*SADIQUE: PAINFUL PLEASURE * [YOONMIN] * MPREG *

V

Antes de leer, sugiero discreción. 

Leen esto bajo su propio riesgo, no es tan explicito, pero es mejor ir preparados psicologicamente.

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En el momento en que Jimin puso un pie en su casa, se encontró con un plácido YoonGi echado en el sofá de la sala de estar, viendo un viejo anime de acción en la gigantesca pantalla del televisor, parecía tan fresco como una lechuga, absorto por completo en la historia, que no dudo ni un segundo en escabullirse sigilosamente a su cuarto para no interrumpirlo, mentalizado de no salir de este hasta el otro día.

El cual no fue diferente a los demás que le siguieron, zancadillas por parte de los seguidores leales de Jin, borradores voladores llenos de tiza que cayeron por todo su cuerpo ensuciándolo por completo, un saludo fugaz por parte de NamJoon al encontrarse en la cafetería antes de que YoonGi lo alejara de su lado con una mirada amenazante, dado que este estaba ensimismado con la idea de mantener a todo el mundo apartado de él, lográndolo con total éxito. Clases inútiles, para finalmente llegar a su casa a hacer los deberes que no comprendía en lo más mínimo.

En conclusión, otra jornada cargada de desgracia.

Releyó una y otra vez aquel ejercicio de física, intentó investigar en Internet un poco sobre el asunto, pero este no le daba la respuesta que necesitaba, pensó en enviarle un correo a NamJoon para que le echase una mano a través de mensajes, pero no quería que él pensara que se estaba aprovechando de su reciente amistad.

Por ende, como última opción estaba YoonGi.

De inmediato, sacudió su cabeza desechando esa idea absurda y trató de solucionar aquello por su cuenta, pero fue un completo desperdicio de su tiempo. Resignado, tomó su libro, su cuaderno de apuntes y ando un tanto nervioso hasta el primer piso. Bajó las escaleras mientras se mordía con fiereza su labio inferior, vaciló en varias ocasiones al tener la mano en el pomo de la puerta que le permitiría entrar a esa estancia que nunca antes había visto, y soltando un largo respiro se adentró en el sótano, no obstante, eso fue el peor error que se le pudo ocurrir.

Esa tenebrosa estancia, YoonGi la había convertido en un paraíso. Aquel renovado lugar era demasiado acogedor como para no amañarse instantemente, las paredes estaban pintadas de un color mantequilla y hueso dándole un poco más de luminosidad, el piso estaba alfombrado para la comodidad de sus pies desnudos, las luces que habían instalado eran tan brillantes que sentía sus ojos cegados, y dado que no había una ventana por donde entrara un poco de aire fresco, YoonGi había puesto un aire acondicionado que refrescaba cada pequeño rincón.

Pegada a la pared a su mano izquierda estaba la cama con las sabanas dobladas de forma meticulosa, frente a él había un escritorio donde reposaban varias pantallas, un teclado que constantemente sus teclas brillaban de un color distinto y papeles regados junto con cuadernos del instituto. A su mano derecha había un sofá de color azul con varios pufs de colores a su alrededor, donde en uno de ellos reposaba su hermano concentrado en la pantalla de su televisor –el cual se hallaba entre un armario que llegaba hasta el techo donde posiblemente el mayor guardaba sus pertenencias-, mientras jugaba con su consola de Xbox.

—Hyung... —musitó con timidez—, ¿puedo pedirte un favor?

Silencio. Esa fue su respuesta. Sin embargo, Jimin no estaba dispuesto a aceptarla.

—¿Podrías ayudarme con este problema de física? No lo comprendo del todo.

Lo único que llegaba a sus oídos era los disparos del videojuego que mantenía entretenido a YoonGi. Pero era bastante obvio, que el más alto lo estaba ignorando a propósito.