Capítulo 12

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YoonGi...

Esa mañana mientras abrazaba a Go Eun pude notar que a pesar de los años que teníamos juntos era normal que  sintiera esos sentimientos de preocupación hacia Jennie. Después de todo ella había sido muy importante para mí, a tal punto en el que recordaba seguirle constantemente de camino a su casa.

Probablemente Go Eun había estado al tanto de los constantes rechazos que recibí por parte de Jennie, lo cual me hacía sentir aún más culpable por haberle hecho preocupar con aquellas estúpidas fotografías.

Por otro lado, no dejaba de atormentarme el hecho de que en las noticias hubiesen anunciado un ataque violento en la cafetería donde precisamente trabajaba Jennie, esa misma noticia que decía que una de las camareras había apuñalado en más de una ocasión a un cliente del lugar.

Debería ser un cliente muy despistado como para hacer enojar a una de las trabajadoras, pensé en aquel entonces. Pero mientras mis pensamientos divagaban de un lado a otro, buscando una razón por la que aquella camarera habría decidido cometer tal acto, mi teléfono celular empezó a timbrar anunciando una llamada de mi madre.

Aquella era la llamada correspondiente a la posible preocupación de mi madre al ver tales fotografías mías con Jennie, pero solo tendría que explicárselo al igual que lo había hecho con mi novia; con eso bastaría para que mi madre pudiese estar tranquila.

Y luego de pasar más de una hora aproximadamente hablando y escuchando las súper historias que mi madre tenía para contarme siempre, logré quedarme dormido después de un buen rato observando la silueta de mi novia.

Al día siguiente, cuando me levanté temprano para preparar el desayuno, llevaba clavada en la mente aquella historia que mi madre me había contado por la noche anterior; no sabia por qué pero algo me daba mala espina. Miré entonces mi reloj mientras repasaba los compromisos agendados para ese día, tenía libre toda la mañana mientras que GoEun se encargaba de trabajar en la melodía por separado durante todo el día.

Era cierto que ambos disfrutábamos de nuestro trabajo aunque ello implicara pasar tiempo separados
para trabajar en algunos arreglos con personas más capacitadas y con más experiencia que nosotros; era genial trabajar juntos en un proyecto, pero siempre nós encontrábamos con reuniones aleatorias y  propias de nuestra carrera como solistas que nos impedían estar juntos todo el tiempo.

Entonces, mientras terminaba de preparar el café pude escuchar unos suaves y pausados pasos que venían del pasillo. Sonreí al ver llegar a aquella preciosa chica con los ojos medio cerrados y el cabello hecho un desastre; esa parte de ella era definitivamente la que más amaba, a pesar de ser figuras públicas en privado podiamos seguir siendo aquellos jóvenes enamorados que al igual que los demás podían ser descuidados si así lo querían para así mostrar esa imagen suya desconocida para los demás.

-Buen día amor... ¿como amaneciste?- Le sonreí mientras ponía el plato con algunas tostadas frente a ella.

-Muy bien pero me hubiese encantado verte a mi lado al despertar- Añadió casi en un susurro mientras besaba mi mejilla.

-Lo sé pero debes trabajar hoy y esto es lo menos que puedo hacer por mi hermosa princesa -

-Vale, vaquero... - Sonrió mientras empezaba a comer una tostada -Por cierto... ¿que harás hoy?- Me miró curiosa.

-Aún no tengo nada planeado quizá sólo veré televisión un rato y revisaré el guión del dorama para hacer un sólo de piano para los diálogos con más drama- Sonreí.

-Entonces vendré a casa en cuanto termine mi grabación o lo que sea que este programado para hoy- Agregó mi novia tomando un poco de jugo.

-Te estaré esperando con los brazos abiertos - Le ofrecí una mirada pícara mientras tomaba asiento a su lado.

Obligandote a Amarme  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora