Episodio 31: Desistir...

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Con indignación azoto la puerta de lo que fue mi habitación temporal en el Vigilans. Recojo mis cosas y las meto en la maleta. Me iré del mismo modo como llegué. Lhym golpea la puerta levemente, como padre intentando ingresar a la alcoba de su hijo, y pregunta desde afuera:

- ¿Es posible entrar?

- Que no eres mi padre Lhym. Además esta nunca fue mi habitación. Lo único mío en este sitio son las cosas que hay en mi equipaje.

Lhym termina entrando. Apoyado en el borde de la puerta, mira pacientemente como empaco todo.

- ¿Y, por qué empacas? Piensas irte, ¿Verdad?

- ¿A caso no es obvio? Pues sí, y no intentes convencerme de que me quede – Respondo con enfado.

Intento que todo encaje dentro de la maleta, pero se me hace difícil. Con ira golpeo el bolso unas Tres veces, permitiendo así que el equipaje cierre por completo.

- Tranquilo – Calma Lhym – Te lo dije cuando nos conocimos y te lo vuelvo a recordar James: No debes sentirte obligado a nada...

Tomando aire fuertemente, me volteo para encarar a Lhym, diciéndole:

- ¿Por qué Lhym? ¿Por qué me trajiste? ¿Era necesario pasar por todo esto?

- James. Sabes bien porque te traje al Vigilans. La exposición a la energía estaba poniendo en riesgo tu vida, y también a la del mundo si no buscábamos la manera de controlarlo. Es cierto, lamentablemente solo he podido crear las inyecciones a base de Protonium, pero no cura tu exposición, solo la hace retroceder. Y tampoco tengo la tecnología necesaria para extraer el poder de tu ser. Y según parece, no existe tecnología en el universo conocido que pueda extraer tan magno poder.

- Entonces es oficial, ¡Jamás tendré una vida normal! Te lo agradezco Lhym. Gracias por tu ayuda – Ironizo.

Uso mi brazo para apartarlo de mi camino. Acomodando la correa del bolso en mi hombro, salgo de la "habitación" sin ningún ánimo de arreglar las cosas con nadie. Me sentía cansado, exhausto. En realidad no quería volver a la Tierra, pero tampoco quiero quedarme aquí. Todo indica que la mejor opción es volver al planeta de donde provengo.

- Apoyando lo que dices Lhym, no me veo obligado a quedarme. Te agradecería que me llevaras a mi planeta, si no es mucha la molestia.

- Entiendo tu enfado James – Insiste Lhym – A nadie se le debe dar un trato tan pre juicioso. Va en contra de todo lo que implica la igualdad.

Una vez más respiro hondo y exhalo con rapidez... Es como contar hasta diez, una forma de mantener la calma y no sonar como un idiota ante Lhym. A la larga, no era con él con quien estaba disgustado.

- Sabes Lhym – Menciono – Nadie allá, en la Tierra, en mi lugar, dio un centavo por mí. ¿Por qué tú siendo de otro planeta, perteneciendo a otro mundo, viste algo en mí?

- Porque entre los casi Ocho Mil Millones de habitantes en la Tierra, tienes corazón para luchar. Me di cuenta en la manera de como intentaste afrontar en soledad los problemas en tu planeta.

- Dijiste que era un inexperto en mis poderes – Le contesto – Y que la decisión que tomé a la hora de saldar cuentas con los Jinetes esa noche fue inmaduro, impulsivo...

- Es verdad James. Pero eso no quita el hecho de que tengas el espíritu de lucha necesario. Solo pretendía canalizar, enfocar en un mejor rumbo ese espíritu.

Me detengo a pensar, meneando mi cabeza. Luego de unos segundos, respondo:

- No es cierto Lhym.

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