XXVIII

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YoonGi logró llegar a su casa en menos de quince minutos, en los cuales recorrió como un poseso las calles atestadas de la ciudad, tomó atajos que se sabía de memoria ante los trancones con los que se topaba, y en más de una ocasión estuvo a punto de estrellarse a causa de las altas velocidades con las que estaba manejando; pero gracias al cielo nada de eso sucedió.

En su cabeza no paraban de repetirse las palabras que había leído de la carta de NamJoon, era imposible para el pálido no sonreír y reír completamente sumergido en la más abrumadora felicidad, ya que era increíble como después de tantos años esperándolo, por fin su querido hermano regresaba, quizás no a sus brazos exactamente, pero si a su vida. Por lo menos, lo vería un poco antes de que volvieran a Italia, pasaría todo el tiempo posible a su lado como cuando eran jóvenes. Tal vez no tan literal, ya que habría ningún acercamiento extraño de su parte, sin embargo, con que Jimin solo le dijera un escueto "hola", era suficiente para morir en paz, y él trataría de no arruinar su corta estadía. Dado que deseaba redimir sus errores del pasado, por lo que trataría de ser lo que nunca antes había sido; un buen hermano mayor.

YoonGi apresurado por no desperdiciar ni un segundo de ver a Jimin, estacionó ágilmente el auto en la entrada de su casa, se quitó el cinturón de seguridad con sus manos temblorosas, y bajó corriendo prácticamente de su asiento; para acto seguido adentrarse en el interior de su hogar, dejando la puerta abierta de par en par. Paso de largo por la sala, sin molestarse en saludar a su padre que veía televisión tendido en el sofá, y menos a NeulSeok que se encontraba en la cocina preparando la cena, y aunque escuchó los llamados tras su espalda, decidió continuar subiendo las escaleras de dos en dos; haciendo oídos sordos a la voz de sus padres.

Se detuvo lentamente en el pasillo, desvió su mirada en dirección a la habitación de Jimin, la cual estaba iluminada y con la puerta completamente abierta, luego de años sin que nadie en la casa se pasara por ella. Además, de allí provenía una dulce voz que tarareaba la melodía de una canción que él no alcanzaba a reconocer. Ando con pasos silenciosos, su corazón latía rápido en su pecho y su respiración era irregular, sentía el miedo rápidamente instalándose en su cuerpo.

Luego de todo lo que había ocurrido entre ellos, no sabía cómo saludarlo, no sabía ni como mirarlo a la cara sin rogarle entre lágrimas por una segunda oportunidad, por lo cual tras tener tantos pensamientos revolviendo su cabeza, su alegría se esfumó de repente, así como sus ganas de seguir avanzando. Jimin lo había odiado en su momento, ¿cómo podría saludarlo o estar feliz con su llegada, si todo lo que había ocurrido siete años atrás era su culpa? ¿Al menos Jimin le dirigiría la palabra tras lo que habían vivenciado?

Quería recuperar la confianza de su hermano, tal vez un poco de su amor también, pero sobre todo deseaba que sinceramente le disculpara por sus errores. Sin embargo, estando de pie a solo unos pasos del marco de la puerta, se detuvo de golpe. Quizás lo mejor era marcharse de la casa y esconderse en el apartamento de SeokJin, hasta que Jimin se fuera. No deseaba incomodarlo con su presencia. Era lo mejor. No obstante, cuando soltó un largo respiro dispuesto a darse la vuelta y desaparecer, sus ojos se toparon con un hermoso chico que había salido al pasillo.

Ambos se quedaron pasmados a solo pasos de distancia, Jimin estaba frente a él completamente estupefacto y YoonGi ni siquiera pudo disipar su asombro en su expresión, inconscientemente sus labios quedaron entre abiertos; ya que no daba crédito a lo que sus ojos veían.

Le era imposible apartar la mirada de ese ser que había crecido tan hermosamente, Jimin tenía su cabello castaño claro con uno cuantos mechones rubios. Estaba un poco más alto, su cuerpo se había amoldado perfectamente al de un hombre, completamente diferente al joven que recordaba. Ese chico mudo frente a él, era alguien totalmente diferente, estaba más delgado, sus cachetes habían casi desaparecido, su estilo de vestir era mucho más elegante y adulto, Jimin había dado un cambio drástico a su imagen, pero eso no le disgustaba, incluso le fascinaba sobre manera. Sin pensárselo demasiado, YoonGi le dedicó una diminuta sonrisa amigable, que el menor vacilante le devolvió segundos más tarde.

*SADIQUE: PAINFUL PLEASURE * [YOONMIN] * MPREG *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora