Fiesta De Compromiso.

244 9 0
                                    

Capítulo 22

De pronto la castaña recibió un mensaje y se disculpó, al parecer su hija la necesitaba en la casa. Le marqué a Damon y le pedí que se llevara todas las compras a la casa y las medio escondiera en el closet. Estuve una hora haciendo tiempo, hasta que dieron las cinco y le pedí que adelantáramos el café, y que fuera a la plaza en la que estaba. 

—Vine en cuanto pude, ¿Cómo estás?

No pude evitar soltar unas cuantas lágrimas al contarle la trágica historia del vestido, ni cuando me aventó a la mesa. Intente omitir detalles, pero Tomlinson me juro que estaba ahí como mi mejor amigo y que no pretendía intentar nada más.

—Y ahora soy una monja…

— ¿De todo lo que me contaste eso es lo que más te preocupa? –Note como se le tensaba la mandíbula, y apretaba los puños—. ¿No te das cuenta? Eso es exactamente lo que quiere. Sacar lo peor de ti…

—Lo está logrando. Louis necesito que estés conmigo. Te necesito –hice una pausa pensando que mis palabras sonaban egoístas en extremo—. Entiendo si no puedes quererme o estar conmigo en plan de amigos, pero eso es lo que necesito en estos momentos. Y sé que es egoísta, pero te lo suplico, no me dejes, necesito todo tu apoyo en la boda porque conociendo a Harold, la va a hacer un infierno para mí.

—Estaré contigo aunque duela, y te prometo que no intentare nada.

Nos dimos un gran abrazo que duro largos minutos y continuamos platicando, hasta que mi celular comenzó a sonar y me di cuenta de la hora. ¡Eran las ocho treinta! Y el que marcaba era mi esposo…

— ¿Si?

—Cuando termines de platicar con tu amante regresa a la casa, tenemos invitados.

Sin darme tiempo de aclarar las cosas, colgó. ¿Cómo sabía que estaba con Lou? Seguramente había mandado a alguien para que me siguiera. ¿Teníamos invitados? Maldición, si las cosas estaban tensas se pondrían peor. Pague ambos cafés y tras despedirme y darle las gracias, salí de ahí lo más rápido que pude. A la salida del centro comercial estaba Damon en una limosina con un sobre en manos.

—Disculpe señorita, el señor Styles me dijo que la esperara y que cuando saliera la llevara de regreso.

—No te preocupes, gracias.

Me entregó el sobre y me dijo que adentro había un vestido para que me cambiara. Al verlo me di cuenta que era uno de los que había comprado hace unas horas. Me lo puse, al igual que los tacones y los accesorios que había elegido. Me encantó ese vestido. Era un Marc Jacobs verde oscuro de tirantes hasta arriba de la rodilla. Cuando termine de arreglarme, abrí el sobre:

“Si quieres volver a vestir como una zorra, perfecto cariño. ¡Ah, otra cosa! Tenemos que organizarnos con tu amante, porque odiaría tener que encontrarme a ese estúpido en mi casa, tocando lo que por contrato en MIO. Con el poco afecto que mereces, Harry Styles.”

¿Mi amante? ¿Eso era lo que pensaba Harold? ¿Qué lo estaba engañando con mi mejor amigo? Una lagrimita traicionera salió de mis ojos, ¿eso era lo que pensaba de mí? Que mal concepto tenía, porque al parecer él era el único que había jugado conmigo, y yo de tonta había permitido eso.

Tome mi celular y marque rápido un número.

— ¡Hey! ¿Todo en orden?

—Claro, ¿te puedo pedir un favor? Ven a mi casa, te mando la dirección.

Al llegar a la mansión Harry estaba vestido con un elegante traje Armani y un moño rojo Ralph Lauren. Se veía guapísimo, y en cuanto me baje del automóvil, me recibió con un cálido abrazo y múltiples besos.

Durmiendo con el Enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora