- James, eso fue – Se interrumpe para tomar aire producto del cansancio - ¿Estás bien?
Asiento la cabeza con un nudo de emociones en el corazón. Lhym lee mi mirada y puede darse su propia respuesta. Sin embargo, decide formular:
- ¿Y qué tal, qué piensas ahora?
- Creo... - Digo aún extasiado – que le pondré nombre.
- Esa es una buena tradición, ¿Ya le tienes denominación?
- Sí. Creo que lo llamaré... JP.
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ANDRÓMEDA
Science FictionJames es un joven con un difícil pasado, quien busca iniciar de nuevo. Pero todo parece indicar que sus oportunidades van en descenso. Sin embargo un acontecimiento increíble se convierte, accidentalmente, en la ocasión para demostrar su valor, sin...