Episodio 21: Primera misión

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Recostado en la cama, repaso cada palabra de lo que Lhym me dijo. Lo que vivió fue fuerte, y aún así no perdió la fe en la humanidad, en las cosas positivas que el mundo alberga. Cometió errores que se transformaron en los fantasmas de su pasado, una pesada carga que debe llevar sobre sus hombros, pero mantiene esa sonrisa y serenidad tan distintiva en él. El tomó sus nuevas oportunidades, demostró de lo que puede ser capaz... y lo logró. ¿Porqué yo no? Lhym dijo que me ofrecería una oportunidad que la Tierra jamás quiso darme, ¿Será esta la oportunidad de finalmente redimirme y demostrar de lo que realmente estoy hecho?

Mis interrogantes son abruptamente interrumpidas por la llegada de Turock:

- ¿Descansando después de una ardua pelea? – Me pregunta con sarcasmo.

- Estuve a punto de doblegarte grandulón.

- Jajaja, cuando quieras aclaramos eso en una revancha.

- ¿Qué, no ha pasado ni una hora y ya quieres que te patee el trasero? – Bromeo.

- Realmente eso debe esperar. Te necesitan en el cuartel de operaciones.

- ¿Ocurre algo? – Me muestro preocupado.

- Realmente necesitan preguntarte algo importante. Pero nada qué temer, solo es una mera cuestión que requiere tu respuesta...

- ¡Okey, ya estás hablando rebuscadamente como Lhym! – Me levanto de la cama – Vamos para allá.

No me haré de rogar. Turock se fue con rodeos, por lo que no me queda otra opción salvo ir al cuartel e indagar el porqué de requerir mi presencia. De lo contrario Turock simplemente me hubiera explicado las cosas sin necesidad de ir para allá. Decido acompañarlo y recorrer nuevamente un largo pasillo con dirección al cuartel. Ya había estado ahí días anteriores, por lo que el trayecto ya me lo tengo memorizado. De pronto me vino a la mente la mención de Lhym sobre el pasado de Turock. Había resucitado una vieja curiosidad y aproveché la larga caminata para sacar información.

- Dime Turock, ¿De dónde vienes?

- De Zerhú, un planeta distante, casi en los confines del universo conocido – Contesta.

- Ya veo. Lhym me dijo algo sobre ti. ¿Vienes de una raza esclava?

Turock detiene el paso por unos segundos. ¡Diablos, la he vuelto a regar! Balbuceo en un intento de disculparme, pero Turock esboza una nostálgica sonrisa:

- Hongos – susurra. Quedo extrañado – Los hongos de Zerhú eran muy deliciosos. Solo se dan en mi planeta. Zerhú es un bello lugar, con paisajes tan diversos y hermosos como los que existen en tu mundo. En los días de antaño, una malvada raza de colonizadores invadió nuestro mundo...

Turock sigue caminando rumbo al cuartel. Yo me apresuro a seguirle el paso, expectante de sus relatos.

- Los Cyklox además de ladrones de mundos, son unos mal nacidos desgraciados. Una vez que se instalaron en nuestro planeta, comenzaron una matanza hacia nuestra especie. Fueron días de agonía y dolor para mi pueblo. Luego de eso, agruparon a los sobrevivientes y pusieron en la sangre de mi raza una sustancia venenosa, que nos deteriora con el pasar del tiempo. Es incurable, y se pasa de generación tras generación. De esa forma contralarían nuestra población.

- Eso... es horrible – Pienso en voz alta.

- Nos oprimieron como sus esclavos. A cada uno de nosotros, a los recién nacidos, y a los que nacerían en el futuro, les insertaron en su cráneo un sensor de identidad. Fuimos despojados de nuestros nombres y se nos dieron códigos para distinguirnos. Nos obligaron a edificar sus ciudades sobre nuestro suelo, sus monumentos sobre nuestros hogares, sus industrias sobre nuestras aguas... Nací en la esclavitud James, jamás conocí la definición de libertad ni del honor, hasta que conocí a Andrómeda.

ANDRÓMEDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora