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El frío se incrusta en su piel, mientras trata de acobijarse con sus manos, el frío duele pero es un dolor soportable comparado con el de su corazón, ya no vale ocultar las lágrimas, de nada vale ser fuerte ahora, recostado en la especie de cama de aquella pequeña celda pasa los minutos con su mirada triste y perdida en el techo. Es interrumpido por una reconocida voz qué suena preocupada.

Alfonso: Christopher, hermano! Qué ha sucedido?! - Exclamó su amigo alarmado.

Se levantó sin el menor interés en cubrir su dolor que se reflejaba en su rostro. Se acercó a las barandas, ese metal estaba frío igual a todo lo que habitaba allí.

Ucker: No tienes nada que hacer aquí. Vete!

Alfonso: Qué te ha sucedido? - Se preocupó al verlo en ese estado.

Ucker: Ya nada importa. Dejenme solo, dejenme morir aquí. - Se sentó sobre el colchón.

Alfonso: No sé que te sucedió pero estas mal, ya Cristian esta contactando al mejor abogado. Jamás te dejaremos solo.

Ucker: Lo perdí todo, todo - Repetía una y otra vez se levantó y se acercó a las rejas para  poco a poco bajar hasta quedar acurrucado tomado de las barandas.

Alfonso se agachó a la misma altura de él, le dió un suave toque en el hombro y le prometió regresar para verlo libre.

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Ella miraba de un lado para otro, no pensaba tocar esa cama, no se acercaría a nada de lo que había en ese lugar, todo le parecía sucio y le daba asco, estaba aterrada, gritó y exigió al guardía el derecho de su llamada. Se comunicó con Rodolfo para que la ayudará, claro que no le dijo la verdad de lo que la acusaban.

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Se despertó y un sentimiento de angustia la invadió, al reconocer que se encontraba en una clínica, afortunadamente Zorayda le explicó que con su bebé todo estaba bien. Una llamada desvío la conversación.

Zorayda: Diga?

XXX: Tenenos capturadas a dos personas por el caso que usted lleva, el intento de asesinato a la señora Dulce María Espinoza. Necesitamos que se presente en la delegación cuanto antes.

Colgó la llamada y miró a su amiga.

Dulce: ¿Qué sucedió?

Zorayda: Capturaron a los culpables del daño de la camioneta.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, los culpables... que había hecho Christopher...

Dulce: Vamos! - intentó colocarse de pie.

Zorayda: No, no, no, ni te enfiestes necesitas descansar, yo te cuento que secede.

Dulce: Es que no entiendes Zorayda, Christopher.... - Intentó que su voz no se quebrara- Él fue!

La cara de su amiga se tornó incrédula y con cierto aire de desilusión, se acercó a Dulce y le retiró algunas lágrimas.

Zorayda: ¿ Qué piensas hacer? Y sí Christopher se entregó?

Dulce: No lo sé.... Me causo mucho daño pero no le deseo ningún mal. Quisiera deshacer este sentimiento dentro de mi pero no puedo, maldición,  es más fuerte que yo y solo quiero que este bien.

Zorayda: Tendrás que decidir si lo acusaras o no. - Le dió un beso en la frente antes de salir- Descansa.
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Una vez Rodolfo se enteró de lo bajo que había caído Aliana y además de que lo engañaba con Christopher,  le retiró toda la ayuda,  ella se tuvo que conformar con un abogado de oficio.

Llevaba algunos días en el reclusorio, estaba despeinada, sucia y era el jueguete de tres de las mujeres recluidas en esa prisión, esta vez aseaba el sucio, desagradable y oloroso baño, jamás en su vida pensó terminar así, llevaba un moretón en el ojo,  se lo clavó la reina el día anterior por desobedecerla, se sentía miserable. Esperaba un milagro que la sacara de allí pero su sed de venganza aún seguía latente.

Por su parte Christopher pasaba los días distante, se sentaba en algún rincón del patio a esperar que llegara la noche para intentar dormir.

Ese día fue diferente, una visita, recibiría una visita y no era de sus amigos que conseguían permisos para ir a visitarlo.

Ingresó al salón vacío, se sentó y esperó que quien sea que fuera a visitarlo ingresara.

Entonces la vió entrar a ella, sintió el calor en sus mejillas que estaban opacadas, un sentimiento de emoción y felicidad se despertó en él... 

Ucker: Dulce! - Llevaba días sin verla,  le pareció mas hermosa y una pequeña sonrisa se dibujó en su boca, intentó levantarse y abrazarla pero ella lo apartó.

Dulce: Esto no vale la pena- Hizo una pausa mientras miraba fija la pared- no los voy a acusar y espero que no te condenes. - Hablaba fría aunque en el fondo parecía romperse.  Le dolía verlo en ese estado, descuidado, perdido, el brillo de sus ojos,  de esos ojos estaba apagado aunque en ese instante que sus miradas se cruzaron nuevamente un leve destello iluminó el rostro de él.

Ucker: ¿De qué hablas? 

Dulce: Lo que escuchas. Me tomó muchos días de duelo, pero ya todo esta hecho y esto no mejorará nada, nunca he sido una persona rencorosa y ahora menos. Solo te deseo que seas muy feliz.

Christopher: Mi felicidad esta contigo, solo sí me perdonas seré feliz.

Dulce: Si eso es lo que quieres,  te perdono,  ya esta. - Intentó sonar despreocupada.

Christopher: No,  Dulce, por Dios! - Exclamó alterado- Es que tu no entiendes, quiero que todo sea igual, yo te amo.

Dulce: Las cosas jamás seran igual. Lo siento-  Dió la vuelta y se marchó. Luchó internamente por no caer ante sus súplicas.

Él quedó roto, de que le serviría la libertad sin ella, golpeó varias veces la mesa de la ira por haberla perdido. Ahora seria igual que antes de conocerla a ella,  iba a ponerle fin a todo, viviría y moriría por encontrar al Huasón hasta que alguno de los dos dejará de robarle oxígeno a este mundo.

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Besitos 😚😚😚😚
~DM~

Destinos Cruzados © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora