-¿Acaso te crees capaz de dispararme? - Pregunté apretando aquel objeto metálico que él presionaba contra mi cabeza.
-No sé a ciencia cierta si soy capaz o no, pero si quieres podemos averiguarlo ahora mismo -
Su mirada era diferente ahora, sus ojos desprendían oscuridad y frialdad. Mi corazón se sacudía de manera agitada con tan solo sentir aquella frialdad que nunca imaginé obtener de su parte.
-¿Que carajo haces aquí? -
No era una pregunta, aquellas palabras sonaban más bien a una demanda o a una orden indiscutible. Cosa que sin duda me hizo sonreír descaradamente; todo porque ahora yo no era su protegida, ahora él se estaba desviviendo por resguardar a una persona que le había hecho aún más daño del que yo pude hacerle alguna vez.
-He venido a cuidar de tí... - Dije sin más.
-¿Cuidarme? - Yoon Gi frunció el ceño.
-Tal vez ahora no lo entiendas, pero sé que en algún momento serás capaz de hacerlo - Añadí empujando su arma lejos de mi rostro.
Él no me temía, no me veía como un monstruo ni nada parecido, podía saberlo por la manera en como apretó el arma en sus manos para luego apresurase a empujar mi cuerpo contra la camioneta; todo justo cuando se escuchó el grito de aquella chica que era arrastrada hacia afuera del edificio por tres hombres contratados por Nam Joon.
Sin quererlo, un quejido fue liberado por mi boca al sentir el brusco choque de mi cuerpo contra el duro metal. Entonces, de manera casi instintiva empujé hacia atrás mi cabeza con la intención de golpear el rostro de mi oponente.
Pero fue inútil, mis fuerzas no podían compararse a las de aquel muchacho de cabello color menta que aseguraba violentamente mis brazos detrás de mí, en mi espalda.
-Maldita sea... - Me quejé por segunda vez.
-Si te la llevas juro que dispararé directo a tú cabeza - Sentenció él muy cerca de mi oído.
-¿Eso crees? - Sonreí - Sé que no puedes hacerlo, Min Yoon Gi -
-¡¿Por qué carajo piensas que no puedo volarte la cabeza de un maldito balazo?! ¡¿Ah?! -
-Aún soy especial para tí, por eso lo sé -
Terminé diciendo mientras lograba safarme de su agarre de un empujón; sus ojos aún lucían fríos y oscuros, pero ahora estaban cristalizados, dolidos por ver en lo que aquella chica que aún habitaba de manera especial en su corazón, se había convertido.
-¡Yoon Gi, bebé! ¡Ayúdame! - Se escuchó a lo lejos el grito de Go Eun mientras era ingresada a una de las camionetas.
Fue entonces cuando él se animó a disparar hacia a uno de los hombres, cosa que no estaba planeada. Por lo que en respuesta a su violento reclamo, uno de los hombres disparó hacia el cuerpo de Min Yoon Gi logrando atinar a una de sus piernas.
Mi corazón se aceleró, corrí hacia él y empecé a sudar a la vez que tartamudeaba sin saber que hacer.
Yo presionaba la herida de su pierna con desesperación, nunca había tenido tanto miedo como en ese momento. Pero entonces, Yoon Gi me tomó del cuello de mi camiseta y me obligó a mirarle a los ojos mientras volvía a apuntar su arma contra mí.
-Te odio, maldita sea - Dijo entre susurros entrecortados al ver como aquellos hombres huían con su prometida.
-¡No, no, no! - Negué con la cabeza sintiendo como las lágrimas empezaban a bajar por mi rostro.
-No eres alguien que merezca vivir, Jennie... -
-Yoon... Gi - Miré directamente a aquellos ojos que desprendían desprecio.
-¿Por qué jodidamente no desapareces de mi vida? ¿Acaso te has empeñado en suplir tus maniacos deseos psicópatas con mi maldita vida? - Apretó aún más fuerte el agarre de sus manos contra mi camisa.
-Yo no soy a quien debes temer... -
-¿Temer? - Se burló él - Yo no te tengo miedo... Con el tiempo aprendí que solo eres un maldito pedazo de basura del que tuve que haberme deshecho hace mucho tiempo atrás... -
Mis ojos sollozaban aún más, en ese momento me convencía de que yo era capaz de sentir sin duda alguna. Al parecer yo no era tan distinta de las demás personas, al parecer mi corazón también podía ser estrujado con simples palabras provenientes de los labios de aquella persona que veneraba.
-Te amo... - Dejé salir en medio de un fuerte sollozo.
-Debería acabar contigo... Pero no vale la pena ensuciar mis manos con tu asquerosa sangre - Me empujó lejos después de eso, mientras intentaba levantarse del suelo.
-Vendrás a pedirme perdón... -
Él volteo a mirarme, sonrió y sin espabilar disparó su arma directamente a mi brazo izquierdo.
-¿Dices que no soy capaz de asesinarte? - Apretó su mandíbula a la vez que intentaba hacerse el fuerte - Pues entonces contaré hasta diez para que huyas antes de que vuelva a disparar -
Fijé la mirada en el pavimento mientras podía escuchar el sonido de las sirenas de policía; no podía levantarme de allí aunque quisiera, Min Yoon Gi me había destruido con unas cuantas palabras y con aquel jodido balazo que dolía como el demonio.
-Te amo... - Volví a decir sin dejar de mirar el pavimento - Te amo de verdad, Min Yoon Gi... -
-Uno... Dos... -
-Perdóname por no haber sido capaz de decirlo hace siete años, perdóname por no haber sido capaz de ir detrás de tí cuando decidiste dejarme atrás... - Volví a sollozar - Perdóname por haberme convertido en un monstruo, pero no dejaré de serlo hasta que tú seas capaz de amarme de nuevo... -
-Tres, Cuatro... -
-A partir de ahora, olvídate de Go Eun; por que me aseguraré de que solamente seas capaz de verme a mi y solo a mí... - Me levanté del suelo entonces.
-Cinco... Seis -
-No serás capaz de borrarme de tú cabeza... - Sonreí - Juro que no serás capaz de hacerlo... -
Caminé hacia él, sujete su rostro entre mis manos y junté sus labios con los míos en un beso.
Beso al que él se opuso intentando apartarme de su cuerpo, pero aquello solo fue por un par de segundos hasta que entró en confianza con mis labios.
-Confia en esto... - Añadí apartándome de sus labios y colocando mi mano sobre su pecho.
-Siete... Ocho... - Siguió contando mirando ahora hacia el pavimento mientras me instaba a alejarme de aquella calle.
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Obligandote a Amarme
Fanfiction¿Has escuchado aquello que dicen sobre que el amor puede convertirse en una obsesión? Pues sencillamente eso es lo que me sucedió a mi; durante días y noches enteras pasé de la etapa simple de enamoramiento, a convertirme en una psicótica obsesiona...