Capítulo 32
Me desperté, y para mi mala suerte Harold ya estaba levantado –viéndome fijamente-. Intentó tocarme, pero al instante me quite. Tenía que apegarme al plan, tenía que darme a respetar, aunque tal vez fuera demasiado tarde.
-¿Qué pasa?
-¿Recuerdas que me llamaste zorra? –Intentó decir algo, pero lo callé-. Lo de anoche no fue nada Harold, simplemente estaba en el contrato –dije con frialdad.
-¡No digas eso! –Exclamó horrorizado por mis crudas y directas palabras-. Te amo, y no quiero que pienses eso de ti…
-No lo pensaba, nunca lo había pensado hasta el día que tú lo dijiste –sonreí-. Y ahora me da igual, ¿irónico no? De tanto que lo decías me acostumbre.
-Me haces sentir mal… culpable, miserable.
-Lo eres, eres culpable de todo lo que pienso en estos momentos, pero no te preocupes que ahora no me importa ni lo que tú digas ni lo que los demás opinen de mí. Gracias por eso esposo.
-Sé que disculparme no servirá de mucho… pero en verdad te amo, y cada que te veía llorar, o verme con despreció, era lo peor del mundo, porque eres lo que más quiero, y sé que nada lo arreglara, y tardaras mucho en confiar en mí, pero te amo.
Una lagrima rodo por mi mejilla, pero ese no era el momento. Respire y continúe hablando.
-Si quieres que confíe de nuevo en ti, gánatelo. Pero por el momento vete, que no quiero verte en mi cuarto el día de hoy.
-No quiero dejarte, no después de lo que pasó anoche.
-¿Y qué pasó anoche Harold? ¿Puedes explicarme? –Pregunte con calma mientras me sentaba en la cama-. Para mí no fue nada especial, no lo hice con la persona que amaba.
-¿Ya no me amas?
Aunque lo preguntó, estaba segura que él no quería escuchar la respuesta en caso que fuera negativa. Le dolería muchísimo pensar que no lo amaba más, sin embargo ese era el maldito problema de todo esto, que si lo amaba, y estaba dispuesta a todo por él.
-Por desgracia aun lo hago, pero cada vez menos.
-Te conquistare nuevamente –susurró pensativo.
-Pues tendrás que superar tu propio record cariño –no supo de que hablaba, así que le aclare-. Tu último detalle fue el de la cárcel, tendrás que superar eso…
Lo estaba haciendo sentir el hombre más pequeño del planeta, pero él por mucho tiempo me trato como una cualquiera –por mala comunicación-, y no tuvo la decencia siquiera de preguntarme. ¿Acaso vivía en la edad de piedra? ¿Cómo podía hacer todas esas cosas y ni siquiera preguntar si era cierto? Sacudí la cabeza y continúe hablando.
-Te lo voy a decir, te amo como nunca a nadie he amado, me lastimaste; y aun así, estoy dispuesta a inténtalo de nuevo y perdonar todo lo que pasó, porque soy una tonta enamorada de un loco –respire hondo para no llorar en ese momento-. Pero no vayas rápido. Puedo perdonar, pero no olvidar.
Creo que entendió el mensaje, porque después de darme un beso en la frente, salió del cuarto y no me molesto en toda la mañana. Ni en la tarde. Ni siquiera me pregunto si quería comer algo, simplemente respeto mi tiempo a solas para pensar todas las porquerías que estaban sucediendo. Por un momento medite la opción de salir con Liang-Xen, pero eso empeoraría las cosas con Harold, por lo tanto me quede acostada, llorando, pensando, gritando contra la almohada, hasta que no pude más con el hambre y salí de ahí.
Las luces estaban todas apagadas, sin embargo se veía una luz naranja provenir de la sala. Por un momento rece para que la casa no se estuviera incendiando, porque parecía la luz que el fuego emitía; así que corrí hasta el lugar donde supuse se había originado el incendio. Al llegar, mi preocupación se cambió por sorpresa.
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Durmiendo con el Enemigo.
FanfictionCamille y Niall Horan lo tienen todo. Dinero, propiedades, acciones y popularidad. Sin embargo, un evento cambia su vida. Inesperadamente se quedan al cuidado de su nana Stephanie y su sobrino, Harry. Camille hace todo lo posible para humillarlo...