🎻 16

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Mingyu parpadea lento, contemplando las largas sombras proyectadas sobre las cerámicas del comedor. Su codo ardía debido al raspón que se hizo y aún no lograba voltearse lo suficiente o pensar un modo de volver a su silla de ruedas, tirada de lado a centímetros suyo.

Lágrimas, tibias y constantes, iban a parar al suelo. Porque había sido ingenuo, porque tenía miedo, porque se dio cuenta que lo que aseguran son puras mentiras: si deseas mucho algo no siempre podrás cumplirlo.

La decepción paralizó sus huesos y su voluntad.

Joshua no regresaría de su cita con Seokmin hasta la noche y su padre tenía que trabajar tarde también. Mientras tanto él yacía recostado a un lado de las barras paralelas, tragandose los sollozos, como un cascarón vacío. Aceptando de a poco su destino, ser la mayor carga para su familia, sonreír y fingir conformidad.

Su angustiosa meditación, fue interrumpida por un fuerte golpe proveniente de la puerta principal, luego otro golpe y otro, hasta que se abre de par en par.
Alguien ingresó, un sujeto desconocido inusualmente abrigado para ser verano y llevaba casco sobre la cabeza. Pensó que podría ser un repartidor que se equivocó de departamento, él aferraba un paraguas en la mano derecha y sus botas de lluvia se pegaban al piso igual que ventosas, haciendo ruidos chistosos.

El sujeto del casco corrió hacia las ventanas tras Mingyu y cerró de un movimiento las pesadas cortinas, dejando la habitación con mucho menos luz que antes.
Mingyu no pudo hablar, se le pasaron muchas cosas por la cabeza. Si ése tipo entró a matarle, que termine el asunto de una vez.

Pero él parecía muy agitado tras todo ése camuflaje, respiraba como si hubiese corrido diez kilómetros para llegar hasta allí.
-Mingyu...- Dijo, con voz amortiguada, sacudiendo su hombro.- ¿Estás bien?

Pese a lo oscuro Mingyu vio su propia expresión de desconcierto reflejada débilmente en ése negro casco.
-Jihoon...- Susurró.- ¿Cómo?

Jihoon lo agarró del brazo, ¿se lo estaba imaginando? ¿Finalmente enloqueció?
-Tengo que levantarte, Mingyu...

-No...- No entendía porqué Jihoon había ido hasta ahí, pero la vergüenza le pegó al suelo como imán.- No lo hagas...

-Tengo que...

Miró la mano ajena envuelta en un guante agarrar con fuerza el paraguas y supo que hablaba en serio. Temblaba demasiado.

-Déjame aquí, Jihoon...- Hizo una mueca y volteó su rostro hacia el lado contrario.- Ve a casa...

Un golpe le azotó en la nuca, un golpe fuerte.
-¡No iré a casa, estúpido!

-¿A... acabas de golpearme con ése paraguas?

-¡Arriesgué mi vida viniendo aquí!- Gritó Jihoon, tan alterado que le costó entender.- Estoy muriendo de calor, pon un esfuerzo de tu parte, ¿quieres?

-Yo no te pedí que vengas...

-¡Estaba preocupado!

Mingyu tragó duro.
-Jihoon... Soy un fiasco... No quiero que me veas así.

-Apenas puedo verte detrás de éste casco.

-Sabes a qué me refiero. Soy patético...

-Hey, Mingyu...

-¿Qué?

-Don't make it bad... Take a sad song and make it better...

-¿Crees que ésto es un chiste?

-No... El chiste es... que vine a tu apartamento con una campera enorme, guantes, botas pasadas de moda... Con un casco... El chiste es que cuando llegue aquí...

-¿Me encontraste tirado en el piso como un gusano muerto?

Ahora Jihoon ríe, tenso.
-Encontré tirado en el piso como un gusano muerto, al hombre más guapo del mundo... Gracioso, ¿no?

Sol Blanco [JiGyu/GyuZi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora