*SADIQUE: PAINFUL PLEASURE * [YOONMIN] * MPREG *

XVI

Ese sábado habían decidido reunirse dado que los exámenes de mitad de semestre estaban a la vuelta de la esquina, y Hoseok definitivamente, necesitaba pasar con una alta calificación. Después de aquel día en que el menor lo había besado, TaeHyung no volvió a proponer ningún premio semejante durante sus clases privadas, ni mucho menos volvió a ser tan cariñoso con él.

Pero a pesar de que fingían que ese beso no existía, que nada trascendental había ocurrido entre ellos, cuando el peli-rojo se quedaba observando embelesado al mayor mientras este explicaba; con tanta paciencia hasta la más pequeña palabra del libro, era inevitable que el profesor no se removiera en la silla incomodo o se sonrojara notablemente cuando sus miradas se encontraban, lo cual a decir verdad a Hoseok le encantaba, le fascinaba lograr ponerlo en ese estado.

Luego de acabar con las clases, como era de esperarse Hoseok le solicitó algo de comer, por lo que TaeHyung bastante enfurruñado había decidido ir de compras para preparar una deliciosa cena para ambos, ya que no tenía nada más que agua y una manzana en su nevera. Hoseok a pesar de saber de ante mano que estar tan juntos, a TaeHyung comenzaba a perturbarlo, prefirió acompañarlo solo para continuar molestándolo sobre manera con su simple presencia, y el mayor no tuvo más opción que poner sus hermosos ojos en blanco, para acto seguido dejarlo ser.

Ambos caminaban con los labios sellados por el amplio supermercado que quedaba a solo unas cuadras del apartamento de TaeHyung, miraban sin muchos ánimos estante por estante en busca de algo que les fuera de utilidad. TaeHyung empujaba el carrito, Hoseok por otro lado simplemente andaba a su lado con una sonrisa burlona en su semblante, y sus manos resguardadas en los bolsillos de su chaqueta azul del uniforme de invierno.

El menor analizó como el peli-gris tomaba las primeras chucherías que veía para continuar andando con esa expresión agobiada que le causaba bastante gracia, lo cual le molestó aún más a TaeHyung, quien comenzó a andar con más prisa muy lejos del menor. Por algún motivo se sentía cohibido y abrumado con esa forma no tan discreta de mirarlo, se sentía sumamente avergonzado y estúpido, definitivamente no podía continuar con ello, no podía simplemente jugar con Hoseok para conseguir lo que necesitaba, pero si no lo hacía sería muchísimo peor.

Por lo que, estaba en una encrucijada.

Hoseok era una buena persona, un tanto arrogante, insolente y corto punzante, pero esa forma de tratarlo, de besarlo, de observarlo era suficiente como para atontarlo sobre manera.

Soltando un largo suspiro, el profesor deambuló por el amplio recinto, olvidándose por completo de Hoseok, el cual había optado por buscar por su cuenta los ingredientes para preparar pastas a la carbonara, mientras el mayor solo iba por todo el supermercado en su mundo, debatiéndose consigo mismo y echando lo primero que encontraba por mera inercia.

En el momento en que TaeHyung se detuvo en el pasillo de las diferentes clases de licores, en ese pasillo desolado logró ver a Yang Min. Su tormento casi cotidiano. La razón principal de que estuviera jugando con ese niño a quemarse con fuego solo para liberarse.

—TaeHyung. ¡Qué alegría verte! —sonrió el hombre de aproximadamente unos cincuenta años, vestido con un elegante traje.

Era mucho más alto que él, de cabello cenizo, y una mirada penetrante que podía ponerte la piel de gallina si se la mantenías. Su rostro era simétrico y bastante agraciado, incluso podría decirse que a duras penas se le notaban las arrugas, Yang Min era guapo a pesar de los años, y TaeHyung no podía simplemente ignorarlo, por mucho que lo intentara.

—Señor Yang —asintió distante.

—¿Cómo has estado últimamente? ¿Ha estado todo bien? —preguntó con una mirada dulce, que le causo escalofríos. Ya que su cordialidad fingida siempre terminaba en el mismo punto, en manipularlo a su antojo—. Mis subordinados aún no me han dado ningún informe de tus pagos, querido. ¿Necesitas ayuda este mes, TaeHyung?