Capítulo 19

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Entonces resultaba que aquella linda chica a la que todos conocían, no era en realidad lo que aparentaba ser. De alguna u otra manera había conseguido pasar desapercibida, viviendo detrás de la sombra de una monstruosa Jennie; la misma que al parecer ayudaba a disfrazar la verdadera personalidad de Go Eun.

Podía entender claramente que yo no era la única que tenía un problema dentro de sí, además de Kim Nam Joon y yo; también se encontraba ahora esa chica a la que solamente quería ver frente a frente para satisfacer esos extraños deseos de venganza tormentosa que empezaba a tener.

-Supongo que ustedes dos ya han ideado un plan... ¿No? - Dije mientras tomaba un sorbo de vino.

-Evidentemente... - Añadió Nam Joon.

-Como sabrás, Seok Jin es ahora uno de los fiscales más reconocidos de Seúl; por lo que es muy probable que sea él quien esté a cargo de seguir tus huellas de cerca - Jisoo levantó una de sus cejas - Solamente para llevarte a la cárcel al final -

-Eso es lo que menos me preocupa - Añadí.

-Pues debería, ya que en este momento si eres atrapada por la policía no tendrás una cuartada creíble; porque estoy segura de que Min YoonGi y las cámaras de seguridad son prueba suficiente del delito que has cometido -

-¿Que propones entonces? - Pregunté estando curiosa.

-Pues es algo simple... - Ella sonrió - yo regresaré a Corea con ustedes, apareceré a manera de coincidencia en la vida de Seok Jin, lo atraparé con algunos de mis encantos mientras que desvío toda su investigación, robando pruebas o borrando cualquier pista que pueda llevarlo hasta donde tú estás -

-¿Piensas que eso es algo muy fácil? - Pregunté burlándome de ella.

-¿Piensas que no sé exactamente como cegar los sentidos de aquel maldito fiscal? - Agregó ella con voz rencorosa.

Evidentemente, el corazón de esa chica estaba completamente roto aún; ella quería lucir fuerte intentando buscar una venganza que era simplemente enmascarada por la palabra "justicia" mientras que a leguas se podía notar cuan débiles eran sus heridas.

Y no podía culparla o tan siquiera señalarla, sabía perfectamente que las personas intentaban sanar sus heridas de maneras diferentes; habían algunas que decidían arrancar la famosa página para seguir adelante escribiendo en una nueva hoja; mientras que habían otras que intentaban "sanar" sus heridas dejándose guiar por el resentimiento y el dolor perpetuo el cual los conducía a la tan destructiva venganza. Esa misma que era famosamente marcada por aquel dicho de "ojo por ojo y diente por diente" siendo al final imposible llegar a sanar.

No podía señalarla entonces porque yo pertenecía al segundo grupo de personas; yo solamente quería hacer que los demás sufrieran de la misma manera en la que yo lo había hecho una vez. Y no, no me importaba que día a día estuviese encerrada en un laberinto que una y otra vez me llevaba al mismo final, siendo torturada por ese dolor intenso que jamás había logrado sanar.

No estaba segura si la venganza era simplemente una manera de intentar sanar, o era una vil mentira que te obligaba a revivir aquel dolor del cual querías escapar.

Pero suponía que tenía que averiguarlo por mi propia cuenta, ya fuese bueno o malo, estaba dispuesta a por lo menos sentirme satisfecha momentáneamente, teniendo una vaga idea de mi probable final; aquel final del que seguramente me arrepentiría mil y mil veces.

El final, que jamás valdría la pena aunque expusiera cientos de excusas. Lo cierto es que el ser humano no tiene que engañarse con esa maldita famosa frase, porque solo era una triste mentira que te ayudaba a sentir mejor, ocultando realmente que estabas hecho mierda por dentro; ocultando el verdadero dolor que ciertamente sentías y que no eras capaz de aceptar luego de haberte vengado.

Obligandote a Amarme  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora