Capítulo 3

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Yoon Gi...

Después de pensar un poco más las cosas bajé al escuchar la voz de mi madre, al parecer la cena ya estaba lista y seguramente esa era la razón de su llamado. En ese momento pensé en comentarle mi decisión acerca del viaje, seguramente se sorprendería debido a mi anterior negativa a aceptar estudiar en el extranjero.

Mi madre insistió por varios días en que no debía desperdiciar una oportunidad como esa, ya que la beca que el maestro Kim Dae Jin había logrado conseguir para mí era realmente una de las mejores; no tendría que preocuparme por absolutamente nada más que de estudiar, tendría mis tres comidas al día aseguradas y contaría además con un subsidio estudiantil para gastarlo en libros o transportes.

Después de asistir a mis clases diarias, el maestro me ofreció asistir a la academia de música que era dirigida por su hermano; allí aprendería a mejorar mis habilidades para tocar el piano y para componer.

La única razón que tenía para no seguir mis sueños era Jennie, pero ella ahora me había pedido que la dejara en paz, ella me había pedido que me alejara de ella y me había dejado más que claro el hecho que no me veía de la misma manera en como yo la veía a ella.

Abandonando mis pensamientos, bajé las escaleras yendo hacia el comedor en donde se encontraba mi madre; miré alrededor en busca de mi padre quien al parecer aun no regresaba a casa.

-Tú padre llamó avisando que llegará tarde... - El rostro de mi madre lucía un poco triste, ella siempre se esforzaba por preparar una rica cena para su esposo; pero él nunca llegaba a tiempo.

-Entonces podemos empezar a comer solo nosotros dos - Agregué con la intensión de animarle.

-Espero que te guste, imagino que debes estar hambriento luego de un largo día de clases -

-Algo así... - Añadí comiendo algo de la pasta que había preparado mi madre - Por cierto mamá, quería hablarte sobre el viaje -

-¡Haz decidido ir! - Dijo mi madre con los ojos muy abiertos.

-Estuve pensando sobre eso durante todo el día, me dije a mi mismo que una oportunidad como esa no volvería a llegar jamás, así que efectivamente decidí aceptar la beca que el maestro consiguió para mí - Tomé el vaso de jugo y bebí un poco mientras mi madre aplaudía emocionada.

-¡Sé que no te arrepentirás, cielo! - A ella se le veía verdaderamente emocionada - ¡Por Dios, debes empacar ahora mismo! - Agregó ella.

-Primero terminemos de cenar - Añadí mientras reía.

Mi madre se encontraba mucho más emocionada que yo, la manera en cómo se apresuraba para acabar su cena era realmente muy encantadora, ella quería ir a mi habitación a empacar todo lo necesario. El vuelo salía al medio día, así que tendría tiempo de ir a la escuela a despedirme de los maestros y compañeros de clase, en especial podría despedirme de Jennie.

No pasó mucho tiempo cuando mi mamá ya se encontraba recogiendo los platos sucios de la mesa, yo me ofrecí a lavarlos mientras ella corría escaleras arriba a preparar mi maleta. Y mientras untaba la vajilla de aquel jabón espumoso, ella venia de nuevo a mi mente; esa sonrisa suya estaba de nuevo delante mis ojos.

Sacudí mi cabeza intentando sacarla de mi mente, pondría todo de mi parte para olvidarme de esa chica; ella había decidido que dentro de su vida no me encontraba yo, así que yo tendría que hacer lo mismo. Pensaba que a veces las personas también se cansan de un viejo amor, en especial de aquellos que no son correspondidos; se cansan de tanta mierda, se cansan de tirar sus lágrimas al vacío, se cansan de no ser valorados por ese alguien que muchas veces solo se encarga de jugar con sus sentimientos.

Terminé de lavar los platos y subí hacia mi habitación para ayudar a mi madre a empacar, la noche pasó como una estrella fugaz; tan solo logré dormir dos horas antes de ir a la escuela, pero me sentía mucho mejor esa mañana, a comparación con el día anterior, esperaba con ansias lo que me deparaba el destino en ese precioso día.

Después de levantarme de la cama, tomar una ducha y vestirme para la escuela, bajé a tomar un desayuno rápido; unas tostadas con algo de jugo serían suficientes para llenar mi estómago por ese momento, mi padre dijo que almorzaríamos juntos antes del viaje. Así que no llenaría demasiado mi estómago, para tener una gran comida junto a mis padres.

El tiempo pasaba volando, ya me encontraba caminando hacia la entrada de la escuela; podía ver a muchos niños correr de aquí para allá, pero mí mirada solo intentaba encontrar a una persona. Seguí adentrándome en los pasillos, repasaba la mirada por cada rincón pero no lograba verla en ningún lugar; miré el reloj en mi mano y me percaté que era un poco tarde, supe entonces que ella se encontraba en el salón de clases.

Entonces, a paso firme empecé a caminar hasta el salón de clases; me asomé antes de ingresar. Tal como lo había deducido, ella se encontraba en su silla leyendo uno de los libros que habían escrito sus padres; arreglé mi corbata y preparé mi mejor sonrisa, ingresé al salón de clases obteniendo todas las miradas de los alumnos, incluyendo la de esa preciosa niña.

Ese día llevaba algo que ellos nunca habían notado en mí, tal vez esa era la razón por la que sus miradas estaban sobre mí; esa mañana llevaba luciendo una gran capa de orgullo por mí mismo.

Los ojos de Jennie estaban fijados en mi imagen, ella se preparaba para rechazarme una vez más pero para su sorpresa; ese último día de clases no tomé mi asiento usual a su lado, ese día tomé asiento justo al lado de esa niña que tocaba el saxofón.

Había escuchado que ella también iría al viaje, el maestro nos había conseguido la beca a ambos; así que lo mejor era empezar a socializar con mi nueva compañera.

-Buenos días - Dije con una sonrisa - ¿Puedo sentarme aquí? -

-Si... si... - Añadió la chica.

-Muchas gracias - Tomé asiento a su lado, saqué mi teléfono celular junto a mis audífonos y me sumergí entre la melodía de las canciones que sonaban a través de ellos.

Luego de un tiempo la profesora por fin llegó, como era de costumbre dictó la clase sin ningún contratiempo; a diferencia de que esta vez decidió terminar la clase cinco minutos antes para ofrecerme una despedida a mí y a la chica que se encontraba sentada a mi lado.

-Bueno niños, presten atención... - La maestra aclaró su garganta, mientras sonreía - En el día de hoy tendremos que despedirnos de dos compañeros de clase, ellos viajarán a Londres por una beca que han ganado - La maestra nos miró a ambos como si fuese una madre a punto de llorar de la emoción - Min Yoon Gi y Ji Go Eun, estoy orgullosa de ustedes; de verdad espero que tengan mucho éxito en Londres -

Mientras la maestra hablaba, Jennie miraba de reojo hacia mi asiento; ella parecía estar sorprendida.

-Muchas gracias, maestra - Añadí luego de escuchar las palabras de la maestra.

-Prometemos regresar seguros - Agregó Ji Go Eun.

Miré de reojo a la chica a mi lado, me percaté de su bonito rostro; ella llevaba el cabello corto, tenía unos preciosos ojos oscuros acompañados de una muy linda sonrisa. Nunca había visto una sonrisa tan hermosa como la que ella lucia en ese momento, sus ojos se volvían más pequeños, su nariz se arrugaba y sus preciosos dientes se asomaban dando un toque de belleza sutil.

-¿Nos veremos en el aeropuerto? - Me preguntó aquella niña.

-¿Eh? - No estaba seguro de lo que había escuchado.

-¿Qué si nos veremos en el aeropuerto? - Volvió a preguntar ella con una sonrisa.

-¡Si! - Agregué ofreciéndole una sonrisa también.

Obligandote a Amarme  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora