Sol Blanco [JiGyu/GyuZi]

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Los padres de Jihoon decidieron al cabo de un largo debate tomar sus vacaciones viajando a la Isla de Jeju la segunda semana de Enero. El trato era que su hijo visite primero al especialista Kwon para que le realice estudios y puedan irse tranquilos ya conociendo cómo se podía continuar con el tratamiento.

Éso inquietaba mucho a Jihoon, quien protestó a viva voz. Primero porque tendrían que volver a hacerle dolorosos estudios y luego porque dependía completamente de ése nuevo especialista al que no conocía, pero por lo que aseguraron, era el mejor del mundo.

No le dijo a Mingyu, pero estaba aterrado.

No le dijo a su madre, pero escuchó todo.

El tiempo se le terminaba, ¿prefería oír la verdad o seguir engañándose?

-Cielo... ¿Tomaste el medicamento?

Su madre golpeó la puerta del armario dos veces y después dos más antes de abrir. Jihoon se hallaba sentado dentro, con la espalda apoyada en el rincón del fondo, había tomado la píldora para dormir hacía apenas cinco minutos, inmediatamente luego de cortar su comunicación telefónica con Mingyu. Él sintió la mano de la mujer acariciarle el flequillo.

-Papá te llevará, ¿de acuerdo? Puedes dormir y en cuanto despiertes, ya estaremos en la clínica...

-Mamá...

-¿Qué sucede?

-¿Te hace feliz ir de vacaciones con papá?

Su madre echa una risita.
-Debo admitir... que es emocionante...

Jihoon cerró los ojos y se quedó dormido.

Al despertar se encontraba recostado sobre una camilla, dentro de una habitación blanca, con detalles celestes en las paredes. Sólo distinguió borrones coloridos hasta que enfocó la vista, un hombre no mucho más grande que él le tomaba la presión. Tenía el cabello castaño rojizo y estaba sonriendo cuando le miró, las marcas en el borde de sus ojos evidenciaron que lo hacía bastante seguido.

-Buenos días, Jihoon... ¿Tuviste un gran sueño?

-No lo se...- Contesta Jihoon, todavía atontado por los medicamentos.- ¿Donde está mi mamá?

Él comenzó a quitarle los vendajes de su mano derecha.
-Tranquilo, tus padres están fuera... Me contaron que tienes dieciocho ya... ¿No estás algo grande para depender tanto de tu madre, Jihoon?

-Un verdadero hombre siempre va a depender de su madre, doctor Kwon...

-Es cierto, bueno...- Acepta riendo.- Entonces, sabes quien soy...

-Por supuesto... El mejor dermatólogo del universo.

El doctor Kwon soltó una breve y melodiosa carcajada.

-Kwon Soonyoung, para servirte...- Él tomó el brazo desnudo de Jihoon y puso la mano hacia arriba, sus dedos estaban morados y llenos de cáscaras.- Dime si duele...

Jihoon creyó que estaba listo, pero se equivocaba. Cuando el doctor apretó la punta de sus dedos, uno por uno, no logró controlar sus propias expresiones faciales. Dolía. Mucho.

-No duele... tanto...- Mintió, observando al otro con los párpados húmedos.

Kwon arrugó la nariz sin dejar de revisarle los dedos.
-¿Hace cuanto tienes los dedos morados, Jihoon?

-Me escapé un día de casa hace tres meses, mis dedos se pusieron así al poco tiempo...

El hombre tomó una carpeta de la mesa más cercana y la abrió para leer. Jihoon sabía que se trataba de su historial médico.
-Tu enfermedad... tiende a avanzar, Jihoon... Creo que lo sabes bien.

-Si, lo se...

-El accidente que tuviste hace diez años dejó muchas heridas que nunca sanaron ¿cierto? Ahora, ésas heridas en tu piel, están empezando a afectar tus órganos internos... Tu sistema inmunológico pende de un hilo. Necesitas más cuidados que nunca. Estoy dispuesto a proveer un tratamiento para ti aquí en mi clínica... si aceptas internarte.

-¿Internarme?- Jihoon dejó que la decepción cuelgue de sus palabras.- Yo estoy bien... No quiero...

No quería estar lejos de su casa. No quería arruinar las vacaciones de sus padres. No quería abandonar a Mingyu.

No quería morir en ésa clínica.