Sin decir nada (Camila g!p)

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Mi mamá trajo a casa a una de sus amigas, diciendo que venía de Canadá y no había encontrado una casa que le gustará así que se quedaría algunas semanas en casa.

Ella es bastante atractiva, tenía como costumbre vestir ropa bastante apretada, escotes excesivos, inclusive muchas veces andaba por la casa en bata, por lo regular eran de seda, dónde su sexy lencería siempre quedaba expuesta, jamás veía esfuerzo en cubrirse de mi.

- Mamá cuando vendrá el señor de mantenimiento, mi baño sigue sin funcionar.- le decía a mamá mientras entraba a su habitación.- Mila sigue usando el del pasillo, el señor me dijo que vendría la semana entrante que tiene bastante trabajo, sabes que no podría meter a ningún desconocido con tanta mujer aquí.- me decía mientras salía y yo la seguía.

Entramos a la cocina y ahí estaba la ojiverde con mi hermana, coloreando al parecer, sin ignorar el apretado vestido que traía, me ponia, me voltee y me despedí de mi madre, le di un beso a mi hermana y uno a la atractiva ojiverde, y salí.

- Maaa, ya llegué.- pero no me contestó, que extraño, hoy descansaba.- Mamá!!.- volví a gritar.

- No está, le hablaron de la oficina, tenía que presentarse, llegara para la cena.- decía bajando las escaleras la ojiverde.

- Gracias, estaré en mi habitación.- dije pasando rápido a su lado, ella solo me sonrió y se metió a la cocina.

Entre a mi habitación y me acosté, poniéndome los audífonos, me quedé dormida, al despertar ví la hora y eran las 12 am, escuché ruidos que provenían de mi estómago, recordé no haber probado bocado desde el desayuno, me levanté para bajar a comer algo.

Al salir, noté ruidos extraños, seguí caminando más despacio me acerque al baño de donde claramente se escuchaban los ruidos, al estar bastante cerca pude notar que eran gemidos, estaba la puerta entreabierta, asome un poco la cabeza y ahí estaba ella sentada en el piso recargada en el mueble que está en el baño, totalmente desnuda, era la imagen más erótica de mi joven vida. Con una pierna arriba y otra totalmente estirada, ví como apretaba sus erectos pezones y con la otra se tocaba entre las piernas, comencé a endurecerme, desde donde yo estaba no se veía mucho, solo sus bien formados pechos y su mano tocándolos, siguió gimiendo, cada vez más fuerte y constante, bajé mi mano y comencé a tocarme por encima del pantalón.
Llegué a mi cuarto bajé mi pantalón y comencé a masturbarme pensado en lo que acababa de ver. Solo quería que lo hiciera cada noche para poder verla. Y así fue, cada noche lo hacía y mientras la veía me masturbaba.

Una noche antes de las 12 am me metí a la regadera, minutos después ella entraba, en esta ocasión si pude ver, comenzó a frotar su clítoris, gemía, comenzó a bajar sus dedos y se penetraban despacio, saco sus dedos y busco en una bolsa que no había notado traía, saco un dildo, lo lúbrico con su humedad y se lo introdujo despacio, comenzó a gemir con más fuerza y sin vergüenza alguna, bajé mi boxer y mientras la veía hacia un movimiento de arriba a bajo en mi pene, acelere mi movimiento cuando ella grita y me corri después que ella, ví como se limpiaba y se puso su bata para salir.

Pasaron los días y yo la deseaba cada vez más, no me atrevía a nada más porque no se fijaría en mi. Me equivoqué.

Una noche desperté y ella estaba acostada conmigo, su bata de seda era tan corta que dejaba al descubierto gran parte de su trasero, podía ver su pequeña braga negra. No sabía que hacía en mi cama, pero dejé de pensar y me quite los pantalones de la pijama junto con mis boxer, me acerque con cuidado de no despertarla.

Mi erecto pene rozo sus nalgas y fue tan placentero, lo metí entre sus nalgas y comencé a frotarme, se movió un poco y ya sabía que estaba despierta, o se despertó, deje de moverme y no hizo ni dijo nada más, así que seguí frotándome hasta que me vine, deje todo mi semen entre sus nalgas, me levanté despacio mientras ella aún " dormía" tomé papel y la limpie.

Al día siguiente al verla no dijo nada, así que yo hice lo mismo y no dije nada más.
Las noches cómo esa se repitieron diario, ella aprecia en mi cama, frotaba mi pene entre sus nalgas hasta venirme y al despertar ella no estaba, y al día siguiente no decíamos nada.

En una ocasión estaba en mi habitación cambiándome después de ducharme y ella entró, sin decir nada me quito la toalla del cuerpo, se hincó y tomo mi pene, comenzó a darle leves caricias y el comenzaba a reaccionar, bajo su cara y se metió una de mis bolas a la boca mientras aceleraba el movimiento de su mano en mi miembro, comencé a gemir mientras la tomaba del cabello, poco después se lo metió a la boca, subía y baja con rapidez, comencé a gemir más fuerte, sentía venir el orgasmo y así fue, me vine en su boca, se tragó todo, se levantó y se fue, sin decirme nada, no sabía que pasaba pero me gustaba.

Una noche desperté y como siempre ella ya estaba conmigo, dándome la espalda, hice lo mismo de siempre pero al posicionar mi pene entre sus nalgas note que no traía bragas, trate de frotar mi erecto pene entre sus nalgas como siempre, pero al no tener bragas, mi pene se metía entre sus piernas, rozando sus labios.
Estaba tan caliente que me deje llevar.

La moví un poco, y comencé a meter la cabeza de mi pene, al ver que no se movía comencé a presionar más hasta entrar totalmente en ella y ella seguía inmóvil, sentí como me recorría todo el placer de estar dentro de ella.

Comencé a moverme despacio, para no "despertarla" sin aguantar más y estado segura que ella estaba despierta comencé a salir y entrar de ella, comenzó a gemir igual que yo mientras me la follaba, con una mano tomé su cadera y después de unas cuantas embestidas sentí que ponía su mano sobre la mía y la subía a su pecho derecho y comencé a jugar con su pezón.

Sentí que estaba apunto de venirme y lo hice, lo hicimos juntas, al acabar volteo me dió un beso en los labios, tomo su bata y salió de mi habitación.

Teníamos sexo cada noche.
Algunas noches entraba a mi habitación, me quitaba los boxer y acariciaba mi pene hasta ponerlo totalmente duro y subirse en el, comenzaba a brincar en el tan duro que yo gemía cada vez que caía en el ya que me sentía tan en lo profundo de su ser, ella seguía meciéndose sobre mi mientras me besaba, puede sentir como se venía en mi duro miembro y me vine dentro de ella como siempre, cayó sobre mi y nos quedamos dormidas.

Al la mañana siguiente no decíamos nada, ya era una costumbre, sabíamos que en la noche volvería a pasar, y estábamos felices con ello...




One Shots (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora