Sol Blanco [JiGyu/GyuZi]

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Mingyu empezó las sesiones de rehabilitación días después de haberse decidido definitivamente, su madre y su padre se mostraron sorprendidos pero complacidos con el anuncio. Las sesiones eran en la tarde, acordaron que un especialista vaya a su casa dos veces por semana y le enseñara ejercicios que lo ayudasen a recuperar movilidad. Instalaron barras de paralelas en un espacio vacío junto al comedor y, aunque todavía no había usado las barras en absoluto, verlas allí le daba al joven una sensación de vacío en la boca del estómago.

La primer visita no fue del todo grata. El especialista enviado desde la clínica de rehabilitación, el doctor Hwang, dijo que iba a ser más difícil para él acostumbrarse a su nuevo cuerpo dado que sus huesos crecieron desde la última vez que intentó seguir un régimen de rehabilitación. Dijeron que con el ritmo normal, tardaría a lo sumo dos años en ponerse en pie por sí mismo, aquella noticia fue como un baldazo de agua helada.

Además del tratamiento, su estilo de vida debía cambiar y adaptarse. Volver a medicarse, controlar sus alimentos y hacer ejercicios aunque sea una hora al día, ya era tedioso de por sí, a éso se le sumaba la humillación de ser animado irracionalmente por sus familiares.

Dos años, genial. Todos pensaban que era realmente muy poco tiempo y pronto el embrollo del régimen diario se convertiría en una rutina. Cuando logre ponerse en pie, tendría veinte.

Dos años.

-¿Sabes?- Dijo Joshua una noche, irrumpiendo en la habitación de Mingyu que estaba dibujando frente a su escritorio.- Siempre puedes pedirme que te lleve a verlo... Lo haré con gusto. Le pediré ayuda a Seokmin y...

-No.- Le cortó Mingyu, suspendiendo el lápiz en el aire.- Tú no entiendes...

-Quieres verlo, ¿no? Por éso comenzaste la rehabilitación.

-Lo hago por mi, Joshua...

Sol Blanco fue su detonante, en realidad. Necesitó mucho valor para comenzar de nuevo y ése valor lo obtuvo de su amistad con el violinista. El valor que a él le falta para salir afuera.

-Nunca vi a Jihoon en casa de Seokmin, todo el tiempo está en su habitación y le pasan la comida a través de una puertita.- Joshua le abrazó por detrás, rodeando los hombros con sus brazos.- Se oye música en inglés y tus dibujos de Los Beatles están en la sala... ¿Por qué los puso en la sala y no en su habitación?

-Porque él no puede colgar nada en la pared de su habitación...- Contestó Mingyu, pintando las sombras en el cabello de John Lennon con el lápiz torcido.- Tienen que estar despejadas...

-¿Cómo sabes éso?

-Él me lo dijo... Vio mis dibujos y creyó que en la sala se verían mejor. Yo le respondí que estaba bien, que podía hacer lo que quiera con ellos...

-Pero él nunca va a la sala... Debió quedarselos.- Replicó Joshua indignado.- ¡¿Cómo va a recordar tus dibujos si sólo los ha visto una vez?!

-Bueno...- Mingyu sonrió y palmeó la mejilla de su hermano sin mirarle.- Aunque no lo creas, hay cosas que duran sólo un momento... Y las recuerdas para siempre.