¡Solo eres nuestra!(BTS) +18 Temporada 1 [TERMINADA] [EN EDICIÓN]

Capítulo 30

Para los que no les llegó la notificación del capítulo 29 debe volver un capítulo antes, como Wattpad estaba (o está)  en mantenimiento a muchos no les llegó la notificación.

T/n

Trago duro y veo como los números siguen subiendo.
Algo me dice que corra.
Mis ojos recorren todos esos hombres.

Dios mío, ¿tan necesitados están?

No me aguanto más y corro hacia la puerta, al ver que no abre comienzo a golpearla.

-¡ABRAN LA MALDITA PUERTA!- grito mientras golpeo la puerta.
Miro a mis espaldas y el número se detuvo ya no sube más, todos me observan.

-Vendida a el Águila- dice el hombre con micrófono.

¿Enserio? ¿El Águila? Já.

Mágicamente la puerta se abre encontrándome con dos enormes hombres vestidos de negro.
Comienzo a retroceder al ver que no me miran con buena cara.
Cuando voy a correr cada uno me toma de mis brazos y me levantan comenzando a caminar fuera de la habitación de las ventas.

Por más que haga fuerza para soltarme estos dos gorilas tienen mucha más fuerza que yo.
Hasta presiento que me van a quebrar los brazos por la fuerza con la que me sostienen.
Nos paramos frente a una puerta con el número 7 grabado.
Abren la puerta y me tiran dentro, literalmente.

-Estate quietecita hasta que venga tu dueño- dice uno de los hombres de negro.

-¿Que hará conmigo?- pregunto antes de que se marchen.
Los hombres sonríen y eso me asusta.

-Puede hacer lo que quiera contigo, pero escuché que el Águila solo te quiere para matarte- dice uno de los hombres para luego marcharse cerrando la puerta con llave.
Trago duro y me pongo de pie, recorro la habitación con mi mirada. Todo está decorado con distintos tonos de rojo, la habitación prácticamente está vacía a no ser por la enorme cama en el centro.

Cuando la puerta se abre me sobresalto en el lugar y miro a el hombre en ella.
No es muy viejo, anda entre los 35 y 45, es la cicatriz que atravieza su ojo la que me intimida.
El hombre al verme sonríe y cierra la puerta detrás de él.

-Vaya, así que tu eres la hija del maldito Dragón- dice acercándose.

-N-no se de que habla- digo retrocediendo.
El hombre comienza a desabrochar su cinturón y comienzo a temblar.

-Voy a descargar toda mi ira en ti, ya que con el mismísimo Dragón no puedo, pero apuesto a que no le gustará que haga sufrir a su hija- dice y termina de sacarse el cinturón.
Mi espalda choca con la pared y cubro mi rostro con mis brazos al ver que levanta su mano con el cinturón.

La hebilla del cinturón me hace un corte al chocar con la piel de mi abdomen y yo grito de dolor mientras lloro.
Me giro casi dándole la espalda al hombre.
Me hago un ovillo en el piso recibiendo los golpes del cinturón.

-¡N-no! ¡PARE! ¡DUELE!- grito sollozando pero parece hacer oidos sordos.
El cinrurón continúa golpeandome, dejando heridas a su paso que comienzan a sangrar dejando manchas en el piso.
¿Cuantos golpes van? ¿20? ¿30? No lo se, pierdo la cuenta.
Me retuerzo en el piso mientras el hombre ríe como loco.

Por fin parece cansarse y detiene los golpes, mis brazos se aflojan y no me puedo mover del dolor, al parecer cumplió su promesa.
Me sorprende que todavía tenga lágrimas para derramar.
Miro al hombre de reojo y este me escupe. Luego me toma de los cabellos despegando mi cabeza del piso. Suelto un quejido.