*SADIQUE: PAINFUL PLEASURE * [YOONMIN] * MPREG *

XIII

La carretera a esas horas de la noche estaba por completo desolada, YoonGi y Jimin caminaban en silencio bajo una brillante luna, rodeaba de pequeñas estrellas que no cesaban de titilar. Ambos sentían el viento gélido acariciar cada parte de sus cuerpos al pasar.

Dado que la bicicleta de Jimin había desaparecido al salir de la escuela, sabría Dios quien se la había robado mientras ellos traban de liberarlo de su encierro. Tanto Jimin como YoonGi andaban en silencio hasta la casa, con un espacio prolongado entre los dos, como si temieran tocarse siquiera un poco con cada paso que daban, y para su desgracia del cielo comenzaron a caer diminutas gotas de lluvia que se estrellaron contra su piel provocándoles cosquillas.

—¿Tienes frío? —preguntó YoonGi con su mirada muy fija en el frente, se notaba profundamente enfadado, y a decir verdad eso le aterraba sobre manera a Jimin, por ende, se limitó a estar tan distante como podía, ya que lo que menos deseaba era recibir toda su ira de sopetón.

—No, estoy bien así —mintió en un hilo de voz, pero YoonGi soltando un largo suspiro se quitó su abrigadora chaqueta de cuero, para ponérsela con sumo cuidado sobre sus hombros—. G-gracias —balbució dedicándole una mirada furtiva antes de envolverse en ella, recuperando poco a poco el calor que le faltaba, sintiéndose sumamente a gusto con el exquisito olor masculino de YoonGi.

—¿Por qué terminaste encerrado en ese lugar?

Jimin observó con cierto recelo el semblante imperturbable, casi inexpresivo de YoonGi, y fue inevitable para él que no le recorriera un estremecedor escalofrío por todo su cuerpo. Se sentía vilmente engañado y demasiado perdido con todo lo que había sucedido de un momento a otro.

Después de despertar de aquel misterioso golpe en la cabeza, se percató sin mucho esfuerzo de que estaba en la sala de deporte completamente solo y no había rastro alguno de su hermano mayor por ningún lado, intentó abrir las puertas pero estas estaban aparentemente trabadas, y de repente, sin previo aviso, las cosas empezaron a caer de sus respectivos lugares, escuchaba risas que lo aterrorizaron en demasiada y mientras gritaba desesperado con su corazón a punto de salirse por su boca, un montón de agua helada le cayó encima. De no haber sido porque NamJoon lo encontró a tiempo, quizás se habría desmayado del susto tan grande que había sentido con lo que había presenciado.

Y en ese momento junto a un tranquilo YoonGi, no podía evitar pensar que quizás había caído redondito en otra de sus tantas bromas malignas, pero sinceramente Jimin prefería que lo torturara de otra forma a que usara esa debilidad suya para su diversión personal. Si las cosas se hubieran salido aún más de control, quizás habría muerto de un paro cardíaco.

—Porque recibí un mensaje tuyo diciendo que necesitabas ayuda, que estabas atrapado en la sala de deportes, y no dude ni un segundo en ir a buscarte —murmuró al fin, sintiendo como a prisa la cólera invadía sus venas con intensidad. Se sentía molesto, consigo mismo y también con su hermano, así que no se limitó a guardarse sus pensamientos—: Pero ahora entiendo lo estúpido que fui al creer de nuevo en ti.

—Jamás te escribí algo así, Jimin —bufó el pálido completamente consternado con la acusación, y de sopetón recordó quien había sido la última persona en tener entre sus manos su celular.

Nada más ni nada menos que Kim SeokJin, aquello confirmaba aún más sus sospechas de que todo había sido perfectamente premeditado por el peli-negro, y no por sus amigos como había dicho; sin embargo, no lograba entender el trasfondo de ello, el objetivo de su travesura.

—¿Tratas de volver a hacer de las tuyas? ¿Intentas fastidiarme de nuevo? ¿No te basta con torturarme? ¿No es suficiente con golpearme? ¿Realmente tienes cada vez que ir agregando más cosas a la lista? —soltó Jimin con rabia en su tono de voz, antes de detenerse en medio de la carretera, con la lluvia cayendo levemente sobre ellos, para de esa manera observarlo enfurecido a la espera de una explicación concreta.