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Antes de subir las escaleras hasta el primer piso, se detuvo en una máquina expendedora y compró la soda que Jihoon le pidió a espaldas del doctor Kwon ('¡John Lemon, John Lemon!'). No tenía idea de cómo iba a hacer para beberla en secreto sin que los adultos a cargo se enteren, pero él siempre contaba con un truco bajo la manga.
Mientras pensaba éso y arriba al piso correspondiente algo llama su atención.

Había varias figuras en medio del corredor, frente a la habitación de Jihoon. Al tiempo que avanzaba reconoce a una de ellas, era la señora Lee, que seguro había ido a ver a su hijo aquella mañana como todos los días. Al menos cinco enfermeras la acompañaban, lo cual era raro. 

Al llegar a una distancia conveniente, nota que algo le sucedía a la señora Lee. Lloraba. 

Por un instante, creyó que se estaba riendo. Pero no, ella lloraba. Nunca vio a una persona llorar así. El señor Lee estaba a su lado, la sostenía por los hombros e intentaba que lo mire a los ojos. 

Cuando oyó el nombre de Jihoon filtrarse entre ésos agudos sollozos, Mingyu deja de caminar.

Alguien le golpeó el brazo al pasar por su lado corriendo, un hombre con bata. Por la forma en la cual el cabello caía sobre su nuca, supo que se trataba del profesor Yoon. Los señores Lee quisieron interceptarlo, no obstante, él ingresó directamente a la habitación. Imaginó que el doctor Kwon seguía dentro, con Jihoon.

Mingyu vuelve a avanzar hacia el grupo, su bastón produjo un sonido hueco contra las baldosas del suelo. 

¿Qué estaba pasando?

Algo dentro suyo no deseaba saberlo.

Al llegar junto a la señora Lee y verla llorar de cerca, Mingyu soltó la lata de soda de su mano libre.

 Un espantoso escenario inunda su mente, pero era imposible. 

Mingyu rehuyó a la insistente mirada del señor Lee. 

La puerta de la habitación de Jihoon se abre hacia un costado. Apenas vio al doctor Kwon salir de allí, con los ojos enrojecidos y las mejillas húmedas, Mingyu lo enfrentó.

-Doctor...- Llegó a él y lo primero que hizo fue buscar en su rostro algún indicio del optimismo que le caracterizaba. Sólo encontró todo lo que no deseaba ver.- ¿Qué...?- Una piedra se enganchó en su garganta.

Acababa de ver a Jihoon minutos atrás. No podía ser.

Casi quiso reírse, porque parecía un mal chiste. 

Era mentira. 

El doctor Kwon apenas movió los labios al hablar.
-Lo siento mucho, Mingyu..

-Mentira...- Mingyu sacude la cabeza y tomó al hombre por su bata.- ¡ES MENTIRA!- Grita, hasta que su voz se quiebra y le lastima.- ¡NO ES CIERTO!

La señora Lee lloró aún más fuerte que antes.

¿Por qué el doctor Kwon lucía tan rendido? ¿Por qué lucía resignado?

-Realmente lo siento, Mingyu...- La expresión del doctor Kwon no se desdibuja, él tampoco opuso resistencia ante las lágrimas y ni siquiera le importaba que le agarren por la bata.- Se fue...

Mingyu lo suelta y retrocede hasta que chocó contra algo duro. Sus piernas se aflojaron y cayó poco a poco.

Entonces el mundo se le vino encima, aplastándole justo en el centro del pecho.

Su amor, su vida, sus sueños, su todo.

Su todo se fue. Su todo lo abandonó.

Su Jihoon, lo había dejado. 

Sol Blanco [JiGyu/GyuZi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora