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Sentir múltiples pares de ojos sobre él, no era tan simple como había imaginado, sin embargo, Mingyu cumplía con cada indicación lo mejor que pudo; El hecho de no verse como él mismo ayudó en gran medida.
Al fotógrafo, un hombre de mediana edad llamado Moon Joonseob, le gustaba cada pose y cada una de sus expresiones, incluso las más triviales. Hubo alrededor de seis cambios de ropa. Aunque sólo pudiese realizar las tomas apoyado en una escalera, o sentado sobre una de las máquinas de ejercicios que habían traído (por sugerencia de Wonwoo, sospechó). Al final, lo único que tuvo que hacer, fue ejercitarse y permitir que ellos le saquen fotografías. 

Todos sonreían y pululaban por el set al pendiente de sus necesidades. Si tenía sed o hambre, si estaba cómodo, si quería descansar. Siempre con ésa promesa viva que le entusiasmaba tanto: 
Algunas fotos más y terminamos. 

Le agradó. 

Eran profesionales acostumbrados a lidiar con novatos, por éso, hicieron todo lo posible para lograr que se sienta cómodo y seguro frente a las cámaras. Bromeaban, reían, lo animaban. Se preguntó si así de cálidos eran todos los estudios y todas las sesiones de fotos, porque no parecía un trabajo, ellos disfrutaban estar allí.

-Te lo aseguro, Mingyu... ¡Hubo magia hoy en el set!- Wonwoo, exultante, casi daba saltitos al pasearse de aquí para allá por el salón adjunto, en donde Mingyu terminaba de ponerse las zapatillas ya listo para irse.- Deberías considerar lo que propuso Joonseob, lo de firmar con mi agencia, con Clap, cuando termines tu rehabilitación... Serías uno de los modelos principales.

-No lo creo, Wonwoo...

Si, lo creía, le gustaba la idea, hizo mucho dinero en un sólo día (dinero que sería transferido a su cuenta bancaria), pero aún tenía sus dudas. Revisa la hora en su teléfono celular, eran casi las tres de la tarde, se olvidó completamente del factor tiempo en el set. 

-El equipo irá a comer ahora, hay un restaurante que es nuestro favorito, pediremos carne... ¿Quieres venir? Todos están esperándote para felicitarte por tu extraordinario desempeño...

Como quería comer algo y aún quedaba mucho tiempo para que sean las cinco, Mingyu accede después de pensarlo unos segundos.

Se lo pasó increíble. El equipo armó una mesa larga y angosta en el centro del restaurante donde todos los conocían. Hablaban muy fuerte y reían a carcajadas. Mingyu oyó muchas anécdotas sobre otras sesiones y la mayor parte de los miembros del equipo aseveraron lo mismo que Wonwoo, ése día el estudio se llenó de una inexplicable magia.

Cuando volvió a controlar la hora, eran las cuatro y quince minutos. Le iba a tomar alrededor de media hora llegar hasta la clínica de Jihoon. 

-Revisas la hora a cada rato...- Dijo Wonwoo.  

-Si...- Contesta Mingyu, entre dientes.- Mira, tengo un compromiso y... 

-Madre de Jihoon...- Le interrumpe el otro, mientras daba vuelta la carne en la parrilla con sus palillos de metal.- Padre de Jihoon... Hermano de Jihoon... Doctor de Jihoon... 

Mingyu lo mira como si hubiese recibido un escupitajo en la cara.
-¿Revisaste mi teléfono, Wonwoo?

-¿Quien es?- Preguntó, ignorando el cambio del más joven.- Todos tus contactos tienen que ver con ése tal Jihoon... 

-Wonwoo... Tú... 

En un acto reflejo, del cual no supo explicar motivo, Mingyu levantó la vista hacia un reloj analógico colgado en la pared frente a él, su horario indicaba que eran casi las seis de la tarde. Tenía que estar equivocado.
Con manos espasmódicas, revisó otra vez su teléfono celular: la hora estaba ajustada en un país diferente. Su corazón saltó y pudo percibir los latidos en el cuello mientras algo parecido al pánico le tapó los oídos. Pese al enfado y a la impotencia que lo dominaban, recoge su mochila del suelo y manotea el andador para levantarse y enfilar hacia la salida del restaurante. Ninguno de los miembros del equipo notó su partida. 

Al salir, el aire fresco le dio en la cara, ignoró las miradas curiosas sobre él (todavía tenía el maquillaje y el peinado de la producción). ¿Qué podía hacer? Fue un error confiar en Wonwoo desde el inicio. 

Avanzó hacia el borde de la acera e hizo señas con el brazo extendido, intentando frenar un taxi.
-Vuelve adentro, Mingyu...- Exige Wonwoo, tomándolo por la muñeca.

Mingyu se deshizo de su agarre y le miró, estaba tan furioso que la voz le salió quebrada.
-¡¿Por qué cambiaste el horario de mi celular?!

-Atendí una llamada...- Wonwoo le estudia, muy atento a sus reacciones.- Un tal doctor Kwon dijo que  vayas a la clínica a las cinco. Pero todos estaban tan entusiasmados aquí, y es una oportunidad única para tu carrera... Cualquier aspirante a modelo haría lo que fuera por...

-No soy modelo...

Mingyu puso una mano en su frente y miró al piso, las lagrimas brotaron de sus ojos una tras otra. ¿Acaso era una pesadilla?

-¿Por qué lloras?

-Tengo que verlo, Wonwoo...

-¿Cómo?

-Tengo que ver a Jihoon...

-Tranquilo, amigo...

Mingyu soltó su andador y tomó a Wonwoo de la camisa, arrugando la tela con los puños. 
-Eres el responsable de todo éste lío, así que... Si no me llevas a la clínica ahora, juro que voy a matarte...

Sol Blanco [JiGyu/GyuZi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora