Jisoo…
Recuerdo todo como si hubiera sido ayer, Go Eun llegó justamente un día en el que muchos alumnos de intercambio solían ingresar a la institución. Ella fue asignada a mi habitación porque ambas hablábamos el mismo idioma, al principio parecía una chica bastante tímida e indefensa. Aquella chica definitivamente pasó desapercibida por varias semanas hasta que fue capaz de sacar la nota más alta de la clase.
Llevaba siempre una bonita sonrisa plasmada en el rostro, acompañada siempre de cumplidos hacia los demás. Por lo que fue de esa manera en la que uno a uno, cada estudiante cerca de ella, fue engañado debido a su bonito parecer junto a su mentirosa cortesía.
-¿Qué fue exactamente lo que ella te hizo? – Preguntó Jennie un poco más intrigada.
-¿A mí? – Sonreí – El caso es que no fui la única que salió afectada –
-Vale… ¿Pero podrías contarnos lo que sucedió? –
-Por supuesto que sí, solo espero que puedan creerme –
-Ese no es ningún problema, yo creeré en cada palabra que esté a punto de salir de tu boca; por lo que será mejor que no mientas – Sonrió amablemente aquella chica.
Jennie era tan parecida a Go Eun, podía jurar que ambas estaban sufriendo del mismo mal; parecían tan inofensivas en su exterior, llevando como camuflaje aquella fachada de niña bonita que por supuesto más de uno llegaba a creer. Pero obviamente había algo de diferencia en ellas dos, Jennie a pesar de no encontrarse en todos sus buenos sentidos, por lo menos era capaz de sentir culpa en ocasiones; o al menos eso parecía desde mi punto de vista.
-Perfecto, entonces empezaré… - Añadí acomodándome en mi asiento.
Luego de aquellas palabras, mi mente dio realmente un gran giro en medio de tantos recuerdos que en ese preciso momento empezaban a ser evocados. Estaba dispuesta a hablar de cada uno de ellos, sin remordimiento alguno; había jurado que no me importaría lo que estos dos chicos hiciesen con aquella chica, de todos modos ya venía siendo hora de que ella empezara a pagar por cada uno de sus pecados. Sin importar que fuesen cobrados por un par de pecadores al igual que ella.
Yo me encontraba durmiendo entonces, recostada en la cama tratando de liberarme de aquel maldito dolor de cabeza que me venía persiguiendo los últimos días de la semana. Tal vez se debía a las aglomeraciones de preocupaciones que apretaban a mi cerebro cada vez más, el hecho de saber que mis padres no tenían dinero suficiente para comer por lo menos dos veces en el día, era algo que me estaba consumiendo por dentro poco a poco.
Agregando además los gritos y los regaños provenientes del maestro de técnica vocal; el me seguía repitiendo que estaba transmitiendo un sentimiento horroroso por medio de mi asquerosa voz. Sí, tal cual como lo estaba contando en ese preciso momento; no importaba que yo fuese una de las mejores voces de la clase, aquel hombre siempre me decía que mi voz era asquerosa cuando transmitía mis preocupaciones por medio de mi canto.
En fin, todo era una mierda en esas últimas semanas; no tenía tiempo suficiente ni siquiera para dormir las horas necesarias, yo siempre me esforzaba el ciento diez por ciento. Después de todo, quería ser nominada al concurso de fin de año en el que tendría la oportunidad de firmar un contrato con una de las mejores agencias de Londres.
-¿Hola? ¿Puedo pasar? – Escuché la voz de una chica venir desde la entrada.
-¿Si? ¿Buscas a alguien? – Pregunté estando curiosa sobre ella.
-Sí, disculpa… Es que fui asignada a esta habitación – Añadió la bonita chica.
-¡¿Eres la nueva?! – Me incorporé entonces para darle la bienvenida - ¡Es un gusto tener a alguien de mi país por aquí! – Agregué intentando ser amable.
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Obligandote a Amarme
Fanfiction¿Has escuchado aquello que dicen sobre que el amor puede convertirse en una obsesión? Pues sencillamente eso es lo que me sucedió a mi; durante días y noches enteras pasé de la etapa simple de enamoramiento, a convertirme en una psicótica obsesiona...