Episodio 6: El despertar

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- Hijo, iré a hacer un par de compras por el centro. Quiero que te portes bien y vigiles la casa ¿Si?

- Espera mamá, quiero ir contigo.

- Me encantaría hermoso, pero te aburrirás. Solo haré las compras y nada más.

- Pero quiero ir contigo mamá.

- ¡Cosita hermosa! Venga, deme un beso.

- ¿Volverás pronto?

- Obvio que sí. Pero mira, prometo que cuando vuelva, tendré algo especial para ti.

- ¿De veras? ¿Qué cosa mamá?

- Será una sorpresa. Si me esperas y te portas bien, descubrirás qué es ¿Trato?

- Trato.

- Que hijo más precioso y obediente tengo. Ahora debo irme... ¿Un abrazo?

- Claro que sí. Te quiero mami.

- Y yo a ti, James.

- Vuelve pronto ¿Sí?

- Lo prometo. Hasta luego...

Despierto de golpe, con todos los sucesos de anoche quemando mi memoria. Estoy recostado sobre una camilla, me siento violentamente de donde estoy, exclamando:

- ¡Pero qué...! ¿Dónde estoy? ¿Y la cueva? ¡¿Dónde está mi ropa?!

¡Santo Dios, estoy desnudo! El brazo derecho me duele, me veo y estoy conectado a un suero. Miro a mí alrededor e identifico que se trata de una sala de emergencias. ¡Qué alivio, estoy en un hospital! Me siento más relajado ahora que sé donde me encuentro, pero ¿Cómo llegué aquí? Tengo un dolor de cabeza terrible. Recuerdo que estaba mal herido en el interior de una cueva, para resguardarme de la lluvia. Luego el destello y llego aquí... ¡No recuerdo nada más!

Un momento, ¡Si, estaba mal herido, lleno de lesiones y heridas graves! Inmediatamente empiezo a palpar todos los lugares de mi cuerpo, pero no siento las fracturas, moretones ni heridas de anoche. Es más, de hecho me siento revitalizado, lleno de energía. Quizás los doctores intervinieron en esto... ¡Qué increíble! Probablemente estuvieron toda la noche sanándome. Bueno, es la explicación más lógica que se me ocurre, pero físicamente me siento bien.

- Veo que ya despertó – Entra un doctor a la habitación – Conserve la calma, repose y aún no se quite el suero.

- Buenos días Doctor, este... ¿Cómo llegué aquí?

- En primera, buenas tardes amigo – Me responde – Llegó aquí anoche hace aproximadamente Quince horas, desnudo y completamente deshidratado. Su pulso estaba en deceso, pero de la nada comenzó a acelerarse. Dejamos que reposara y en el último análisis ya se estaba estabilizando. Extrajimos sangre y no encontramos índices de intoxicación. ¡Felicidades joven, usted ya se encuentra de maravilla! No sé como lo hizo para sobrevivir a esa enorme explosión en medio del bosque, pero es digno de un evento milagroso ¿No es así?

¿Explosión en medio del bosque? ¿Es por eso que recuerdo ese destello? La verdad es que no entiendo nada, y se lo hago saber al doctor. De pronto, una tercera persona ingresa a la habitación. Con tono autoritario, se dirige al doctor:

- Creo que fue suficiente diagnostico por hoy doctor. Ahora si me lo permite, ¿Nos puede dejar a solas con el muchacho, por favor?

- Disculpe detective. Claro que sí. Pero tendrá que ser breve, al parecer aún tiene cierto grado de confusión. Seguramente un síntoma postraumático.

- De acuerdo Doctor.

¡¿Un detective?! ¡Esto es malo! No soy un gran amigo de la ley. ¡No hice nada ilegal! Al menos que yo recuerde. El doctor se retira y el detective se cerciora de que ya no haya interrupciones. Estamos solo él y yo. Mirando hacia el ventanal que tengo a mis espaldas, me dice:

ANDRÓMEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora