Capítulo 26

240 44 36
                                    

YoonGi...

Una vez dentro de aquello que parecía ser una sala de operaciones, pude por un segundo recapitular todo lo que hace tan solo minutos había sucedido; JiSoo había vuelto a aparecer, tan distinta pero a la vez muy parecida a aquella chica que todos recordábamos.

También teníamos una vez más, a Jennie quien ahora se encontraba en algún lugar de la ciudad privando de libertad a Go Eun.

Pero entonces, mientras un par de doctores revisaban la herida de bala que se encontraba en mi pierna, con la única intención de sacar aquel pequeño objeto que se encontraba incrustado aún adentro de mis músculos; me obligué a observar cada rincón de la blanca habitación.

Simplemente en busqueda de una idea concreta que pudiese ayudarme a olvidar lo que minutos antes había pasado, junto a el gran dolor que se apoderaba de mis extremidades inferiores.

-No es una herida grave... - Dijo uno de los doctores.

Y sí, la herida parecía ser leve, pero aún así era bastante dolorosa; por lo que luego, en pocos minutos los doctores ya se encontraban cociendo la herida en mi pierna, ahora parecía estar mejor por lo que solo tuve que esperar a que me trasladaran a una habitación para descansar.

-Los efectos de la anestesia pasarán pronto, por lo que deberá tomar sus medicamentos tal cual como se lo recetemos, para evitar cualquier contratiempo - Volvió a añadir el doctor mientras salia de la habitación.

-No se preocupe, eso haré -

-Vale, ahora uno de los enfermeros lo conducirá a una de las habitaciones de la clínica, allí podrá descansar - Fue lo último que dijo aquel doctor.

Y mientras aquel sujeto vestido con bata blanca abandonaba la habitación, yo giré rápidamente la mirada a un par de enfermeros que ahora empezaban a empujar la comoda camilla que yo habitaba.

No era nada extraño, solo tendría que relajarme. Fue entonces lo que pensé hasta que otro hombre ingresaba y se apresuraba a inyectar un líquido blanquecino en mi brazo.

No pude evitarlo, aquel imbécil había sido tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de reaccionar.

Entonces, aquellos hombres vestidos de enfermeros empezaron a pasearme de aquí para allá por cada pasillo que conducía hacia la salida de dicha instalación.

Me sorprendian varias cosas mientras yo iba recostado en aquella camilla.

1. Ningun maldito doctor o enfermero del lugar sospechó de aquellos hombres que llevaban hacia la salida del lugar a un moribundo paciente.

2. Yo no podía articular palabra alguna, ni siquiera estaba seguro de que pudiese mantenerme despierto por mucho tiempo más.

3. Aquellos malditos, lograron pasarme de una camilla a una silla de ruedas sin levantar sospechas, todavía.

4. Terminaron por sacarme del lugar sin ningún inconveniente con los guardias de seguridad, para luego por fin llevarme hasta un auto. 

5. Las alarmas del hospital empezaron a soñar justamente cuando aquel auto ya había empezado a andar y cuando mis ojos ya empezaban a cerrarse debido a lo que fuese que me habían inyectado aquellos malditos hombres.

-¡Jo-der! - Pronuncié en mi mente.

No podía entender todo lo que estaba pasando, pero algo me decía que tenia que ver con Jennie.

Pero luego, aún en mi inconsciencia; sentí como un par de brazos arrastraron mi cuerpo hacia el exterior de aquel auto.

No sabía exactamente cuanto tiempo había pasado, ni por que calles habíamos llegado hasta allí, yo solo podía ver entre visiones borrosas, una cabaña a la que diligentemente me conducían esos tres hombres.

Obligandote a Amarme  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora