*SADIQUE: PAINFUL PLEASURE * [YOONMIN] * MPREG *

XIV

Jimin llevaba varios días en los cuales mágicamente al abrir su casillero se encontraba con románticas cartas escritas a mano apenas llegaba a la escuela, y para su sorpresa justo cuando salía de esta, al dejar los libros que no le serían de utilidad en su casa, se encontraba a veces con una rosa, una caja de chocolates, e incluso con peluches.

No tenía ni la más remota idea de quien se estaba encargando de alegrarlo lentamente con cosas como esas, sin embargo, a pesar de ser detalles bastante conmovedores, él no lograba sentir algo más que agradecimiento por el enamorado secreto que tenía. No intentó averiguar de quien se trababa, ni mucho menos se molestó en darle más importancia de la necesaria, porque estaba seguro de que, si hacía aquello, la persona que lo estaba cortejando podría malinterpretar sus intenciones que solo eran pura curiosidad, con alguna otra errada emoción.

Además, no quería que YoonGi se volviera loco con el tema, bastante mala cara había puesto cuando un día junto al mayor se le había caído una carta al suelo en plena mañana, y este la había recogido para leerla por completo a pesar de sus fallidos intentos por arrebatársela de las manos. Al ver como su pálido rostro se desfiguraba en la ira, el menor no tuvo más opción que quitarle la hoja de color rosa de las manos en el más diminuto momento de distracción, esconderla en su mochila y salir corriendo apresurado, dejándolo allí en medio de los casilleros, totalmente estupefacto.

Por otro lado, YoonGi desde el instante en que había visto esa letra, esas palabras, la forma de expresar sus más profundos sentimientos, algo en su cabeza le había dicho de inmediato quien era la persona que había dedicado aquel profundo y patético poema de amor a Jimin. Este último para su mayor enfado, había escapado ante su mirada furiosa, quiso salir corriendo a agarrarlo y preguntar si él correspondía esos sentimientos, pero no podía arriesgarse, no podía permitir que la rabia lo dominara, así que gracias a que sus pies no se movían, por mucho que quisiera, se quedó clavado al suelo, sintiendo como el aire se escapaba de sus pulmones, y el enojo corriendo por su sangre derretía todo a su paso.

Aun cuando las ganas de armar un escándalo estúpido le invadían por completo, trató de pensar claramente, de controlarse, porque necesitaba asegurarse a sí mismo que aquel sentimiento asesino, era porque su plan se estaba truncando, y no porque quizás Jimin se estaba convirtiendo en alguien más importante de lo que había imaginado, Min YoonGi no podía admitir que tal vez... Solo tal vez, estaba sinceramente celoso. Quizás demasiado, a decir verdad.

Sacudió su cabeza espantado ante esa idea que de por si sonaba bastante ridícula, pero por mucho que intentaba las clases no entraban en su cerebro, no lograba concentrarse en lo más mínimo, y eso le estaba sacando de quicio. Imaginarse a Jimin con esa persona, juntos, felices, amándose... Era lo único que daba vueltas en sus pensamientos una y otra vez, revolviéndole las tripas con cada escena que su mente creaba para torturarlo.

Por ende, cuando el primer receso llegó; se mantuvo impaciente frente a la entrada de la cafetería esperando a que sus amigos salieran de hacer sus compras, para ir a algún lugar lejos a tratar de charlar y distraerse de tanta confusión que lo invadía desde hacía días. No obstante, su estado anímico empeoro cuando NamJoon se aproximó a él con una bolsa de frituras, sobresaltándolo con esa mirada seria y esa expresión de valentía que no le agradaba en lo más mínimo.

—Quiero decirte algo, YoonGi.

—¿Qué es? —preguntó ocultando por completo su nerviosismo en ese semblante inexpresivo que mantenía gran parte del tiempo, más YoonGi era el único que podía percibir su corazón revoloteando acelerado en su pecho temiendo por lo peor.

—Sé que esto te va a tomar de sorpresa, pero quiero decírtelo ya que veo que es la mejor oportunidad, me sentiría realmente avergonzado si Hoseok llegase a escucharme —murmuró torpemente soltando unas risitas.