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—Justo un cambio de aires es lo que necesitaba mi florecita —Alejo acaricia mi rostro.

Son las 5 de la mañana y ellos ya estan acá para llevarme al aeropuerto. Amigos como ellos valen diamantes, esmeraldas y zafiros.

—Hija —mi padre se asoma a mi cuarto. —muchachos me podrían dejar un momento a solas con mi hija —habla mi padre, conciliador. Éstos asienten y salen de mi cuarto.

Yo lo veo expectante —¿Y? —indago con una sonrisa.

—Ya son 18 mi pequeña marmota — yo  lo abrazo —necesito que sepas algo —me separo un poco de él y enarco mis cejas —tienes una tía de la que no me habia atrevido a contarles, porque es un tema delicado — me observa para ver mis reacciones —Mi madre, le ha ocultado a tu abuelo que siempre tuvo una hija por fuera, de la cual me di cuenta por mera casualidad, al escucharla hablar con ella por teléfono, desde entonces he sido sabedor de eso, y hasta la vez llevo una buena comunicación con mi hermana Aurora, de hecho ustedes dos se parecen mucho físicamente —sonríe con nostalgia —tengo mucho de no verla, recientemente se dio cuenta de que queríamos regalarte el boleto hacia Florencia, Italia, donde ella reside y pues —hace una pausa —quiere verte —me observa atento.

—¡Wow! —espeto en conmoción —nunca esperé eso. —medito un poco mi respuesta —¿Pero por qué mi abuela nunca se lo quiso contar al abuelo?

—Porque conoce a tu abuelo y pensó que la dejaría en aquel tiempo y ahora no se lo dice porque tu abuelo padece del corazón y le da miedo su reacción — yo asiento y cavilo un poco.

—¡Quiero conocerla! —afirmo con una sonrisa. Veo como mi padre se relaja y me da otro abrazo.

—Gracias hija. —da un suspiro —oh y otra cosa, ella te recibirá en el aeropuerto.

—Perfecto

—Bien —se pone en pie y toma mis maletas —Ya es hora mi niña —besa mi coronilla y salimos de mi cuarto.

Gus-gus junto a Lucy me abrazan y me alborotan el cabello.

—Te extrañaremos —habla Lucy —¿No es así Gustavo?

—Claro que sí —me ve y me da un beso en la frente - Te extrañaré extraterrestre

—¡Ey! —me quejo —solo es por una semana no es siquiera un mes.

[...]

El viaje ha sido largo, el avión por fin aterriza y los pasajeros en un momento ya estamos saliendo.

Al estar fuera, busco a mi tía pues mi padre me ha pasado una foto de ella para poder reconocerle. Busco y nada que doy con ella, me empiezo a sentir pequeña ante el cúmulo de gente, mis manos empiezan a sudar, y antes de entrar en pánico tomo mi celular, sin percatarmepor inercia estoy en Facebook, deslizo la pantalla y me topo con una foto de Marc, maldigo en mis adentros por haber abierto la aplicación, en la foto aparecen sus padres y al parecer otros miembros de la familia, me quedo mirando su foto cuando me topo con la figura de la pelinegra que encontré en su cama, la sensación tan desagradable empieza a hacer presencia en mi pecho. Pues la chica sale abrazando a Marc y al padre de éste.
–Carajo, solo yo no sabía que estaba siendo la segundo opción. 
¿Por cuánto tiempo habrá estado viéndome la cara de estúpida?

—¡Fiorella! —escucho la voz de una mujer, pronunciando mi nombre rmen un perfecto Italiano, me pongo en pie y ésta no espera más y me abraza —Mi pequeña flor estás tan hermosa. —sonríe y llama a un hombre para que lleve mis maletas. —él es Arthur, mi chofer y amigo —habla con amabilidad y con un entendible español.

—Hola yo soy Fiorella —le sonrío

—¡Vaya! Ambas se parecen mucho ¿Son familia? —pregunta el hombre caminando hacia el auto, parece latino, por su español fluido.

Click Chic | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora