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-¿Mamá?

-Aquí estoy, Cielo... Duerme, ¿si? No voy a irme...

Las caricias de su madre no estaban allí y Jihoon deseó abrir los ojos, pero le dolía cada centímetro del cuerpo. El dolor era cada vez más difícil de soportar, y muchas veces era más simple quedarse dormido a tener que enfrentarlos a ellos, a todos los que no sufrían. Pero él se obligó a separar los párpados, porque le debía mucho a ésa mujer. Ella se encontraba sentada a su derecha como siempre, tenía los ojos más hinchados y enrojecidos que nunca, le contemplaba con adoración y cariño.

-¿Todo en orden?- Preguntó Jihoon casualmente, intentando tirar sus labios hacia arriba para sonreír.

Lo pregunta como una formalidad, pudo leer el ambiente a la perfección y en ésos instantes su madre era una bomba del tiempo, no quería que llore porque entonces le haría llorar a él. También conocía la respuesta: nada estaba en orden.

-Si... Sólo te miro...- Ella se oyó nasal.- ¿No puedo mirar a mi propio hijo? 

-Mientras sea gratis, puedes... 

-Te traje las cosas que me pediste...- Su madre estiró la mano para acariciarle, pero no lo hizo.- Tus remeras, algunas revistas y tu Monopolio. El doctor Kwon me permitió que te coloque una remera si querías, tu favorita... ¿Qué te parece? 

-Qué amable de su parte...- Contesta el chico con ironía. 

Entonces éso de que sólo podía usar la ropa de la clínica era una mentira. 

-¿Amable?- Su madre sonrió cálidamente.- Ha cancelado una conferencia en Hong Kong para quedarse aquí cuidándote, Jihoon... Y la semana pasada, trajo sus cosas a la clínica... Creo que él está planeando vivir aquí... ¿No es gentil de su parte? Creo que es sensacional...

Jihoon dudaba que sensacional fuese el término indicado para definir a un hombre que le divertía mentirle a un pobre chico moribundo y que sólo se quejaba de sus peroratas cuando tenía oportunidad.
-Mamá, eres una mujer casada... No estamos en una novela de Danielle Steele...

El doctor Kwon entró al cuarto en ése momento, vistiendo su bata blanca y unas gafas que rara vez usaba, se veía exhausto.
-Hora de tu revisión diaria, Jihoon...- Anuncia, manteniendo la puerta abierta y haciendo un gesto con su mano a la señora Lee. Ella entendió la señal y se levantó de la silla dispuesta a retirarse, no sin antes prometerle a su hijo volver más tarde.

Al quedar ambos solos, el doctor Kwon ocupó la silla vacía y observó a Jihoon muy serio por encima de las gafas.
-Abre la boca...- Ordenó, buscando algo dentro de su bolsillo.

-Buen día, Doctor Kwon...- Saludó Jihoon de mal modo antes de obedecer. 

El doctor Kwon ya sostenía una linterna en su mano y le revisó la garganta.
-¿Tienes dificultades para tragar?- Quiso saber al terminar su examen.

-Si, las ampollas...- Contestó Jihoon.- Cada vez están más grandes.

-De acuerdo...- El doctor Kwon levantó un porta fichas de la mesita junto a la cama y anotó algunas cosas en la segunda hoja.- Tendré que agregar otro medicamento a tu lista...

-Super estupendo...

-Y si quieres que deje de doler te recomiendo hacer silencio...

-Es opcional, ¿verdad?

El hombre levantó la mano y le acaricia el flequillo.
-Para ti, no es opcional. 

Sol Blanco [JiGyu/GyuZi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora