Solo Un Sueño.

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Capítulo 14

— ¿Acaso tienes miedo de sentir lo mismo que sentías por mi hace más de tres años? Ten el valor de admitirlo 

—Si —grite. Se sentía bien al fin decirlo en voz alta— Tengo miedo de quererte otra vez, estoy aterrada con la idea de amarte y no querer separarme de ti. Me siento la peor persona al pensar que dejar a Louis es una opción 

Se quedó helado. Por primera vez Harry Styles no sabía que decir. Y yo no supe cómo reaccionar ante eso.

Todo el camino de regreso a su casa el silencio predomino, y por un 

segundo pensé que no había vivido momento más incómodo que ese. Mi mirada estaba fija en el paisaje de Malibú, mientras que el chico de ojos verdes veía fijamente el camino apenas iluminado.

Cuando cruzamos la reja de su casa, estaciono el auto centímetros antes de llegar a la entrada principal, y arranco las llaves.

Pensé que iba a gritarme, o a recordarme que me había pagado por fingir, pero contrario a todas mis ideas pasajeras, nos quedamos alrededor de veinte minutos callados y sin vernos.

Quería iniciar una conversación y decirle que lo sentía, pero él tenía la mirada perdida, y sus largas manos seguían aferradas al volante.

— ¿Qué vas a querer desayunar mañana? —pregunto con tranquilidad

Me dieron ganas de darle una cachetada que le dejará la mejilla ardiendo. Le había confesado lo que pensaba hacer, y después de veinte minutos en silencio ¿lo único que pudo hacer fue preguntarme que quería desayunar? Definitivamente él estaba más loco de lo que yo estaba.

— ¿Qué demonios con tu pregunta?

— ¿Qué tal si eres alérgica a algo? Recuerdo que te gustaban las malteadas de macadamia, los cereales extravagantes... En general comías pura cosa cara e importada

—Te acabo de confesar mis miedos, y de lo único que puedes hablar... ¿Es de comida? 

—No sabía que dejar a Louis era una opción para ti... Y si, te pregunto por comida, ya que no sé qué decirte. Ojalá pudiera gritar que te amo y que tu respondieras igual, ojalá pudiera darte besos y tú los contestarás siendo sincera, nada me haría más feliz que presumirle a la gente que eres mi esposa... Pero nada de lo que diga hará que cambies de opinión —por la forma en la que hablaba, se notaba que le dolía lo que me decía. Y no sabía cómo hacer ese dolor menos, no sabía cómo hacerlo sentir mejor— Solo quiero que sepas que no lo dejaré de intentar 

—Pero fui mala contigo... No entiendo cómo puedes siquiera pensar en intentarlo de nuevo

—Porque te amo —grito desesperado, luego se mordió el labio como si hubiera pensado en las consecuencias de haberlo dicho, pero ya era demasiado tarde— No puedo dejar de pensar en ti, en tu belleza, la manera que caminas, en cuanto has cambiado pero al mismo tiempo sigues siendo la Camille de la que me enamore. Y ya te lo dije, nada de lo que me digas hará que me arrepienta. Te seguiré buscando, y sé que te enamorarás de mi

Tenía la garganta seca, y los ojos me ardían. No podía creer lo que Harold me estaba diciendo. Fui horrible con él, y parecía no recordarlo. Puso la camioneta en marcha, y la estacionó en frente de un convertible negro. Hice un movimiento rápido para abrir la puerta, pero con la mano, Harry me toco la pierna, impidiendo que me bajara, y haciendo que me sobresaltara. La presión que ejercía su mano contra mi muslo era ligera, sin embargo el calor que desprendía hizo que me dieran escalofríos.

—Lo... Lo siento 

No pude concentrarme en sus palabras, ya que en lo único que podía pensar era en sus tibios labios besando cada parte de mi cuerpo, y sus manos examinando cada músculo mío. Tan sólo pensar en eso me hacía sentir la peor persona por traicionar a Louis, pero al mismo tiempo me hacía sentir esperanzada, y debo admitir, emocionada. Hacía calor, pero no pude moverme, temía que quitara la mano. Podría haber estado así durante horas, sin embargo Harold se sonrojó y retiró la mano de inmediato.

Durmiendo con el Enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora