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Un hermoso unicornio galopa por la pradera, y entonces veo que aparece un feo gnomo que me toma por los hombros, y me sacude mientras dice mi nombre.

—Déjame estúpido y feo gnomo —digo mientras tiro sus manos lejos de mí.

Un sonido muy lejano logra traerme de esa pesadilla.

—Fiore, Fiore —siento que mueven mi hombro —Despierta, ya llegamos

—Uhmm —digo aún sin abrir los ojos

—Que despiertes caray, o te escupiré en esa pulcra cara que tienes —en ese momento me espavilo.

—¡Ughj! asqueroso ni lo intentes —logro ver la figura de Alejo, al abrir los ojos.

—¡ja! Siempre funciona. Y Gnomo serás tú, recuerda quién es la enana aquí —da media vuelta, con fingida molestia.

Le hago mala cara, mientras salgo del coche y le saco la lengua. Mientras él me muestra su dedo de enmedio.

—¡Estela saca tu enorme trasero del coche! —Estela también se había quedado dormida, con la diferencia que ella no tiene el sueño tan pesado como yo.

—Ya cierra la boca y ayúdame mejor —Alejo le tiende la mano y sale.
Alex se va, y estaciona el coche. Nos encaminamos a la entrada para esperarlo ahí.

—Y cuenten ¿de quién es la fiesta? —indago

—Es de Eylen, la perra más perra de la escuela  —espeta Alejo viéndose las uñas.

—¿En serio me trajeron a su fiesta? —expreso con molestia.

—El punto es disfrutar, y divertirnos Fiore — Alex ya se acerca y se nos une para entrar.

—No quiero que hoy también solo te la pases comiendo Fiorella ¡ni que estuvieras en estado de inanición! —habla Alex con una mirada socarrona, mientras echa su mano encima de mi hombro.

—¡Ey! —exclamo con indignación, dándole un golpe nada cariñoso en la costilla. Aunque sé que mis golpes no le duelen.

—Ya entremos mejor, y recuerden la apuesta bitchs —vocifera Alejo.

Todos entramos.
Al entrar, es como si fuera otro mundo, literalmente. La música está super alta, hay luces para dar la ilusión de discoteca, al fondo hay una mesa con bocadillos y bebidas.

—¡Mmmm bocadillos! —Estela golpea mi cabeza —¡Ey! —digo sobándome la zona golpeada.

—Ni lo pienses Fiorella, no viniste solo a comer.

—Lo sé, también vine a bailar. Y tratar de no perder la apuesta. —Estela me las pagará ya van dos golpes. Espera y verás querida amiga.

Todos nos dirigimos a la mesa con bebidas, mientras Estela mantiene mi mano agarrada a la de ella para que no me quede acá comiendo "según ella".

—¡Hola nenas! —un chico alto, piel algo bronceada, con ojos color miel intenso, se acerca a nosotras con aire de coquetería.

Veo como Estela se adelanta y le coquetea ¡oh no! No me ganará.
Lo hace por la apuesta, ok nah, lo hace también porque el chico esta bueno.

—Hola  — Estela le responde con una gran sonrisa. Mientras yo digo un "Hola" con frialdad.

—¿Quieren tomar algo? —inquiere el chico. Antes de que Estela responda yo me le adelanto.

—Muchas gracias, pero yo, ya le he servido un trago a mi novia, —digo dándole un beso en la mejilla a Estela, muy cerca de sus labios —¿Deseas algo más? —digo con seriedad, pero a la vez estoy muriendo de la risa por dentro. No se qué es más chistoso, la cara del chico o la de Estela.

Click Chic | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora