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Luego de haberme dado un baño, decido salir a correr puesto que aún es temprano; seis con siete minutos. Bajo las escaleras, pero escucho a alguien cantar desde la cocina, camino hacia allá y me llevo un susto al ver a André con un delantal encima, cantando y preparando algo.

—No sabía que también cantabas —digo mientras me acerco a su lado —¿Qué canción es? —indago, pues nunca la había escuchado.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí, vita —hace una pausa para probar lo que cocina —y la canción se llama Il Ballo Delle Incértezze

—Me gusta —afirmo —¿Qué dice en español? —André sonríe de lado, viéndose de una manera ventajosamente sexi. ¡Cualquier ragazza se derretiría por él! Pero éste no es él caso.

—Textualmente en este momento dice: —hace una pausa y se acerca muy cerca de mi rostro —He modificado algunos de mis hábitos, pero la noche llegaba y yo me preguntaba: ¿Cuál es él punto? Si hay un punto en todo esto, he perdido el tiempo para ver en tu interior y te he dedicado él corazón entre las páginas —hace una pausa y posa su mano en mi mejilla, conectando con mis ojos —Escucha, no hay necesidad de hablar tras la cortina desciende el sol y nos hemos encontrado, pero será el baile de la incertidumbre y será un sitio donde lo pierdo todo... —puedo sentir como mi rostro arde y me siento algo nerviosa, bajo la mirada y él se aparta sonriendo. —Por poco y no desayunamos —se mofa. Refiriéndose a la comida.

—Yo... —tartamudeo —yo saldré a correr —conjeturo al fin.

—Si quieres te puedo acompañar, ya casi termino, y qué chiste tiene haber venido si tú no comes de mi comida. —hace un poco de drama. Me limito a asentir con la cabeza.

—¿Has visto a mi tía? —hablo dudosa.

—Sí, salio hace unos minutos para hacer algo de ejercicio..

Un olor delicioso llega a mis fosas nasales —¿Qué cocinas ésta vez?

—Macarrones con salsa de tomate, anchoas y aceitunas negras

—¿Para desayunar?

—Mmmju

—Se ve muy cargado para el desayuno

—Es muy delicioso, ya lo vas sabrosear

—Oye André ¿Has visto a alguien más a parte de los empleados? —indago, ya que no estoy segura si lo de anoche con Marc fue un sueño o si pasó de verdad.

—No, piccola... pazzo — lo veo de mala cara —ve a sentarte —ordena.

Nos dirigimos hacia el comedor, y le ayudo a servirnos la comida.

Luego de un tiempo de pláticas y risas, veo a mi tía entrar sigilosa.

—Tia, buenos días

—Buenos días —habla con nerviosismo.

—Buenos días —escucho la voz de Marc, solo eso basta para que mi corazón de un respingo y comience su ritmo descoordinado. Marc nos observa con sus ojos aún un poco adormilados, vestido con ropa cómoda de dormir. —¿Pasa algo? —termina de bajar las escaleras y saludar con un beso en la mejilla a mi tía para luego dirigirse hacia mí. Me da un corto beso en los labios —Buenos días señorita Fiorella —me quedo pasmada, mientras puedo ver que Marc posa su mirada en André, quien tiene tensa su quijada.

Mi tía reacciona al ver que yo sigo en trance, observando al hombre de pozos azules.

—Marc, él es André —habla nerviosa —André, él es Marc. —André posa su mirada en mí, mientras la confusión comienza a llegar al rostro de Marc.
Ambos se limitan a observarse, hasta que al fin Marc tiende su mano, André la piensa un poco, pero al fin dan un muy fuerte entrechon de manos.

Click Chic | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora