XII

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En el transcurso de los siguientes días ocurrieron varias cosas, la primera de ellas era que sus padres habían regresado de su luna de miel, y aunque NeulSeok continuaba bastante enojada por lo que le había hecho YoonGi en su maleta de viajes llenándola de bichos asquerosos, esta no lo reprendió. Ni mucho menos su padre, el cual ni siquiera le había dado mucha importancia al asunto, lo había tomado hasta con gracia. Después de todo, para Hee ese comportamiento solo era una jugarreta de mal gusto de un tonto adolescente.

No obstante, en cada desayuno o cena, el ambiente era rotundamente incomodo, ni Jimin quien siempre estaba intentando que todo fuera mucho más ameno en su familia, estaba haciendo algo al respecto. Y es que, a decir verdad, el regreso de sus padres no fue algo que lo llenase de alegría o que siquiera le agradara, dado que últimamente siempre que regresaban de sus clases había alguien en la casa esperándolos, si no era su madre, era su padre, así que a duras penas YoonGi le había dirigido la palabra.

Este último lo ignoraba de forma olímpica, no lo tocaba, no lo castigaba, y eso de algún modo extraño le estaba desesperando. Él lo necesitaba en demasía, aunque le doliera profundamente a su orgullo admitirlo. Sin embargo, no tuvo las agallas suficientes de confesárselo a los cuatro vientos a su hermano mayor, así que de mala gana prefirió mantenerse completamente tranquilo a la ausencia de golpes, malas palabras y ese salvaje sexo. A fin de cuentas, las heridas en todo su cuerpo a causa de los azotes aún tardarían mucho tiempo en sanarse por completo.

En la escuela por otro lado, gracias a su creciente relación de amistad con Jin, se formó un pequeño grupo de amigos, en el cual su hermano también estaba incluido. Aun cuando este no lo estaba sometiendo como probablemente a Jimin le gustaría, el mayor y él habían mejorado un poco su relación, incluso YoonGi se había tomado la molestia de pasar uno que otro recesó con él y SeokJin, junto a los otros dos chicos pertenecientes al Trío del suspiro; NamJoon y Hoseok. Debía admitir que en parte todos eran bastante agradables con él, y los días a su alrededor comenzaron a tomar un color mucho más vivo que los primeros días en los que había llegado a ese lugar.

Junto con Jin habían compartido bonitos momentos, se habían comentado diferentes secretos, habían hecho de las típicas salidas de chicos, donde terminaron metidos en una tienda de videojuegos intentando superar el récord del contrario en Pac-man, y podría decirse que poco a poco habían logrado conocerse un poco mejor, a pesar de los malentendidos pasados. Era muy evidente que SeokJin intentaba ser lo más sincero posible con Jimin y eso le agradaba, ya que lo consideraba prácticamente su amigo más cercano.

NamJoon también era alguien demasiado especial, era como un caballero de armadura, a veces parecía como si lo tuviera en un pedestal porque siempre la cuidaba demasiado, como si fuera una clase de escultura de porcelana que en cualquier descuido podría romperse en miles de pedazos.

Hoseok por otro lado era bastante callado, no hablaba a menos de que fuera estrictamente necesario, y solo se limitaba a leer libros gran parte de su tiempo libre, por lo tanto, esa pasión por la lectura los había unido. En varios momentos intercambiaban libros, y disfrutaban de pasar de vez en cuando los recesos en la biblioteca bajo la mirada vigilante de NamJoon, quien siempre seguía a Jimin a todos lados, aunque eso a este último no le desagradaba en absoluto.

YoonGi para su alivio luego de semanas sin siquiera ponerle un dedo encima, continuó haciendo de las suyas en ciertas ocasiones solo para fastidiarlo, aunque era de una forma distinta a las que Jimin esperaba, parecía como si el mayor no buscara hacerlo sufrir de forma sádica, sino simplemente ponerlo de los nervios con tonterías.

Cuando se cruzaban en el pasillo lo hacía tropezar para luego detener su caída, tomándolo entre sus brazos con aquella sonrisa socarrona que el más bajo no era capaz de devolverle. En una ocasión cuando se encontraron en los casilleros del edificio principal y él llevaba su cabello pulcramente cepillado, YoonGi se detuvo con mala cara tras de él para despeinarlo violentamente con sus grandes manos, mientras le decía que se veía realmente feo con el cabello así, sacándolo de sus casillas con su comentario. A veces lo esperaba fuera del salón de clases para ir a casa juntos, o para ir a ese árbol en medio del jardín del instituto para pasar el receso con los demás, era extraño el momento en el que ambos en su soledad hablaban de algo, a decir verdad, los dos comenzaban a acostumbrarse al silencio entre ellos, a decirse prácticamente todo con la mirada o un simple gesto que para los demás pasaba completamente desapercibido.

*SADIQUE: PAINFUL PLEASURE * [YOONMIN] * MPREG *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora