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-Here comes the sun... Duru duru...

Aún no anochecía. La mano del joven abre una primer puerta dejando al descubierto su sombría habitación, halló allí bastantes cosas que le iban a ser útiles. Se concentró primero en cubrirse las extremidades con cuidado. No podía creer que realmente vaya a hacerlo, debía estar loco.

-Here comes the sun and I say...

Calza unas botas de lluvia largas, que le llegaban hasta las rodillas. Usó guantes de cuero negro en las manos. Después tomó una chaqueta que a su hermano le quedaba pequeña y la utiliza para cubrirse los huesudos brazos. Lo siguiente, era la cabeza.

-It's all right...- Cantó con su susurro ronco. La canción lo mantuvo cuerdo, en eje.

No quiso darse por vencido antes de comenzar, pero calientes lágrimas amenazaban con rodar por sus ojos al meditar lo que le esperaba en el exterior. La falta de aire, el corazón acelerado, los espacios desconocidos, el temblor en los huesos. No obstante, él, necesitaba su ayuda.

-Little darling, it's been a long cold lonely winter...

Envolvió con una larga bufanda de seda su cuello, empezaba a hacerle calor en el torso, pero al menos su piel se encontraría a salvo del sol al atardecer. Después, se colocó un casco que tenía guardado desde hacía años en su habitación sobre la cabeza.

-Little darling...

Segunda puerta. Era la primera vez que veía otra cosa que no fuese su oscuro cuarto. Los rayos solares ingresaban anaranjados a través de las entreabiertas ventanas del comedor, proyectando sombras extrañas en el suelo de madera. La mesa era cuadrada, había flores y cuadros de Los Beatles en la pared frente a los sillones.

-It feels like years since it's been here...

Su canto zumbó en el casco y se quedó con él, al igual que una barrera de protección. Aferró fuerte el mango de un paraguas que encontró por ahí, pero que se le hizo muy firme y confiable como para abatir cualquier amenaza en el acto.

Se mantuvo en la misma posición por más de un minuto, analizando el panorama y haciéndose el camino en su mente hasta la puerta de entrada. Pero no podía avanzar, sus rodillas temblaban y se chocaban entre ellas.

-Here comes the sun...

Para ponerse en movimiento, imaginó que se trataba de un juego de rol, ésos de los que participaba a través de Internet en donde aparecían personajes extraños de la nada y obtenías una recompensa por llegar al final. El final aquí, era su amigo, el primer amigo que tuvo en la vida real. Un amigo de verdad. Un amigo que sabía todo sobre él y seguía aceptandole a pesar de ello.

-Here comes the sun, and I say...

Doce años pasaron desde que salió por propia voluntad. Doce años encerrado como un Sol Blanco que no brilla, que no crece, como algo que no tenía posibilidades de sobrevivir en el mundo.

Su frente sudaba. Jamás sintió tanto miedo.

Y nunca llegó tan lejos. Nunca estuvo en sus manos ayudar a alguien. Pero él, era el único que podía hacerle entender a ése cabeza hueca el sentido de estar vivo. ¿Qué importaba si tomaba años? Tenía que caminar.
Su mente permanece en blanco mientras giraba la manija de la tercera puerta: no podía detenerse ya.

-It's all right...

Sol Blanco [JiGyu/GyuZi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora